—¿Hay algo mal, Beatrix? Llámame paranoica o algo así, pero percibo cansancio en tu tono. ¿De verdad estás bien? —Elisa sonaba sospechosa.
Alejo el teléfono de mis oídos para evitar que su aguda voz me atraviese el tímpano. Su Intuición nunca deja de sorprenderme. No importa cuánto oculte algo a mi mejor amiga, siempre lo descubrirá y encontrará la manera de sacarme la verdad. Esta vez, me pregunto cómo logra sentirlo a través de otro país. Estoy convencida de que Elisa tiene un poderoso instinto.
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