¿No hay un río subterráneo, verdad?

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El guía del museo rápidamente resumió la versión condensada del cuento de hadas. Con algo de tiempo antes de cerrar, Jonathan lo siguió en un rápido recorrido por las exposiciones del museo. 

Después de la revelación más emocionante, Jonathan perdió interés en los demás objetos. Los examinó todos con atención y minuciosidad, pero pronto, llegó la hora de cierre y fue cortésmente escoltado fuera del museo.

En lugar de regresar a la base, encontró un lugar apartado y tranquilo para sentarse y organizar sus pensamientos. 

Su principal conclusión fue el cuento de hadas de Melville. No se permitían fotos en el museo, pero la cámara oculta de Jonathan tomó una foto de la cubierta del libro de piel humana. El libro no estaba expuesto abierto, así que él no tenía idea de los símbolos en su interior ni de cómo se descifraban.

Dos cosas sobre la historia y su creador le llamaron la atención: