Después del desayuno, Jia Li obtuvo la col morada de su sirvienta y comenzó a dirigirse hacia las escaleras, donde casi chocó con Fu YingPei.
Fu YingPei tenía prisa por irse al trabajo cuando casi chocó con Jia Li, pero fue lo suficientemente rápido para esquivarla.
—Cuñada, ¿estás bien? —preguntó Fu YingPei con tono preocupado mientras ponía sus manos en los hombros de Jia Li.
Justo ahora, Jia Li estaba un poco conmocionada. Pensó que a estas alturas ya estaría rodando escaleras abajo, pero tuvo la suerte de que Fu YingPei fue lo suficientemente rápido para esquivarla.
—Estoy bien... —Jia Li logró responder con sus dos dedos presionando sobre sus sienes.
—¿Te sientes mareada? —preguntó Fu YingPei mientras la miraba preocupado.
—Estaré bien en un rato. Por favor, ayúdame a recoger la col. —Jia Li solicitó mientras señalaba la col morada que se le había caído de las manos.
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