—¡No, no, NO! ¡NOOO! —Sebastián gritó a Max después de escuchar su loca idea.
—¿Por qué no? ¡Eres genial haciéndolo! ¡Vamos! —Max se quejó de vuelta mientras Sebastián miraba exasperadamente a Anna en busca de algún apoyo moral, solo para que Anna se encogiese de hombros y dijese:
—Sí, ¿por qué no?
—Vamos chicos, esto es ridículo, no pueden esperar que un enano guapo haga tanto. Si me atrapan, ¡muero! —Sebastián dijo mientras Asiva rodaba los ojos y respondía:
—Si nos atrapan, morimos todos, ¿puedes ser un poco más hombre?
—Oooooooo —Max avivó la llama sobre el comentario de Asiva mientras Sebastián tartamudeaba buscando palabras con su masculinidad cuestionada.
—Bueno, ¡soy un hombre, pregúntale a cualquier mujer con la que he estado! —Sebastián dijo, tratando de defender su honor.
—Claro, un hombre de 65 segundos —Anna comentó mientras Max la miraba con los ojos muy abiertos pensando que ahora esto iba demasiado lejos.
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