Presidenta de la Universidad de Tong

—¡Felicidades, CEO Qin! Está bendecido por tener una hija tan talentosa.

—Gracias, CEO Li. Por favor, disfrute de la fiesta.

—¡Felicidades, Muran, te ha ido tan bien! ¡Estás muy hermosa hoy!

—Hermana Lin, la hermosa hoy eres tú, ¿verdad? ¡Ni siquiera puedo compararme contigo!

Dentro de la sala de bodas, Qin Yicheng estaba felizmente saludando a los invitados y charlando con algunos CEOs mayores de la industria.

En ese momento, se sintió aliviado de tener una hija tan excepcional.

¡Muran era su estrella de la suerte!

Por otro lado, Xi Yaohua también estaba muy contento. Dado que Qin Muran era su novia, podía presumirla frente a sus socios comerciales.

—Escuché que muchas universidades están compitiendo por Qin Muran, ¿es verdad? —preguntó uno de los invitados a otro.

—¿Por qué no iba a ser verdad? Después de todo está en quinto lugar en la provincia. Sería anormal si nadie compitiera por ella —dijo otro invitado con calma como si solo declarara un hecho.