Una sensación de familiaridad

—De repente, se escuchó un sonido tan familiar, aunque dolorosamente nuevo. Era gutural, cálido y lleno de vida.

Sobresaltada por el sonido, Yang Ruqin rápidamente volvió de sus pensamientos en shock. Creía que sus oídos le jugaban una mala pasada cuando escuchó la risa de él. No era la burlona y fría que usaba con su enemigo, era una genuina —un sonido que no había escuchado en mucho tiempo.

La última vez que lo escuchó fue justo antes de que él se fuera a estudiar a una prestigiosa escuela en el extranjero. De hecho, la última vez que escuchó tal sonido fue justo antes de subir al avión y Feifei era un desastre lloroso. Él se había reído de lo tonta que se veía, pero terminó consolándola y fue la primera vez que mostró afecto por la niña públicamente.

Yang Ruqin quería saber si el sonido que escuchó era real o no, así que retrocedió unos pasos para asomarse al cuarto de Feifei.