El anciano maestro no pidió su bastón y tampoco se sujetó de las barandillas. Bajó la mitad de la escalera como una persona normal y luego, subió las escalas de nuevo.
Después de subir, incluso se dio un pisotón frente a la anciana señora. Luego, sus ojos se iluminaron.
—Yan Yan, ¡esto es realmente un milagro! ¡Ya no duele! ¡Tampoco está hinchado! Mi pierna entera se siente como si hubiera vuelto a hace 20 años. Creo que incluso puedo saltar, ¡qué más bajar escaleras!
Con eso, el anciano maestro se preparó para saltar, pero Qin Yan lo detuvo.
—Abuelo, aunque te sientas más aliviado ahora, después de todo tu pierna no se ha movido durante mucho tiempo. Por tanto, aunque te sea fácil caminar, todavía no puedes correr ni saltar —dijo ella—. De lo contrario, podrías lastimar tus tendones.
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