Cuando Jia Li despertó de una siesta, el padre y la hija aún no habían regresado, así que se levantó de la cama y fue al baño a lavarse la cara antes de volver a la habitación para coger su teléfono y marcar el número de Fu Hua.
Ella quería saber dónde estaban, así que llamó.
—Tu hija es difícil de complacer. Fuimos a una tienda, ya volvemos —respondió Fu Hua por teléfono.
—Está bien, ordenaré la cena para nosotros —respondió Jia Li antes de colgar.
Jia Li se comunicó con el hotel para ordenar su cena a través del intercomunicador antes de ir a ducharse. Después de la ducha, tomó su cuaderno de bocetos y una revista de moda y fue a la sala de estar a trabajar.
Mientras hojeaba la revista de moda, intentaba ver si podía obtener inspiración de los estilos que había allí, para poder plasmar inmediatamente su nuevo concepto e idea.
El padre y la hija regresaron media hora después con dos sirvientes cargando sus bolsas de la tienda. Y Jasmine tenía un cono de helado en la mano.
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