Vamos a plantar papas——3

—¡Oh Dios mío! —Yin Fu se sentó derecho inmediatamente mientras miraba al ahora confuso Mo Qiang. Tal vez el alcohol finalmente le había afectado completamente la cabeza porque en lugar de fruncir el ceño ya no reprendía a Yin Fu.

—¡Yin Fu, idiota! ¿Qué le hiciste a tu pareja? ¡La maestra de la seducción y el encanto, Mo Qiang! ¡Has manchado sus alas negras con tu esencia sucia! —El ángel en su cabeza reprendió a Yin Fu mientras que el demonio, por otro lado, simplemente se rió entre dientes y dijo:

— ¿Por qué te preocupas tanto? ¿No te parece extremadamente encantadora así? ¡Con su cara cubierta con tu esencia, puedes decir que la marcaste primero!

—Tienes razón... pero tengo que limpiar tu cara —Yin Fu agitó sus manos mientras estaba dividido entre ayudar a Mo Qiang a limpiar su cara y tomar una foto de su rostro. Al final, no solo limpió su cara sino que también tomó su foto ya que Mo Qiang ya no podía contener su alcohol.