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Difícil decisión.

Narra Liam

Las densas nubes comenzaban a cubrir el cielo estrellado, opacando el brillo de las estrellas así mismo como el brillo de la luna.

—Es hora de volver —dijo Nathaniel.

—¿Y si vuelven? —Natalia se veía muy preocupada.

Esta parece haber sido su primera experiencia en combate, las heridas de su cuerpo pudieron desaparecer de su piel, pero siempre llevará consigo este amargo acontecimiento por siempre en sus recuerdos.

—No volverán —respondió Allen—. Por lo menos no pronto... No hay de qué preocuparse, podremos estar tranquilos mientras tanto.

—Esperemos que así sea.

—Debo regresar a casa.

—Nosotros también debemos irnos, muchachos.

—Joe —le hizo una seña.

—Por supuesto. Nos vemos –se despidió.

Todos y cada uno de nosotros desaparecimos en la oscuridad que nos rodeaba, algunos se fueron en grupos de dos... tres y hasta cuatro, otros simplemente sin algún acompañante. Los ruidos de la naturaleza se hicieron presentes, acompañando mi soledad y rompiendo el silencio que alguna vez había a mí alrededor.

—Hola —me detuve. Sabía que estaban siguiéndome—. ¿Estás molesto?

—Por supuesto que no...

—¿Entonces por qué ese tono cortante conmigo?

—Solo quiero ir a casa...

—¿Podemos acompañarte? —preguntó una vez más.

—Si...

Continúe mi camino sin más que decir, adentrándome en mis pensamientos, pero no tardé en ser interrumpido de nuevo, haciéndome olvidar por un momento mis inseguridades.

—Liam, ¿seguro que estás bien? —esta vez preguntó Joe.

—Lo estoy.

—No estoy muy convencido de ello. ¿Qué pasa?

—Hay algo que no puedo sacar de mi cabeza.

—¿Qué es?

—Lo he estado pensando una y otra vez... y creo que Matthew y yo debemos escapar —debo ocultarlo del mundo sobrenatural, pero no será tan sencillo como parece.

—¡¿Qué dices?! ¿A dónde tienen pensado ir?

—Al sur de México.

—James los buscaría hasta el otro lado del mundo; es inútil escapar de él.

—Además no puedes dejarlo todo, ¿qué hay de tus tíos? ¿Has pensado en ellos? Matthew también tiene familia.

—Mis tíos lo entenderían y Matthew está más solo que nunca; su madre murió y su padre nunca está con él.

—Liam, no tomes decisiones precipitadas. No estás razonando.

—Lo siento... Estoy muy frustrado, ya no sé en qué pensar. Solo quiero que esté a salvo.

—¿Por qué Nathaniel no lo convierte en uno de nosotros? —nos detuvimos en seco y nuestras miradas se dirigieron a él.

En ese momento Allen se dio cuenta que lo había arruinado, percibió mi enojo y el de Joe. Quizá lo dijo sin pensarlo y no fue su intención escucharse como un completo imbécil, pues ya lo habíamos hablado con anterioridad cuando Joe fue intoxicado por acónito y seguía recuperándose.

—Allen —lo miró—. No porque sea tu pareja por el resto de nuestras vidas quiere decir que te apoyaré en tus tontas decisiones.

—Yo no quiero esto para él –dije.

—Creo que sería lo mejor para todos —realmente estaba siendo muy molesto.

Debió haber pedido una disculpa o retractarse, pero estaba dispuesto a seguir con esto.

—¿Lo mejor para todos?

—Si... solo piénsalo por un momento —respondió.

—No tengo que pensar en nada.

—Liam...

—¿Por qué tanta insistencia con esto?

—¡Joe estuvo a punto de morir! —sus palabras hicieron un enorme eco en mi mente.

Allen estuvo a punto de perder a Joe y no solo eso, pudimos haber muerto todos y yo no me lo perdonaría, no podría cargar con tantas muertes en mi conciencia. No puedo pedirles arriesgar sus vidas para salvar a Matthew. Sin embargo, ¿qué caso tendría convertir a Matthew en un Hombre Lobo? Pasaría el resto de su vida escapando de todos los peligros que nos rodean a nosotros; ocultándose de los humanos para evitar ser cazado.

—Estoy consciente de ello, pero tampoco puedes decidir sobre el destino de Matthew. Si tuviera la oportunidad de decidir en ser un humano u Hombre Lobo —hablé por mí—, elegiría ser un humano; es su decisión no es la nuestra —se miraba desesperado y quería lograr convencerme de cualquier manera.

—Entonces hablemos con él...

—¿Qué? —dijimos al mismo tiempo.

—Si... Hablemos con él. Hay que decirle la verdad.

—Ya sabe la verdad; sabe que soy un Hombre Lobo.

—Saber eso es como saber los primeros capítulos de una novela de televisión, estás ignorando el resto de la historia lo cual es muy importante para su entendimiento. Ni siquiera está enterado que nosotros somos Hombres Lobo.

—No... es inútil.

—¿Sabes a qué viene el motivo de mi pregunta? —lo dijo con un tono seco.

—Adelante, tengo mucha curiosidad.

—Antes de mí llegada y de conocernos... Isabella tuvo una premonición —hizo una pausa—. Matthew será un Hombre Lobo… —Matthew será un Hombre Lobo.

Aquellas palabras hicieron un eco en mi cabeza.

—¿Qué? —Joe quedó impactado con la noticia tanto como yo.

—Estás mintiendo —dije.

—¿Por qué te mentiría? —realmente se estaba poniendo serio.

—No lo sé... Quieres engañarme...

—Liam...

—Tú mismo lo dijiste, cuando Isabella habla sobre sus premoniciones, estas cambian; así que eso podría cambiar y evitar que suceda —no quería aceptar esa realidad.

Ni siquiera podía procesar la idea de que Matthew sería un Hombre Lobo. La pregunta es: ¿Cuándo? ¿En qué momento? ¿En qué lugar...? ¡¿Por qué sucederá?!

—Lo único que podemos cambiar es evitar que James sea la persona que convertirá a Matthew en un Hombre Lobo. No podemos cambiar su destino, pero sí evitar que James lo vuelva en contra nuestra.

—¿Sabes algo más? —preguntó Joe.

—Isabella es muy reservada y discreta, puede que ya esté entendiendo como funciona du don. Solo ella sabe cuándo y el momento que sucederá.

—Entonces no tenemos ninguna pista...

—Por eso debemos hacer algo al respecto. Liam, escucha. Matthew posee un poder oculto excepcional y es por ello que James lo necesita en su manada, es el último Delta que necesita para hacer a su manada invencible. Como tú eres un Hombre Lobo puro que se enamoró de un humano, Nathaniel necesita de tu consentimiento para convertir a Matthew.

—Lo siento, Liam —le costaba tanto trabajo como a mí aceptarlo—. Pero tiene razón.

—Esto no lo hago solamente por mí, lo hago por todos nosotros.

—Yo... no sé...

—Lo que está claro es que debemos hablar con él...

—Ni siquiera puedo acercarme a él.

—Allen y Joe lo haremos.

—Tal vez yo sea el indicado para charlar con él —se vieron entre si—. Ya pasé por esto y lo comprendo mejor que nadie.

—Cierto —soltó una pequeña risita nerviosa y seguimos nuestro largo camino de regreso a casa.

...

El viento fresco golpeaba bruscamente mi rostro, removiendo mi cabello largo y alborotado por mi frente, el cual no cortaba desde ya hace un largo tiempo. Ya estaba por llegar a mi destino, solo unos cuantos pasos más y estaré frente a su puerta.

Mi cuerpo temblaba pero de nerviosismo. No sabía si lo encontraría en casa y no lo sabré si no me armo de valor y golpeo la puerta con mi mano; una parte de mi esperaba encontrarlo y la otra deseaba lo contrario.

Toc toc...

La puerta se abrió lentamente y del otro lado se encontraba la persona que esperaba encontrar.

—Necesito un favor —llené de aire mis pulmones—. Es importante.