—Hermana mayor Murong Xue, ¿estás herida? Permíteme curarte —dijo con inquietud Chu Long cuando vio las manchas de sangre en el cuerpo de Murong Xue inmediatamente y se acercó con una expresión de preocupación.
—¿Cómo podría este lagarto de fuego lastimarme? La sangre en mi cuerpo es toda suya —dijo con una expresión de confianza Murong Xue, agitó su mano, su largo cabello rojo aleteaba en el viento.
—Liu Yan, mira esto. ¿No es una sencillez? —después, Murong Xue miró a Liu Yan con una expresión triunfante y le lanzó una carta.
Liu Yan la tomó y la miró. Era una carta yin.
Aunque ya tenían cartas yin, era bastante impresionante que ella pudiera conseguir una carta yin tan rápido ya que esta le era inútil.
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