Desierto de las Arenas Traicioneras

—Ezra y Kieran se miraron a los ojos, encontrando una cantidad inusual de rasgos atractivos el uno en el otro antes de que los labios de Kieran se curvaran en una suave sonrisa. —Sabes que te estás apresurando, ¿verdad? Tienes que entender el flujo, no forzar el flujo.

—No lo forcé tanto. Lo estás exagerando —murmuró Ezra mientras desviaba la mirada. Su mano presionada contra el pecho de Kieran para proporcionar apoyo adicional, aunque se dio cuenta de que su firme agarre era suficiente para evitar que se cayera.

—Una luz divertida brilló en los ojos de Kieran. —¿En serio? ¿Es así? Si ese es el caso, ¿por qué te tropezaste así? ¿Podría ser que naciste con dos pies izquierdos? —preguntó Kieran.

—¡Tú—! —Los ojos de Ezra se abrieron de par en par mientras Kieran la bromeaba por ese pequeño error.

—Unos segundos después, Kieran levantó a Ezra y sacudió la cabeza. —Estás avanzando tremendamente, pero forzarlo solo arruinará la calidad de tus logros. Mira a tu alrededor.