Asesinos

—Y ni siquiera pienses en engañarme diciendo que vamos a salir en una cita sólo para arrastrarme a alguna clase de prueba —él desbarató su gran plan.

Ella se mostró perpleja ante sus palabras, balbuceando:

—Claro que no... Se rió incómodamente, dándole una palmada rígida en el pecho.

—Entonces, en lugar de clases para el manejo de la ira, ¿qué tal si confías más en mí?

Yang Feng levantó una ceja:

—Siempre confío en ti, pero no cuando se trata de que me dejes. Puedes darme todas las seguridades del mundo, pero yo—. Se detuvo a mitad de la frase. Se maldijo a sí mismo. Estuvo a punto de revelar el pasado, cuando una vez ella lo abandonó.

—Pero soy una persona insegura en el fondo —continuó—. Tú también tienes que confiar más en mí.

Ella no sabía cómo responder a su última declaración. ¿Confía en él? Miró profundamente en sus ojos. Su profundidad sin fin se asemejaba a un agujero negro, absorbiéndola y capturando toda su atención.