Aether estaba frente a Lev Yashin, el causante de la invasión y del futuro posible golpe de estado contra la isla. La situación parecía ser difícil, ya que las quimeras iban directo hacia la ubicación de Ei, mientras que el viajero era repelido repetidamente por la tsuchigumo.
-Se acabó, viajero, estás solo en esto, eventualmente mis hombres llegarán a donde está Ei y acabarán con el trabajo.- Lev Yashin parecía seguro de si mismo.
-Ni se te ocurra pensar eso, yo mismo detendré tus acciones.- Dijo el viajero.
-Ni creas que te saldrás con la tuya, araña de alcantarilla, no dejaremos que ustedes dementes gobiernen la isla.- Paimon le gritó al agente fatui.
-¿Gobernar? ¡Jah! ¿Sabes que si muere Ei, quedará un tatarigami lo suficientemente potente para mandar al infierno a esta isla y todos los lugares aledaños?- La araña monstruo dijo eso especialmente para desesperar a los dos viajeros.
Aether entonces recordó su entrenamiento previo y aplicó las técnicas que le enseñó Kujou Sara. Primero creó una reacción de polvo con geo y anemo para cegar a la bestia, así obtendría una ligera ventaja. Luego atacó con el efecto de espina, usando geo y dendro, la bestia aracnida tuvo que usar redes de su entorno para salir del suelo, ya que de otra manera acabaría lastimandose.
-Aether, ese monstruo no deja de ser una molestia ¿Qué haremos?- Paimon quería ir a donde estaba Heizou cuanto antes.
-No tengo muchas opciones, este monstruo parece ser bastante hábil.- En su mente estaba pensando lo siguente: - Recuerdo lo que aprendí, debo ser impredecible, espera... La tsuchigumo usa los hilos para sentir las vibraciones ya que está ciega, y debe haber una razón por la que no me intentó envolver con su telaraña al menos una vez. Tal vez eso me ayude a ganar esta pelea.-
Aether movió los hilos que tenía cerca con anemo y esquivó los más cercanos a él para crear un punto ciego. De tal forma que la quimera araña pensara que él estaba en otra parte, al poder acercarse lo suficiente pudo conectar varios golpes con su espada sin filo. Empezó por cortar sus patas y sus ojos de tal forma que no pudiera moverse, después finalizó con unos últimos golpes al rostro de la criatura, otorgándole la victoria al notar que ya no podía moverse al estar inconsciente.
El viajero suspiró aliviado al notar que el agente volvió a su forma humana, y que los hilos desaparecieron. Enfundó su espada y ató a Lev Yashin contra el torii de las escaleras de salida para que no escape.
-¡Qué bien, derrotamos al líder Fatui! Paimon piensa que deberíamos informar de esto a alguien cuanto antes.- Paimon parecía aliviada.
-Mmm... Esto está lejos de terminar... Hay que ayudar a Ei contra las demás quimeras.- Aether al pronunciar esas palabras buscó ayuda en los alrededores antes de ir hacia el santuario Narukami, donde estarían Ei y compañía.
***
Ya dentro del santuario Narukami estaban Heizou, Yae Miko y Ei en una situación muy difícil. Los tres estaban a punto de ser asesinados por los rebeldes del shogunato, ahora convertidos en poderosas quimeras.
Era cuestión de tiempo, de la nada llegaron tres ataques de gran velocidad, qué repelió a una de las quimeras por unos segundos. Era "La forma del agua" de Kokomi.
Otras quimeras retrocedieron ante el poder de unas flechas abrazadoras qué parecían perseguirlos por donde fueran. Eran las flechas de Yoimiya, las cuales estallaron en sus caras sin compasión, creando quemaduras. Lo peor es que esos proyectiles tenían como finalidad encender unos mecheros. En efecto, la chica Naganohara había preparado previamente explosivos con efecto de bengala cegadora, granadas aturdidoras, y bombas de fragmentación, más de un enemigo cayó por la explosión.
El resto quedó atrás por el impacto de un derrumbe de rocas, las cuales cayeron sobre ellos. Era el "Colmillo de la victoria" del general Gorou. Heizou estaba feliz de que hayan reaccionado a tiempo, y Yae Miko parecía satisfecha de que su plan de llevar a Kokomi al santuario Narukami fuera un éxito.
-Llegaron justo a tiempo, pensé por un momento que no lo lograríamos.- Heizou trató de levantarse, pero fue inútil.
La quimera con forma de tritón, estaba por atacar a los tres sobrevivientes, con sus protuberancias filosas en sus brazos. En un instante, antes de que la bestia estuviera a punto de masacrarlos llegó una niebla la cual se llevó a los tres y dejó al traidor molesto.
La niebla se disipó ya en la retaguardia, dentro de uno de los templos del santuario Narukami. La causante del fenómeno era Ayaka. Las quimeras maldijeron su suerte, enfurecidas por la insistencia del ejercito conjunto. Compuesto por algunos soldados del shogunato, miembros de la isla Watatsumi, y gente de la comisión Yashiro.
Ya al llegar a uno de los templos, Ayaka dejó en el suelo asegurados a Ei, Yae Miko y Heizou. Ella parecía preocupada por lo ocurrido, además su sorpresa era alta al notar que tanto su diosa como la Guuji estaban completamente indefensas.
-No se preocupen, tenemos varios uniformados listos para el combate. Gracias por avisarnos a tiempo y por luchar firmemente detective, ahora déjenos a nosotros, descansa mientras Kokomi tratará sus heridas.- La noble doncella sonrió a los tres, aunque en el fondo estaba preocupada.- Jamás pensé que los fatui hayan llegado tan lejos.
-Nosotras tampoco lo vimos venir ¿Qué clase de artilugio usaron para atacarnos así de manera tan sencilla? De solo pensarlo me dan escalofríos.- Yae Miko parecía molesta con la situación.
Ayaka se levantó para luchar, con lo que dejó a cargo a Kokomi para tratar las heridas del detective. Ei y la Guuji solo pudieron quedarse a la distancia, sentadas como espectadoras ante la difícil situación que ocurriría.
En el grupo aliado estaba Yoimiya con su arco, una dama rubia de cabello recogido con una visión pyro, un yukata rojo llamativo, vendajes y protecciones por su trabajo. El tipo de chica que le gusta divertirse y celebrar.
Ayaka era una mujer de cabello celeste largo con cola de caballo, de ojos claros, su traje era una mezcla de una noble y una soldado lista para la batalla. Usaba una espada y se la puede definir como el tipo de mujer que evita hablar con desconocidos fácilmente pero que posee talento militar.
Kokomi era una mujer con un traje en tonos azulados, cabello largo entre rosado con celeste, ojos azules, majestuosa como el océano y solemne como una sinfonía. Usaba las bendiciones de su Dios Orobaxi como armas, y se la podía definir como el tipo de mujer que parece fuerte por fuera pero disimula sus puntos débiles por el amor de su pueblo.
Gorou era el general de la isla Watatsumi, un feroz guerrero con orejas y cola de perro, hábil usuario con el arco, de armadura ligera. El tipo de persona que habla sin tapujos, confiable igual que determinado.
Thoma era el amo de llaves del clan Kamisato, del tipo de hombre que puede regalarte una bufanda tejida a mano en un día de frío. De cabello claro, usuario de lanza, de traje rojizo, con un adorno con forma de cuernos en la cabeza.
Con todos los mencionados anteriormente, se podría decir que la batalla estaba igualada. En cuanto Heizou, logró recuperarse gracias al "Juramento de la medusa" de Kokomi, por lo que también se unió a la batalla con el resto.
La batalla había empezado por todo lo alto, cada quimera valía por un ejercito propio. Kokomi ideó una estrategia de desgaste, aprovechó al máximo la "Encarnación de las Nereidas", una habilidad qué permitía curar a sus aliados dentro del límite establecido, además de causar daño y maximizar el daño de ataques normales. Con eso podrían resistir el asalto de las quimeras, y proteger a Ei y Yae Miko.
Gorou y Yoimiya se pusieron junto a la entrada donde estaba la arconte, disparando flechas hacia los enemigos potenciados por la habilidad de la sacerdotisa hydro. Ayaka aprovechó ir de vanguardia lanzando ataques precisos con el arte de la espada de su clan, su "Kabuki" estaba conectando fácilmente a cada una de las quimeras presentes. En el momento en el que ocurría que ella estaba siendo superada, Thoma y Heizou le daban cobertura con su lanza devastadora además de las artes marciales del clan Fudou. Con ello la noble cryo retrocedía con su "Senho", ya que así desaparecía entre la niebla de su elemento, se recuperaba y volvía a atacar en vanguardia.
La batalla fue intensa por ambas partes, tanto que le dió tiempo a llegar a Aether con refuerzos del shogunato para hacer un ataque de pinzas. Todo parecía ir viento en popa para la gente de Inazuma, en unos momentos todo acabaría, las quimeras estaban cada vez más debilitadas.
-¡No es justo, perdí a mi negocio por las deudas, y la corrupción de los Kanjou. Quedé como un gato callejero, no dejaré que se salgan con la suya!- Gritó la quimera con forma de escorpión.
-¡Yo perdí a mi hija por no poder conseguir su medicina, por culpa del decreto Sakoku!- La quimera con forma de murciélago bociferó furiosa.
-¡Me arrebataron mi visión y ahora no sé quien soy!- La que tenía forma de tritón gritó con rabia e impotencia.
-¡No es justo! ¡No es justo! ¡No es justo!- Todos los monstruos empezaron a emanar la energía del tatarigami, lo que significaba que se estaban volviendo más fuertes debido a los efectos de la resina de arconte en sus cuerpos.
Una energía púrpura brotaba de los cuerpos de las bestias, el olor a azufre y cenizas era palpable. Los ojos de aquellas quienes fueron personas, pasaron a ser la de unas bestias llenas de rencor y rabia. Habían perdido su humanidad para ser más fuertes. El cielo se oscurecía por el ocaso, como también se apagaban las oportunidades de que esto terminase lo más rápido posible.
-Oh, por todo lo más sagrado, ¡Dottore debió usar resina de arconte para fortalecer a los traidores del shogunato! - Paimon parecía asustada ya que implicaba que la situación sería más difícil de manejar. Se mantuvo detrás de Aether, quien atacaba con ferocidad a los traidores del shogunato con todas sus fuerzas.
Ei, quien estaba dentro del templo, abrazó a Yae Miko con las pocas fuerzas que tenía. Se sintió mal por aquellas personas, quienes fueron arrastradas a convertirse en aquellas criaturas por culpa de sus errores.
-Ei, esos hombres perdieron su humanidad, y lo más seguro es que Dottore manipuló sus mentes. No me extrañaría que muchos de sus recuerdos fueron falsos, o peor aún.- Yae Miko parecía reflexionar sobre el asunto, tratando de consolar a su amiga.
-Aún si fuera falso lo que dicen, no cabe duda que cosas así ocurrieron realmente. Cometí demasiados errores, si tan solo pudiera recuperar todo mi poder, podría hacer algo al respecto.- Ella pensó para si, que por favor esta pesadilla acabe pronto.
***
Dentro del piso subterráneo, Beidou, Sara y Kazuha estaban en problemas debido a que Masato y Tetsuo les están dando una feroz batalla. El éxito o el fracaso del golpe de estado al shogunato dependía puramente de destruir la bomba de pulso electromagnetico.
Sara intentaba atravesar con sus flechas con fuerza a la coraza de Masato, era inútil. Beidou intentó hacer lo mismo con Tetsuo, usó su mandoble, conectando cinco golpes concecutivos. Apuntó a la cabeza, las piernas, y el lomo después de saltar contra el techo, lo cual le dió el impulso para un ataque en picado, nada parecía funcionar.
Beidou, Kazuha y Sara retrocedieron para tratar de planear una estrategia rápida, mientras esquivaban los ataques de los monstruos.
-¿Alguna idea, Kujou-san?- Kazuha parecía impaciente por acabar con todo.
-Tengo una idea, prueba atacar a los ojos Beidou, tal vez sea su único punto vulnerable.- Sara esquivó unos carambanos de hielo de Tetsuo.
-Ahora que lo pienso...-Beidou reflexionó mientras se cubrió de los proyectiles pyro de la boca de Masato.- Ambos son pyro y cryo, Kazuha ¿Crees que puedas usar tus habilidades anemo para aprovechar eso?-
-Hay un problema, que pyro tiene prioridad en reacciones de torbellino. Por lo que será más difícil derrotar al kirin pyro que al cryo.- Kazuha elevó a las dos mujeres electro en el aire con su habilidad "Chihayaburu", para esquivar las ráfagas combinadas de ambas quimeras, generando derretido en el proceso.
-Está decidido, ir a por los ojos y atacar al monstruo cryo con elementales primero.- Beidou se lanzó hacia la bestia pyro primero, para conectar un golpe sin éxito.
Masato intentó golpear a la capitana con su monstruosa cola, que parecía más un garrote qué otra cosa. La respuesta defensiva fue rápida, usó "llamamarea" para cubrir su golpe y regresarlo con un contraataque. Aún sin su visión podía ejecutarlo, el único inconveniente era que ya no poseía su escudo electro que la protegería de los demás ataques.
Beidou recibió el golpe con su espada pero el impacto del elemento pyro atravesó su espada causándole quemaduras. Masato parecía satisfecho, sin embargo ella regresó el golpe hacia la bestia con pyro de por medio. Alguien como la capitana de la Crux no podría detenerse con simple fuego. La bestia retrocedió por el golpe contundente en la altura de los ojos, si bien su coraza de escamas era resistente a los golpes, un ataque así podría ser lo suficiente para aturdirlo. Sara miró ese detalle y sonrió, esta pelea no duraría mucho.
Tetsuo fue en apoyo de su compañero, de hecho, creó una barrera cryo con su aliento para proteger a su aliado. Beidou tuvo que retroceder, por lo que Kazuha tuvo que aprovechar la apertura para atacar y ejecutar la técnica Isshin con su espada. El "tajo Kazuha" se activó, ella aún tenía su espada inbuida con pyro de su oponente, por lo que ella aprovechó para dar un corte en medio del "campo de otoño" creado por la habilidad definitiva del chico anemo.
Tetsuo resistió el golpe y su barrera cryo se debilitó, pero aún podía defenderse y clavar sus garras monstruosas a Kazuha, solo había una cosa que no tomó en cuenta. al atacar al joven anemo, la tengu disparó sus flechas apuntando el único punto débil de la criatura: Sus ojos. La criatura chilló del dolor al quedar ciega.
Sara se percató de que ya no poseía flechas normales, y no podía invocar flechas electro debido a que su visión no estaba activada. Suspiró profundamente al desenvainar su wakisashi, sabía que, si bien la lucha se tornó a favor de su grupo, aún existía la posibilidad de que las cosas se pusieran en su contra nuevamente.
-Rindanse y los dejaremos vivir, solo vamos a destruir la maquina que tratan de proteger. - Sara apuntó la katana hacia aquel aparato.
-No dejaremos que eso pase.- Un pequeño vapor de miasma púrpura emergió de Tetsuo, mientras este trataba de levantarse.
-Ya lo perdimos todo, incluso hasta nuestra humanidad, ya no somos nada más que la sombra de lo que fuimos. Lo único que queremos es justicia por nuestras familias caídas.- Masato empezó a regenerarse de sus heridas, se lo veía cada vez más furioso.
-Perdí a mi hijo en la guerra contra la resistencia Sangonomiya.- La bestia cryo emanaba algo que Kazuha conocía muy bien.
-Yo a mi esposa por culpa el decreto de captura de visiones, tuve que verla como se deterioraba hasta morir.- El odio empezaba a consumir el corazón de la bestia pyro, haciendo que este se volviera más poderoso.
-Eso... Eso es... Resina de arconte.-Kazuha parecía sorprendido.
- Kazuha, explicame ¿Qué es lo que significa esto?- Beidou parecía curiosa ante el asunto.
- He tenido una experiencia similar con una espada contaminada con un tatarigami. Estos soldados fueron manipulados al punto de que perdieron su conciencia por los residuos de arconte en sus cuerpos. Será mejor tener cuidado, los tatarigami que poseen pueden destruir la mente de cualquiera cercano con una voluntad débil, y los combates prolongados son una mala idea.- Kazuha se puso en guardia para encontrar un punto ciego en los monstruos con los que se enfrentaban.
Las bestias hicieron retroceder un poco a los tres luchadores, de la onda de choque producida por el miasma en el abismo. Los kirin artificiales aumentaron su ferocidad y poder destructivo, al punto que los ataques de efecto derretido se hicieron más rápidos y más coordinados.
Tetsuo empezó a congelar el área con nieve negra capaz de quemar la piel al contacto, y Masato tenía un fuego negro que consumía lo que estaba cerca de él. Kazuha tuvo una idea y pensó en buscar una posición favorable para que pudieran destruir la bomba de pulso electromagnetico las mismas quimeras.
-Me imagino que ya pensaste en usar la fuerza del enemigo a nuestro favor, si pudieras hacer un tajo justo en el rango de la maquina, al mismo tiempo que ellos ataquen, podríamos volver a usar electro y tener una ventaja sobre ella. - Beidou esquivó los ataques de ambas quimeras con todas sus fuerzas.
-Estoy de acuerdo, el problema radica en que necesito llegar a una posición favorable. Temo de que si hacemos eso, tendría que exponerlas a un gran daño, ya que tendríamos que distraerlos para lograr ese golpe milagroso.- Kazuha parecia reflexionar, a la vez que se movía con sus movimientos anemo, y ayudaba a ambas a desplazarse sin problemas.
-Mmm... Yo no tengo problema en intentar esa estrategia, Beidou ¿Crees que podremos llegar a tiempo, mientras cuidamos a Kazuha-san?- Sara parecía reflexiva ante la situación... - Esperen...- Miró las paredes por unos segundos, y les señala el techo a ambos.- Lo tenemos.
Los tres ya tenían su estrategia lista, ambas bestias empezaron a lanzar toda clase de proyectiles cryo y pyro con todas sus fuerzas. Kazuha usó su "Chihabayuru" para elevarse hacia el techo una vez más con Beidou y Sara.
Las dos muchachas empezaron a correr por el techo gracias a la habilidad elemental del joven anemo y las bestias empezaron a apuntar a ambas mujeres ocasionando que parte del techo colapse. Esto no sería nada del otro mundo, de no ser porque Kazuha ya sabia que hacer, lo siguente fue cargar su habilidad elemental para llegar a una posición oportuna.
Ya al llegar en el medio de ambos kirin, lo siguiente fue ejecutar el "Chiharaburu" con reacción de polvo con los restos de toca en el aire. La estrategia funcionó, ambos monstruos quedaron ciegos y disparon de forma errática. El joven anemo logró acercarse a la bomba de pulso electromagnético para destruirlo usando la carga pyro que lanzó Masato en unos de sus proyectiles. El problema fue que tanto Sara como Beidou recibieron daño por culpa de los ataques pyro y cryo de los monstruos, quienes literalmente disparaban en todas direcciones.
Kazuha lanzó su tajo para destruir la bomba de una vez por todas, aplicando un poderoso torbellino de fuego. Sara y Beidou pudieron activar sus visiones, estaban listas para remontar la situación a su favor, aún con sus heridas expuestas. Estaban listas para darlo todo con tal de terminar la batalla.