Emmelyn se quedó sin palabras. No sabía qué decir sobre esta situación tan desafortunada.
Quería enfadarse con Maxim por ser la causa de su sufrimiento, pero después de ver lo mucho que él también sufría... por culpa y desamparo... no tuvo corazón para decir nada.
Solo pudo morderse el labio y contener cualquier maldición que tuviera en mente. Maxim era inocente, pensó.
Toda la culpa era de Catalina Leoralei.
—No sabía que Catalina haría algo así... —Myrcella habló suavemente. Sonaba avergonzada y culpable. Catalina era su nuera y se sentía responsable por lo que sea que Catalina hiciera antes de morir.
Myrcella miraba alternativamente a Maxim y a Emmelyn, y se presionaba el pecho. Se sentía triste por la joven que tenía delante. Emmelyn parecía devastada.
La mente de Emmelyn era un caos. Hoy, finalmente descubrió la verdad... que estaba maldita con mala suerte porque Maxim se había enamorado de ella.
No estaba preparada para esta respuesta. Era demasiado desgarrador.
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