Lucy se retorcía en su asiento al sentir la mano de Tom deslizándose por sus muslos. El movimiento de su mano evocaba pensamientos y sensaciones en ella que no debía pensar ni sentir mientras sus padres estaban sentados frente a ellos en la misma habitación.
Se volvió para mirarlo en la habitación con poca luz, —Tom —susurró.
—¿Sí, nena? —Tom susurró de vuelta, pretendiendo no saber por qué lo había llamado.
—Nuestros padres están aquí —le recordó Lucy nerviosamente.
—La habitación está oscura, así que no pueden vernos. Además, están todos muy ocupados viendo los momentos capturados durante el concurso —le aseguró Tom, y como para demostrar que tenía razón, sus padres estallaron en una carcajada al ver la escena en la que Tom y el padre de Lucy intentaban encontrar el chicle de globo escondido en la nata montada.
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