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Segunda cita en grupo (I)

Los últimos días han sido tranquilos. Aunque sé que el estudiante Fen, el que me echa las culpas de su expulsión, sigue tramando algo. También están Zhi Mu y su hermano. No estoy seguro, pero creo que están tramando algo también. Aunque las informaciones que recibo de los esclavos no son concluyentes.

Liang ha alcanzado la etapa cinco. Poco a poco se va a acercando al resto. Wan está en la nueve. De nuevo ha intentado hacer una píldora. Ha tenido un éxito parcial. Ha logrado una un poco defectuosa. Le ha faltado qi. Estaba exhausta pero ilusionada. Quiere llegar al reino del alma cuanto antes. Para tener qi suficiente para hacer las más simples.

Por desgracia, no puedo ayudarla inyectándole qi. No podría mantener la concentración. En especial, alguien que ha resultado ser tan pervertida como ella.

A Guo Hai también la he llevado a la nueve esta mañana. Me miraba con adoración. Además, sus meridianos han mejorado bastante. De hecho, el de todas. Mis gemelas favoritas también están entusiasmadas por eso. Aunque tengan que ocultarlo cuando están fuera. Wan quizás sea la que más ilusionada está. Tener mejor circulación de qi le ayuda a hacer píldoras. Supongo que yo debo estar después de la alquimia en su lista de preferencias. No estoy seguro de la posición.

Respecto a Shun, parece ser que su arma es un cetro. Una elección curiosa. No es muy indicado en peleas cuerpo a cuerpo. Pero canaliza mejor algunas técnicas.

Como sea, hoy es el día del "segundo evento de combates y citas". Mis pervertidas están ilusionadas. Disfrutan organizándolo. Y más aún intentando crear parejas. Lo que no esperaba es que estuvieran esperándome delante de mi cabaña.

–¡Vamos, que llegaremos tarde!– me coge del brazo Bei Liu, llevándolo entre sus pechos.

–¡Date prisa!– añade Bi Lang. Se aprieta contra mí mientras también me coge del brazo.

–¿Precisamente vosotras tenéis prisa? Pero si aún queda una hora…– me las quedo mirando, intentando no reír.

–Esto es esto y lo otro es lo otro– se defiende Bei Liu, mirando hacia otro lado.

–Vaaaa– suplica Bi Lang, apretándose más a mí.

–Ja, ja, vamos– me rindo. No es que sea capaz de negarles algo tan sencillo.

Sonríen y me besan en la mejilla.

–Después si quieres más– me susurra Bei Liu en el oído.

–Mucho más– añade sensualmente su amiga.

–¿Cómo de más?– pregunto, mientras las cojo del culo.

–Mmm. Tendrás que esperar.

–Valdrá la pena.

Tras decirlo, empiezan a caminar. Alejando sus blanditos culos de mis manos. Riendo y sacándome la lengua. Arrastrándome tras ellas.

Bueno, por suerte, como no sabía si tendría tiempo, ya he adelantado trabajo. Entre copia y copia, he empotrado a Rong, Rui, Ning y Hai contra la pared. Una tras otra. Penetrándolas sin compasión. Amordazándolas para que no hicieran ruido. Apretando sus nalgas contra mis caderas. Sus pechos contra la pared. Mañana las saborearé más despacio.

—————

–No ha llegado nadie aún– se lamenta Bei Liu.

Evidentemente. ¿Quién va a llegar una hora antes? Bueno, quizás un poco menos de una hora. No digo nada. Tampoco está mal estar un rato en su compañía.

–Ven, esperemos allí– me arrastra Bi Lang.

Es una especie de recinto cerrado. Aunque solo a media altura. Cubre hasta la altura del pecho.

–Vigila. Si viene alguien, avísanos.

–Nosotras estaremos aquí abajo.

Por un instante, no sé qué quieren decir. No querrán dormirse, ¿verdad? Pero pronto descubro que he subestimado su perversión. Me bajan los pantalones. Una empieza a jugar con mi miembro. La otra con mis testículos.

Me veo obligado a estar de pie mientras juegan conmigo. Ahora empiezo a comprender. Por eso querían llegar tan pronto.

–Pervertidas– susurro.

No dicen nada. Oigo risitas. Se van alternando. Sirviéndome. A veces sus dos lenguas recorren la extensión de mi miembro. A veces una o las dos juegan con la punta. Otras, una me devora. Metiéndolo en su boca. La otra juego con la base. O mis testículos. Sus manos a veces recorren mi miembro. O juegan con mis nalgas. O mis piernas.

Yo me apoyo en el borde de la barrera. Intentando no mostrar el placer. La estimulación de sus bocas. De sus lenguas. De sus dedos.

Puedo notar la humedad recorriendo mi miembro. Envolviéndolo. Estimulando los rincones más sensibles. Son buenas. ¿Cuándo han aprendido a usar qi? Me cuesta contenerme. Quiero seguir disfrutando de su pericia un poco más. Y a la vez quiero correrme en sus bocas. Si no estuviéramos en público, incluso follármelas. Consiguen despertar la lujuria en mí.

Mientras disfruto de su servicio, noto que alguien me mira. La recuerdo, es una de las estudiantes. No se atreve a venir. Aparta la mirada cuando se encuentra con la mía. Tímida.

Supongo que ya es hora de acabar. Cuando noto que una de las dos lo mete en su boca, me dejo llevar. Aprieto los dientes. Intento no mostrar el placer cuando me corro en su boca.

Bei Liu aparta sonriente los labios de mi miembro. Mira a su amiga. Se besan. Luego me miran. Viciosas. Abriendo la boca. Mostrándome las dos mi semen. Pervertidas.

–Alguien ha llegado. Pelo castaño con tirabuzones– las interrumpo.

Ellas tragan de golpe.

–¡Ah! Tiene que ser Yan Xiulan– se levanta Bei Liu.

–¡Lan' er!– la llama Bi Lang, agitando el brazo.

Nadie diría que acaban de hacerme una felación. Excepto que me han sonreído y guiñado el ojo.

La estudiante las mira algo sorprendida. Normal. Han aparecido de repente. Se acerca, sonriendo con timidez. No me mira. Tiene la piel bastante blanca. Sus ojos marrones claros. El rostro algo pecoso y sonrojado. Lleva un vestido rosa largo. No muy ajustado. Ni muestra mucha piel. Se adivina que sus pechos son más bien modestos.

–Ho… hola… No os había visto– nos saluda. A mí me mira solo un instante.

–Ja, ja. Estábamos aquí al lado– disimula Bei Liu.

–Has llegado pronto. Este es Kong. Ella es Yan Xiulan– nos presenta Bi Lang.

–Encantado– la saludo.

–E… Es un pla… placer– tartamudea ella, nerviosa y aún más roja.

No es que me extrañe. Ya sabía de la ocasión anterior que ambos grupos eran tímidos. Que no estaban acostumbrados a interaccionar con el otro sexo. A ella la recuerdo de un par de peleas. Usa una alabarda. Un arma que resulta curiosa en ella. Es más bien bajita. Y parece delicada. Aunque cuando pelea, cambia totalmente.

–Hace joyas con runas. Es como los talismanes. No tan potentes, pero duran más. Algunas joyas son preciosas– explica Bei Liu.

–Oh. He oído hablar de ellas, aunque no he visto nunca ninguna. ¿No tendrás alguna para verla?– pregunto.

–Esto… Bueno… este collar puede dar algo de protección, aunque no me ha salido del todo bien. Aún estoy empezando…– se medio disculpa ella.

Es un collar sencillo. Hay cinco gemas incrustadas en una estructura metálica. Quizás sea plata, pero no estoy seguro. Hay varias inscripciones en el metal. Son pequeñas.

–Guau. Tiene mucho trabajo hacer estas inscripciones. Debe necesitarse ser muy preciso. ¿Son las que crean la protección?–pregunto con curiosidad.

–En parte sí. Pero también el metal y las gemas son importantes. Las inscripciones ayudan a canalizar y dar forma al qi, pero sin los materiales adecuados es imposible. Además, es necesario adaptarlo al tamaño y composición exactas– explica Yan Xiulan.

No puedo evitar sonreír. Como Wan, parece transformarse cuando habla de lo que le gusta. Sin duda, también es apasionada.

–Es increíble. Parece que tienes talento para eso. Yo puedo copiar cuadernos, pero esto no podría– confieso.

–¿Copias cuaderno? ¡Qué envidia! Pagan mucho mejor. Además, no tengo tanto talento. El resultado es imperfecto– se lamenta.

–Solo necesitas más práctica. Si has llegado hasta aquí, seguro que podrás seguir mejorando– la animo, sonriéndole.

De repente, ella aparta la mirada. Se sonroja. Vaya. Había estado hablando un rato sin problemas.

–No se da cuenta de lo letal que es esa sonrisa– susurra Bei Liu a su amiga.

–Con un poco más de práctica, sería un seductor perfecto– añade esta.

En serio, no sé muy bien que traman. Aunque eso no me impide pellizcarlas disimuladamente. Sin que se note, ellas me devuelven el pellizco. Parecen divertirse.

–¿No querías pedirle algo?– le pregunta Bei Liu.

–Yo… Bueno…– dice sin mirarme.

–Lan'er quería practicar contigo un poco. Nunca ha luchado contra alguien con bastón. Si te está bien– Interviene Bi Lang.

–Claro, ningún problema– respondo sin pensar –. Si quieres podemos ir ahora, mientras esperamos. Usabas una alabarda, ¿verdad?

Me parece que hay algo más. La sonrisa de esas dos pervertidas esconde algo. Luego las interrogaré. Pienso follarlas hasta que confiesen. ¿O tendría que no hacerlo hasta que confiesen? Quizás, pero no es tan divertido.

–Sí… Va… Vale– acepta ella. ¿Se ha sonrojado por algo?

—————

La plataforma de lucha está libre. La habíamos reservado para luego. Si no hay reserva, puede usarla el primero que llegue. El supervisor nos mira y nos deja pasar. Tras pedirnos los nombres. Se encargará de pasar los resultados.

–Ataca tú– le ofrezco.

Estamos aquí para practicar un poco. Al final, yo me rendiré. Así ella tiene una victoria. A mí no me hacen falta.

Yo saco el bastón. Ella una alabarda. Es una arma curiosa. Medio lanza, medio hacha. Por lo que vi el otro día, no es tan rápida e incisiva como la lanza. Tiene el punto de equilibrio más arriba. Eso la hace menos manejable para ensartar. Como hacha, no es tan contundente. Demasiado alargada. Si bien es peor que cualquiera de las dos armas en su especialidad, su ventaja es la mayor flexibilidad. Quizás no tan poderosa, pero puede actuar como lanza y hacha.

Me ataca de arriba a abajo. Como una hacha. Sus tirabuzones ondean al viento. Es mona. No es un ataque muy rápido, podría esquivarlo. Pero no es el propósito. Quiero ver que tal puedo enfrentarme a él. Uso "Corriente de qi" para imbuir al bastón en el lugar del impacto. Más o menos. Aún no soy capaz de imbuir zonas demasiado pequeñas. Es un desperdicio de qi, pero antes era peor. Voy mejorando. 

Lo bloqueo con facilidad. El ataque no era muy potente. Ella no ha usado ninguna técnica, ni mucho qi. Estaba probando. La miro. Asiento con la cabeza. Puede atacar con más fuerza.

Vuelve a hacer el mismo ataque. Hasta tres veces lo repetimos. El último puedo bloquearlo, pero ya noto que no puedo relajarme. Ha ido aumentando la intensidad. Creo que este era el más fuerte. Usa algo parecido a "Corriente de qi" para reforzar el ataque. Aunque no estoy seguro de si es lo mismo.

Pone la alabarda paralela al suelo. Me ataca ahora como si fuera una lanza. En lugar de bloquear, golpeo para apartarla. Tengo práctica con Song. Frunce el ceño. Vuelve a atacar, con mayor rapidez. Vuelvo a desviarla.

Cabe decir que la chica tímida ha desaparecido. Igual que cuando hablaba de las joyas, ahora está concentrada. Alterna intentar agujerearme y partirme en dos. No tiene más variedad de ataques.

Sus ataques como lanza son más fáciles que los de Song. Quizás más letales, ya que tienen más qi. Pero no más rápidos. Y más predecibles. Cuando ataca como hacha, son telegrafiados. Solo necesito ser capaz de bloquearlos.

En resumen, sabe usar la alabarda, pero le falta experiencia de combate. Y variedad. Bueno, precisamente para eso practicamos.

Me mira mientras recupera el aliento. Yo no estoy tan cansado. Supongo que me he movido menos. Y he gastado menos qi. Sobre todo, cuando solo tenía que apartar sus ataques.

–Ataca tú ahora– me pide.

Eso hago. Mis ataques son más variados. Puedo atacar de arriba a abajo como ella. Aunque mis ataques golpean, no cortan. También como si fuera una lanza. Añadiendo qi en la punta pueden ser golpes bastantes contundentes. Puedo girar el bastón cuando me bloquea y atacar con el otro lado. No es tan potente. Pero al golpear sus piernas, la he hecho caer un par de veces.

Cuando en lugar de golpear he pasado el bastón por la espalda y he atacado por el otro lado, la he sorprendido. La primera vez que lo hice con las chicas, conseguí golpear a Song. La segunda, me gané una patada en el estómago. Y sus burlas. Así que ahora voy con más cuidado.

Veo que está cansada. No le debe de quedar mucho qi.

–Me rindo– anuncio.

El supervisor me mira y alza una ceja. Luego se encoge de hombros y apunta el resultado. Supongo que era evidente que tenía ventaja. Pero da igual.

–Gracias, ha sido divertido. ¿Quizás mis ataques son muy previsibles?– se acerca ella, algo batida.

–Un poco. Solo usas dos formas. Debería aprender otras. Quizás cambiar de una a la otra. Probar a hacer amagos. Lo único que te hace falta es práctica– la intento animar.

–Ya veo. No es fácil encontrar alguien que me deje practicar. ¡Muchas gracias!– me agradece con una enorme sonrisa.

–Ha sido un placer, yo también he practicado. Deberías sonreír más. Estás realmente preciosa– digo lo que pienso sin más. Resulta deslumbrante.

–Ah… Esto… Gracias… Eh... Tengo que irme…

No lo entiendo. De repente, se ha vuelto y se ha ido corriendo. ¿Se ha puesto roja? Mis pervertidas la interceptan. También ha llegado Fen Huan y Pen. De algo están hablando. Ella está de espaldas. Ellas me miran de vez en cuando. No sé muy bien qué pasa.

Veo también que ha llegado más gente. Nos estaban mirando. Algunos chicos se acercan. Supongo que tendré que esperar para enterarme qué ha pasado con Yan Xiulan.

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