¿Puedes matarme?

—¿Este lugar contenía en realidad los restos de uno de los subordinados del Ojo Demoníaco? Aunque Ye Chen no sabía de dónde provenía el Ojo Demoníaco, estaba seguro de una cosa. La fuerza del Ojo Demoníaco estaba definitivamente por encima de la del Rey Sagrado Eterno. Además, el Ojo Demoníaco había revelado que no tenía cuerpo físico y solo podía existir en este estado. Desde las Montañas Kunlun hasta el Continente Lingwu, el Ojo Demoníaco lo había ayudado innumerables veces. Si tuviera la oportunidad de reconstruir el cuerpo del Ojo Demoníaco, solo sería algo bueno.

—Está bien, te ayudaré —dijo Ye Chen seriamente—. Abre esta puerta primero —pronto, la voz del Ojo Demoníaco vino desde su conciencia—. Escúchame de ahora en adelante.

—¡Abre! —Ye Chen gruñó y desató su poder. La pesada puerta crujía y se abría lentamente.

Chen Xin miraba la espalda de Ye Chen y sus ojos destellaban.

Finalmente, mientras todos miraban con incredulidad, ¡la pesada puerta fue abierta por Ye Chen!