—Haco, sabes que la gente del Reino Sagrado llegará dentro de medio mes, ¿verdad? —Iris miró al hechicero—. Quizás fueron todas las cosas que habían sucedido en las últimas semanas, que habían agotado al hechicero, pero parecía que había envejecido varios años, lucía tan viejo y un poco frágil. Nos matarán a ambos si las palabras llegan a sus oídos. Aún más, ¿cómo puedes explicar el Serafín ahora?
—No lo sé, Iris, realmente no lo sé. Siento que tengo todas las pistas, pero ninguna respuesta —dijo Haco con frustración—. Conocía muy bien el castigo para alguien que pretendía ser el Serafín y no deseaba que algo así le sucediera a Iris en absoluto, pero luego todos los signos estaban allí, Iris también medio le creía, aunque todo sonaba tan absurdo. Desearía poder obtener información del licántropo, ya que él está aquí y sabe más acerca de lo que sucedió en el Reino Sagrado y el Serafín, pero se niega a decir más.
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