Roland sintió cómo el peso en sus hombros se aliviaba gradualmente. —Hija, por favor pídele que me vea. Necesito verla y hablar... —suplicó.
—Claro, papá. Te ayudaré. Pero... —Scarlett sonrió con ironía, mirando a su desordenado padre—. Realmente necesitas cuidarte. En serio, pareces un abuelo de 70 años. —Ahogó una risa.
Al ver a su padre a punto de hablar, ella interrumpió, —Vamos, papá. Si no te cuidas, la gente podría confundirte con el abuelo Robert! —Nota en blanco
Roland, ...
Robert casi se atragantó pero se mantuvo sereno.
—Tu piel está pálida, tu cabello necesita un corte, y te ves muy delgado, ¡papá! —Scarlett se burló, conteniendo la risa mientras él entraba en pánico.
—¿Estoy tan mal? —preguntó Roland, revisándose a sí mismo.
—Sí, papá. Y debes estar saludable y en forma porque mi mamá todavía se ve joven y hermosa, —Scarlett aconsejó sinceramente, recordando la apariencia atemporal de su madre.
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