Sellos

Y de alguna manera, contra todo pronóstico, su fuerza de voluntad comenzó a surtir efecto. Era como si su determinación lanzara una poderosa ola de luz a través de su mente, rechazando la oscuridad invasora y permitiéndole recuperar el control de sí mismo. Había frustrado el avance de la sombra, afirmando su dominio sobre su propio ser. Después de tomar un profundo respiro, Rain se concentró en los alrededores.

A pesar de que la naturaleza exacta de esta sombra seguía siendo un misterio, estaba claro que su determinación y fuerza interna habían jugado un papel crucial en su victoria contra ella. Sin embargo, eso le asustó bastante...

—¿Qué demonios fue eso...? —pensó Rain—. No puedo, o no se me permite usar la lanza?

Rain no tenía tiempo para pensar en eso tampoco... los dragones marinos comenzaron a disparar numerosas ráfagas de agua hacia él. Las primeras lo alcanzaron y lo empujaron decenas de metros mientras giraba en el aire.