—Christian acababa de dejar de hablar cuando Wendy estalló en risas.
—Se rió fuerte y largo como si hubiera escuchado algo increíblemente divertido.
—Christian frunció el ceño, irritado por su risa aparentemente interminable.
—¿Por qué te estás riendo? —preguntó.
—Tentando en desesperación, continuó —Fuiste tú quien llamó ayer, pidiendo cambiar a Alice por Zen. Así que ahora, te estoy dando la oportunidad de llevar a Zen contigo.
—¿Qué te ha pasado, Christian? Solía pensar que eras bastante inteligente, pero parece que lo has perdido al enfrentarte a algunos contratiempos —se burló Wendy de él.
—Fue entonces cuando Christian lo perdió por completo.
—¿A qué diablos te refieres con eso? —se desahogó.
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