A regañadientes, finalmente se alejó y cubrió a Evie con la manta. Estaba a punto de levantarse cuando Evie extendió la mano y tiró de su bata.
—¿Adónde... adónde vas? —preguntó ella, su rostro de repente ansioso mientras sus dedos se apretaban en su bata sin darse cuenta.
—Tengo un recado que hacer —respondió él, mientras su mirada se inclinaba hacia la puerta y el alboroto que había afuera desde hace mucho tiempo.
—¿Recado?
—Mm. No te preocupes, no me iré de nuevo sin decírtelo primero. —sonrió satisfecho y le besó la frente, haciendo que su color subiera de nuevo— Volveré tan pronto como termine... tan pronto como termine de decirles unas palabras.
...
El duque y todos los demás involucrados esperaban ansiosamente en el salón del trono, donde reinaba un silencio tenso mientras todos se encontraban frente a Gavriel.
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