El Anuncio

"Después de que todo el desafío finalizó, Guillermo me llevó de vuelta a mis habitaciones privadas. Me acostó en la cama suavemente pero su rostro estaba lleno de ira como si estuviera a punto de matar a alguien.

—Martha, por favor prepárame un baño caliente —ordené a Martha—. Con lo que acababa de suceder, me sentía bastante sucia por todo el cuerpo.

—Y-Sí, enseguida su alteza —Martha se apresuró a salir a preparar mi baño.

—Will... —Lo llamé pero no respondió. Era como si no estuviera en su cuerpo—. ¡Guillermo! —Lo llamé con un volumen más claro.

Guillermo volvió en sí y me miró preocupado. —Alicia, ¿c-cómo estás? —preguntó—. ¿Por qué no me llamaste cuando eso sucedió? Deberías haberme llamado. Yo debería haber… —Perdió la voz pareciendo muy furioso.

—¿Deberías haber hecho qué, Will? —pregunté sabiendo la respuesta—. Sé lo que habrías hecho. Habrías apuntado tu espada contra el príncipe heredero de este país.