—Bueno, bueno, bueno, miren a quién podemos ver aquí —una voz interrumpió su conversación.
Feng Yue no necesitaba volver para saber a quién pertenecía esa voz. Ya conocía esa voz molesta.
—Hermana Yue —Feng Mari llamó a Feng Yue.
Feng Yue se giró lentamente y vio a Feng Mari con dos de sus amigas. Feng Mari le resultaba muy molesta.
—Hermana Yue, deberías venir a casa mañana. Es el cumpleaños de nuestro padre. Si no vienes, Papá estará triste —Feng Mari recordó.
—No necesitas decírmelo. Ya lo sé —Feng Yue le rodó los ojos a Feng Mari.
—No tienes que ser hostil con Mari. Ella solo quiere recordártelo —una de las amigas de Feng Mari defendió a Feng Mari.
—Dios los cría y ellos se juntan —Feng Yue echó un vistazo a las dos amigas de Feng Mari.
Ella las conocía. También eran hijas de amantes y se convirtieron en las hijas verdaderas de sus familias cuando las amantes lograron casarse en la familia.
—¿Qué quieres decir con eso? —una de ellas gritó.
Unterstützen Sie Ihre Lieblingsautoren und -übersetzer bei webnovel.com