Al día siguiente se reunieron en la mesa del comedor para desayunar como de costumbre, y esta vez Candace se vio obligada a unirse a ellos.
—¿Dormiste bien? —preguntó Janet con una cálida sonrisa, y Candace asintió con la cabeza.
Candace no sabía cómo relacionarse con la mujer que era la hermana gemela de la mujer que le había dado a luz y la había abandonado. No era como si tuviera algo en contra de Janet. No, no lo tenía.
Su único problema era que realmente no sabía qué se suponía que debía decir o hacer. O qué se esperaba. Todo el asunto era incómodo. Era más fácil para ella relacionarse con Harry y Aaron porque no le habían dejado opción en la forma en que la acogieron. Y también fue fácil conectar con Lucy porque ella y Lucy eran casi de la misma edad y habían interactuado de cerca antes. Pero con Janet era diferente.
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