Aunque ya casi era la hora de cierre, Harry permanecía sentado detrás de su escritorio con el ceño fruncido y desconcertado mientras miraba fijamente la pantalla de su computadora portátil.
Había estado ocupado todo el día, pasando de una reunión a otra inmediatamente después de regresar a la oficina, por lo que no había podido reflexionar sobre lo que había sucedido antes en el día.
Ahora que estaba solo y tenía algo de tiempo en su oficina, pudo pensar en el extraño comportamiento de Tom al recordar la reunión con los inversionistas y el extraño intercambio con la mujer frente al restaurante.
¿Qué podía ser tan grave que Tom no pudiera decírselo? ¿Lo involucraba a él? Cuanto más pensaba en ello, menos podía deshacerse de la extraña sensación de que todo lo que había sucedido allí tenía que ver con él.
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