Cambiando de opinión

Después de terminar la llamada, Enoch se dirigió al despacho de Damien, la habitación carente de luz ya que habían estado inmersos en arreglar las cosas desde que llegaron. Las cortinas estaban cerradas, con solo una bombilla encendida como fuente de luz.

Dave estaba durmiendo pacíficamente ya que no podía seguir trabajando más y decidió tomarse un descanso. Mientras tanto, Damien no parecía cansado ni estresado, estaba trabajando perfectamente bajo presión. A veces, Enoch no podía entender cómo Damien encontraba fácil trabajar sin importar las circunstancias.

Gracias a la crisis inesperada, habría olvidado el tipo de hombre que era Damien. El alfa adicto al trabajo.

—Supongo que tienes algo que decir —al sentirse incómodo bajo la mirada intensa de Enoch, Damien preguntó, incitando a Enoch a acercarse a él.

—Pensé que no me habías notado —bromeó Enoch, tratando de evitar explicar por qué estaba mirando a Damien sin decir nada.