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Capítulo 27 – La vida de un hobgoblin (R-18)

Intenté caminar para buscar más comida, pero no podía. Terminaba en el piso cada vez que lo intentaba. Llego la noche y con ello un goblin volvió trayendo a una mujer desde el cabello.

Mujer: ¡AHHH! ¡Suéltame! ¡Ayúdenme!

Cuando el goblin vio que la mujer que antes estaba viva ahora estaba casi en los huesos se acercó a mí con una mirada de enojo.

Goblin: ¡Gobu! ¡Gobu!

Podía entender subconscientemente sus palabras, pero no me importo. Para este punto finalmente sentí que podía caminar. Me puse de pie y me acerqué al parecía se mi padre y dije.

Leo: Gobu

Después de eso me abalancé sobre él y empecé con su cuello. El goblin grito y trato de alejarme con sus brazos, pero era mucho más fuerte que él. Cuando sus movimientos se detuvieron empecé un nuevo festín. No había comido nada desde el festín que tuve en la mañana con mi madre.

La sangre verde del goblin salpico por todas partes asustando a la mujer que parecía ser una estudiante adolescente. Cuando termine me limpie mi boca que estaba llena de sangre verde. Me había comido todo y había dejado en los huesos a ese goblin. Incluso su piedra mágica fue consumida por mí. Sin embargo, cuando creí que finalmente había terminado con todo vi a la mujer acurrucada en una esquina temblando de miedo. Esto hizo que un instinto se apoderada de mí. Mi miembro se había levantado y con ello se activó una nueva faceta. Había entrado en la pubertad goblin. Quería reproducirme. Era algo completamente intuitivo por lo que avance hacía la mujer que temblaba.

Mujer: ¡Por favor no te acerques!

Sin importarme rasgue la ropa y la deje en ropa interior. Su piel blanca la hacía lucir como una joya entre todas las demás mujeres incluso mi madre palidecía contra esta chica. Sus piernas eran largas, sus pies bien cuidados, sus manos finas, su piel tercia y rostro bonito. Esto provoco que tragara saliva. Arranque su ropa interior lo que provocó que cubrirá sus pechos desarrollados con sus brazos.

Mujer: ¡No por favor! ¡Déjame ir! ¡No me hagas esto! ¡Te lo suplico!

Las lágrimas caían por el rostro de la mujer, pero no me importo. La jale del pelo y la arrastre a un lugar mejor. Separé sus piernas eh introduje mi miembro en ella. La sensación era simplemente celestial eh indescriptible. Era algo cálido, suave y sobre todo placentero.

Mujer: ¡AHHHHHHHH!

La mujer grito y el olor a sangre inundo el pasillo en el que estaba. La mujer lloraba descontroladamente murmurando palabras que no podía entender. Empecé a mover mis caderas en busca de esa cómoda sensación. El rostro de dolor de esta mujer por alguna extraña y retorcida razón me genero más placer.

Sonidos de *PAH *PAH *PAH se escucharon por treinta minutos aproximadamente hasta que finalmente alcance el clímax que tanto había estado esperando. Un líquido blanco salió de la punta de mi pene y se introdujo en la matriz de la chica.

Mujer: ¡NOOOOO! ¡Por favor! ¿¡Que hice para merecer esto!?

El llanto descontrolado de la mujer me provoco enojo por lo que la abofetee para que se callara. Continúe así hasta que salió el sol. La mujer se había desmayado y yo finalmente estaba satisfecho. En su rostro podía ver ira y dolor, no me importo hasta que sentí que surgía el hambre otra vez. Pensé en devorarla, pero recordando lo espectacular que se sentía su interior estrecho decidí dejarla para disfrutar esta noche la misma sensación. Dejé a la mujer en el piso y salí de lo que llamaba mi hogar.

Recorrí las calles en búsqueda de humanos, tenía dos objetivos buscar comida y mujeres. Las calles desoladas solo me hicieron más difícil el cumplir con mis metas simples. Solo me encontré con goblins que terminé matándolos solo para darme cuenta de un hecho el sabor de la carne de goblin era asquerosa y dura por lo que decidí eliminarla de mi menú y continúe con la búsqueda de humanos.

Finalmente había encontrado a un grupo de humanos que intentaban entrar a una especie de lugar mientras estaban agachados y sostenían sartenes en sus manos uno de ellos medía un trozo de metal en lo que era una cerradura. Me acerqué y rugí, esto alerto a los hombres lo que los puso en guardia. Pero su fuerza no podía ser comparada a la mía los mate muy fácilmente corriendo hacia ellos y arrancar la cabeza de sus cuerpos la mujer que los acompañaba callo al piso llorando y temblando mientras sostenía un sartén por el mango. Empecé a comer la carne de los hombres y con la mujer la jale del pelo haciendo que suelte el sartén que impacto varias veces contra mí sin dejar daño alguno y la arrastre hasta el hotel que consideré mi hogar solo con un objetivo en mente el violarla y procrear con ella.

Esto continuo por algún tiempo si las mujeres se resistían o intentaban escapar las mataba y devoraba en frente de las otras mujeres. Lo que obtuvo un efecto en cada una de ellas evitando que se fueran.

No fue hasta que nació el primer goblin fruto de la primera mujer con la que tuve relaciones. La mujer murió y bebe devoro su cadáver con hambre. Los goblins creían rápido, al final del día ya eran adultos. Pero por alguna razón me crecimiento nunca se detuvo. Cada vez era más alto, fuerte y veloz. Lo que me permitió cazar con más eficiencia. Nunca me canse de esa sensación de matar por lo que cada día me había vuelto más hábil en la lucha cuerpo a cuerpo. No fue hasta el cuarto día de mi nacimiento que obtuve un poder único para mí. Podía estallar en fuerza y destruir paredes solo con mis manos desnudas.

Ya tenía alrededor de veinte hijos que distribuí para que cazaran cada vez que estaba teniendo relaciones con las mujeres que capturaba. Me sentía invencible. No fue hasta que un entrometido invadió mi territorio mientras intentaba violar a una mujer. No había alcanzado a meter mi pene cuando todo se había puesto borroso y oscuro.

Este capitulo puede ser un poco sensible por lo que trate de hacerlo corto.

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