RETENER

Hope giró su cabeza hacia Kace y observó cómo el gran y malo licántropo intentaba sentarse con un gemido. —¿Mi... encantadora? —la comisura de los labios de Hope se torció con esa palabra tan tierna. Ella ya había escuchado esto antes.

Kace apoyó su cabeza en su palma mientras se sentaba con las piernas cruzadas e inclinó la cabeza hacia Hope. Con sus ojos somnolientos, la miró fijamente. —Sí, ¿no te gusta, encantadora? Encantadora Esperanza, mi encantadora Esperanza —reflexionó con sus propias palabras.

—Ah, no esto de nuevo —Hope se quejó. Realmente quería darse con la palma de la mano en la frente por esta situación.

Pensó que después de esa noche, la bestia se detendría y Kace volvería. Pero, después de escuchar la primera frase que salió de su boca en el momento en que abrió los ojos, Hope estaba cien por ciento segura de que este no era el caso que ella pensaba que resultaría.