—Iris miró la mano que se le extendía y la tomó, en la cual la dama Cyan sostenía su mano firmemente —comentó el narrador—. Fue tan firme, hasta que frunció el ceño cuando sintió la fuerza detrás de ella. No necesitaba sujetarle la mano tan fuerte, como si fuera a huir o algo así.
—Sin embargo, Iris no dijo nada, mientras miraba a la dama Cyan, pero ella le sonreía, no se sentía extraña con la forma en que le agarraba la mano.
—Justo en ese momento, Cane terminó de hablar con Koda, pues ambos se acercaron a la dama Cyan e Iris. El alfa echó un vistazo a sus manos, pero no dijo nada al respecto.
—El Alfa Derick se ha dirigido al dormitorio del príncipe heredero con mi beta —informó Cane a la dama Cyan—. Esta vez, el rey no vino con ellos y la dama Cyan estaba a cargo de presenciar que la investigación se desarrollara de manera fluida y justa.
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