Gavrael (Parte XXIX)

Las piernas de Gavrael se desplomaron y cayó de rodillas al ver el cuerpo sin vida de su amada en el suelo. Su garganta y muñecas estaban cortadas y, al ver el corte, pudo notar que fue hecho de manera muy limpia y con un solo tajo violento de derecha a izquierda. Era evidente que la habían drenado de sangre.

Se escuchó el sonido de su espada al caer al suelo y Gavrael se derrumbó sobre su cuerpo. Todo su ser temblaba y, en el momento en que la sostuvo en sus brazos, aulló de agonía, gritando su nombre, suplicando que despertara, una y otra vez, cada vez más fuerte, como si esperara poder gritar lo suficientemente fuerte como para despertarla literalmente de los muertos.

Pero, tristemente, no volvió a abrir los ojos. Su cuerpo cálido ya se había vuelto helado en su cálido abrazo.