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El Escape

Tribunal del condado de Huerricane

6:35 p.m.

— Vayamos al grano joven Bill — Dijo el fiscal para después hacer una leve pausa — ¿Por qué matar a 5 jóvenes?

— Señor... ¿Fiscal, verdad? Le preguntaría a usted mejor... ¿Por qué crees que un chico de 17 años haría ese atroz crímen — Respondió siempre con su mirada fría y calculadora.

— Es curioso que lo preguntes puesto que se encontraron restos de sangre en tu vestimenta y tenías el arma homicida — Respondió el fiscal.

— ¿Quizás alguien me haya inculpado? — menciono Bill.

— ¿Oh, enserio. Quién? — Cuestiono el fiscal.

— Porque esa noche no éramos sólo 6 amigos —

— ¿A qué te refieres? —

— En total éramos 7 personas los que entramos a la pizzería esa noche —

— Y se puede saber ¿A qué entraron? _

— Señor fiscal somos jóvenes. Leímos sobre lo que contaban sobre esa cadena de pizzas y decidimos ver si era real — Respondió Bill en un tono más infantil.

— ¿Y parte de esa investigación era matar a tus amigos? — Siguió cuestionando el fiscal.

— ¡Que yo no los mate, carajo! — Exclamó Bill con ira.

La sala quedó en completo silencio después de aquella reacción de Bill.

— Me disculpó por mi respuesta señor juez y personas del jurado. Como verán y como diagnóstico mi doctor tengo transtorno de personalidad múltiple — Dijo Bill con una voz de arrepentimiento.

— ¿Algo más que quiera preguntarle al acusado? — Pregunto el juez.

El fiscal camino lentamente al estrado y con una voz calmada le cuestionó a Bill — ¿Entonces tienes trastorno de personalidad múltiple?

— Sí, así es. Me lo diagnóstico el Doctor Tomas Gordon — Respondió con suma tranquilidad.

— Entiendo — Hizo una pausa el fiscal — Déjame preguntar si tú no cometiste ese crímen ¿Quién lo hizo? — Agregó.

— Si quieren respuestas... sigan al conejo amarillo — Respondió.

— ¿El conejo amarillo? ¿Quién rayos es el conejo amarillo? — Cuestiono el fiscal con la poca paciencia que le quedaba.

— El detective Jones sabe quien es él — Dijo mirándome fijamente.

Tribunal del condado de Huerricane

6:47 p.m.

— Doctor Gordon, el acusado menciono que usted lo diagnóstico con trastorno de personalidad múltiple. ¿Es verdad? — Dijo el fiscal.

— Sí, así es —

— Y se puede saber el motivo de ¿Por qué no está en el acta? —

— El diagnosticó fue tiempo después — Respondió el doctor algo nervioso.

— ¿Y cuándo tenían pensando en decirlo? —

— Como se adelantó el juicio no tuvimos el tiempo suficiente para pasar la información —

— Gracias doctor Gordon — Dijo el juez.

El juez dio un receso para que así el jurada llegará a su veredicto final sobre el caso de Bill.

Todos salimos de la sala. Yo por mi parte salí del tribunal para poder fumar tranquilamente.

— ¿Día agotador? — Pregunto el capitán Johnson mientras se acercaba a mi.

— Se podría decir que sí, señor — Respondí.

— Sabes que me puedes decir Jocob — Respondió con una sonrisa amigable — Y sabes que detesto que fumes — Agregó como un regaño paternal.

Quitó el cigarrillo de mi boca y lo tiro al suelo, acto seguido lo piso.

— Puedo preguntar ¿Qué tan involucrado estás en el caso? —

— Lo suficiente para poder resolverlo — Dije.

— El caso era buscar pruebas para meter a la cárcel a un asesino y tal parece que estás haciendo otra cosa —

— No señor, es lo que estoy haciendo —

— ¿Sabes porqué no deje que te involucraras en el caso de Emily? — Me cuestiono mirándome a la cara — Porque sabía lo mucho que te iba afectar y sabía como te ibas a involucrar más de lo que debías — Agregó.

— Sabía que lo haría porque estábamos hablando de mi hija — Respondí en un tomo más golpeado.

— Yo te entiendo —

— ¡No lo entiende porque no era su padre! — Grite molesto.

— No eres mi hija, lo sé. Pero me afectó tanto como a ti porque la quería como mi nieta, así como a ti te quiero como un hijo — Dijo con un todo de voz elevado, pero no molesto.

Quedamos en silencio, sin decir nada; aunque no importaba porque con sólo la miraba bastaba para decirnos todo.

Tribunal del condado de Huerricane

9:00 p.m.

— ¿El jurado ha llegado a alguna decisión? — Pregunto el juez.

— Así es su señoria — Menciono una chica.

— Bien, adelante — Ordeno el juez.

— Tomando las pruebas mostradas y la declaración de cada uno de los testigos, hemos decidido que el acusado es culpable de los homicidios de los 5 jóvenes dentro de la pizzería. Pero debido a que el acusado sufre de trastorno de personalidad múltiple pedimos que cumpla su condena internado en el hospital psiquiátrico New Light, New life — Leyó la chica del jurado.

El juez acepto la decisión de dejar a Bill internado en el hospital psiquiátrico.

Todos salimos del tribunal y mientras me dirigía a mi auto fui alcanzado por el capitán Johnson de nueva cuenta.

— ¡Edward! — Grito.

— ¿Qué pasa señor? — Cuestioné.

— Te relevó de tu investigación — Respondió con seriedad y tristeza a la vez.

— Pero ¿Por qué? — Dije molesto.

— Estás tomando este caso algo personal y hacerlo no te devolverá a Emily — Respondió.

El capitán se fue y segundos después llegó Oliver.

— ¿Qué ocurre? — Pregunto Oliver.

— Me acaba de quitar del caso — Respondí.

— No entiendo porque lo haría, cuando se supone que iremos a esa pizzería — Dijo Oliver confundido.

— ¿A qué irán a la pizzería? — Pregunté.

— Quiere recuperar los cuerpos de los cinco jóvenes —

— Pero el caso se cerró — Dije.

— ¿A caso no te diste cuenta? — Pregunto.

— No —

— Todos los testigos fuero los mismos doctores y enfermeras del hospital psiquiátrico — Respondió.

— ¿Dónde está lo raro? — Pregunté yo.

— Detective, piense. Si fue un crímen dentro de un local cerrado, a altas horas de la noche y los únicos testigos son los cinco jóvenes asesinados. ¿Por qué testificaron los miembros del hospital? —

— Porque es persuasivo — Dije en voz baja — Bill estuvo jugando con nosotros todo este tiempo — Exclamé.

— ¡Bingo detective! — Grito sarcástico Oliver.

Subí a mi auto y me marche del lugar sin hacer más preguntas, era más que obvio que caímos en una trampa y apesar de que esté fuera del caso iba a llegar al fondo de todo esto.

Hospital psiquiátrico New ligth, New life

11:00 p.m.

(Narrado en tercera persona)

Las puertas del corredor de abriendo y Bill entro junto a un gran muro de policías que lo llevaban esposado de regreso a su habitación ya que al final de cuentas logró su cometido.

Fue dejado en su celda y sólo se limito a agradecer a su doctor por tal brillante participación como testigo en su juicio.

Una enfermera le entrego una un paquete y este se alegro al abrirlo y ver lo que había en su interior.

— Muchas gracias doctor, enserio — Volvió a repetir.

— No debes de agradecerme — Respondió el doctor Gordon.

— Es necesario doctor, pero ya no me sirve más — Dicho esto Bill clavo un cuchillo en el estómago del doctor Gordon.

El cuchillo se fue metiendo poco a poco hasta sus entrañas y una vez ahí, Bill giro el arma lentamente cortando los órganos en su interior. La sangre dejaba enormes charcos en el suelo.

Hospital psiquiátrico New ligth, New life

11:15 p.m.

Las luces del complejo se apagaron de repente dejando a todos en completa oscuridad, después un estallido se hizo notar en el ala oeste del hospital alertando a todos los policías que apenas iban dejando el lugar.

Todos los policías y enfermeros corrieron a la habitación del único paciente potencialmente peligroso. Al llegar vieron como el cuerpo sin vida del doctor Gordon salió volando desde la habitación para posteriormente observar como un conejo amarillo salía de la misma.

Los policías apuntaron sus armas hacia el conejo amarillo que solamente se limitaba a reír hasta que por fin habló.

— Les sugiero que bajen sus armas, ya que a ellos les molesta que no sigan las reglas — Dijo seguido de una risa desquiciada.

Tras los policías varios animatrónicos hicieron acto de presencia únicamente para acabar con todos ellos.

— Gracias, mis amigos — Exclamó — Ahora vayan a jugar con los demás, yo iré a hablar con una conocida — Agrego Bill.

Hospital psiquiátrico New ligth, New life

11:21 p.m.

Bill camino hasta el pabellón suroeste matando a todo aquél que se pusiera en su camino, mientras tanto los demás animatrónicos limpiaban el camino de escapé.

Bill camino hasta que por fin llegó a la habitación más apartada del pasillo, a la habitación de aquella mujer que seguía viendo por la ventana.

— Hola, Vanny — Dijo Bill.

Vanessa retrocedió con una cara de terror al ver aquel conejo amarillo frente a ella.

— No temas. Él me ha enviado por ti — Dijo Bill.

— No, no puede ser. Él no es real — Exclamó Vanessa.

— ¿Ya lo olvidaste? Él no te ha olvidado... Vanny —

— ¡Vete! ¡Por favor! ¡Vete! — Gritaba horrorizada.

— Como gustes. Pero antes de irme dejaré esto aquí por si decides cambiar de parecer, pero que no sea tan tarde — Menciono Bill al momento de poner una máscara de conejo blanco sobre su cama.

Hospital psiquiátrico New ligth, New life

11:27 p.m.

Bill, después de salir del pabellón suroeste caminó a la salida donde ya lo esperaba una camioneta de color blanca. 

Las sirenas de policía ya se acercaban más. Bill subió a la camioneta y mientras se quitaba la máscara de conejo observaba como a los lejos varias patrullas llegaban al hospital para presenciar la masacre que acababa de ocurrir.

(Termina la narración en tercera persona)

Me encontraba en el panteón de la ciudad, después de tantos años regresaba a la tumba de ella.

Miraba su tumba con melancolía y con culpa. Después de tanto tiempo seguía sintiéndome culpable por su muerte y por la desaparición de nuestra hija.

Me senté aún lado de su tumba y empecé a hablar con ella:

"Ha pasado mucho tiempo, lo sé, y yo sigo recordando cada momento junto a ti. Tú me salvaste a mi cuando estaba muy hundido, me amaste tal y como era, me protegiste a tu manera y yo simplemente no pude hacerlo.

A pesar de todo este tiempo sigo viéndolo al espejo sintiendo odio hacia mi, odio porque por mi estás aquí, yo debería de estar en tu lugar.

Sin ustedes mi mundo se vino abajo; trate de ser fuerte como me enseñaste, pero no lo soy ma belle rose, nunca lo fui.

Perdóname, perdóname por haber chocado y perdoname porque por mi culpa, por no estar en casa esa noche secuestraron a Emily. En verdad lo siento".

Solté en llanto como un recién nacido, no podía controlar las lágrimas que salían de mi hasta que recibí una llamada.

(Inicio de llamada)

— Edward —

— ¿Qué ocurre Oliver? — Respondí.

— Ocurrió una masacre — Dijo Oliver.

— ¿En dónde? — Cuestioné rápido.

— En el hospital psiquiátrico —

— ¿Hay algún sospechoso? — Pregunté.

— Adivina — Respondió serio.

— Ese hijo de puta — Alcance a decir.

— El jefe no quiere que te diga esto, pero... vamos en camino a la pizzería. Apresurate —

(Fin de la llamada)

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