Otro Transmigrante

—Li Chenmo suspiró al pensar que realmente había caído demasiado profundo, y no había cura para ello. No sabía qué haría si un día Lu Jueyu lo abandonara. Al pensar en esta posibilidad, su corazón le dolía y se sentía mareado. 

—Solo al pensar en esta posibilidad, ya tenía el impulso de encerrarla para siempre, para que nunca pudiera abandonarlo o conocer a otras personas. Sorprendido por sus oscuros pensamientos, el cuerpo de Li Chenmo tembló. Tomó algunas respiraciones profundas para sacar el peligroso pensamiento de su mente. ¡No permitirá que nadie la lastime, incluyéndolo a él!

—Cuando Lu Jueyu regresó, lo vio temblar. Mirando su delgada ropa y pensando en él pasando frío, se sintió angustiada. Al verlo allí inmóvil, la mitad de su enojo se había ido. Le entregó la muleta y dijo:

— Vamos a entrar.