: La Batalla del Bosque.

Mientras los grupos comenzaban su lucha contra los monstruos, Lían, el líder del grupo (A), mantenía su espada en alto, inspirando confianza en sus compañeros. Con cada golpe y bloqueo eficiente, demostraba su habilidad como espadachín.

Rebecca, la arquera sanadora, se mantuvo en una posición retrasada pero estratégica. Sus flechas eran precisas y suaves. A medida que los miembros del grupo recibían heridas, ella les enviaba una curación ligera por medio de sus flechas mágicas.

Ana, la exploradora maga, se movía con agilidad entre los árboles, aprovechando su conocimiento del terreno para lanzar sus hechizos con mayor precisión. Sus rayos mágicos impactaban directamente en los lobos demoníacos, debilitándolos antes de que pudieran acercarse demasiado.

Samuel, cortaba y empujaba a los orcos con furia. Movía su espada con fuerza, despejando el camino para que sus compañeros pudieran atacar sin interrupciones. No dejaba que ninguno de los monstruos se acercara demasiado a él.

A medida que avanzaba la batalla, los goblins, lobos demoníacos y orcos parecían aumentar en número. Aun así, los grupos no retrocedían. Luchaban con paciencia y habilidad, cada uno desempeñando su papel para mantenerse con vida.

Lían desenvainó su espada y dirigió a su equipo hacia el mayor grupo de monstruos. El grupo se reunieron a su lado, formando un frente unido. Atacaron con ferocidad, derrotando a varios goblins en un solo golpe. Pero más y más monstruos se aproximaban desde la oscuridad del bosque.

Rebecca se movió rápidamente entre los miembros del grupo, cuidando de sus heridas mientras continuaban luchando. A medida que sanaba las lesiones, también lanzaba rápidos ataques con su arco, eliminando a los goblins más cercanos.

Ana invocó un hechizo de escudo mágico alrededor del grupo, protegiéndolos de los ataques de los lobos demoníacos. Su magia les proporcionaba una barrera temporal mientras ellos luchaban ferozmente para mantenerse a salvo.

Samuel, con sus habilidades de espadachín, se enfrentaba directamente a los orcos más fuertes. Su espada se deslizaba rápidamente, cortando y parando los golpes de los orcos. Su valentía inspiraba a sus compañeros, manteniendo en alto el espíritu de lucha.

La batalla aún no se había ganado, y debían prepararse para enfrentarce mas peligro en el próximo cuarto de la confrontación.

Continuará...