Todos Cometen Errores

Tom permaneció en el balcón después de su llamada telefónica con Harry, su mente un torbellino de pensamientos y emociones. La conversación con Harry lo dejó con el corazón pesado y preocupado por Jade.

En lugar de volver al interior, se recostó sobre la barandilla del balcón, el aire fresco de la noche rozando su piel mientras sacaba su teléfono de nuevo.

Lo miró por un momento antes de marcar el número de Jade. Necesitaba tener noticias suyas y saber cómo estaba, y también entender qué la había llevado a un malentendido tan drástico.

El teléfono sonó varias veces antes de que Jade respondiera, su voz temblorosa y llena de tristeza. —¿Tom?

—Oye —comenzó Tom suavemente, tratando de mantener su voz estable—. Acabo de hablar con Harry. Me contó lo que pasó. Quería saber de ti, saber cómo estás.

Al oír sus palabras, Jade se derrumbó, sus sollozos resonaban a través del teléfono. —Lo siento mucho, Tom. Lo arruiné todo. Fui tan estúpida. La regué tan mal.