—¿Y ahora qué? ¿Nos quedamos aquí parados esperando a que el Señor Max regrese? —preguntó Lucius, ya que no le gustaba el hecho de que Max avanzara sin él.
Quería quejarse y desahogar sus frustraciones, sin embargo, desafortunadamente para él, sus quejas cayeron en oídos sordos.
Los compañeros de equipo de Max no daban ni una sola mierda por cómo se sentía Lucius al respecto, estaban felices de esperar a Max y no tenían interés en complacer los caprichos de Lucius.
—Maravilloso, es como si estuviera hablando con paredes —dijo Lucius, levantando las manos en frustración mientras tomaba asiento en un rincón de la habitación con un gran ceño fruncido en su rostro.
Durante unos minutos hubo paz y calma, sin embargo, luego, aparentemente de la nada, la pared por donde Max había teleportado se derrumbó.
*CRASH*
Polvo y escombros volaron por todas partes mientras inmediatamente el grupo adoptaba una postura defensiva con Lucius en el otro extremo de la habitación.
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