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Capítulo 36: Agotamiento

Zack estaba a punto de llegar a su límite, lo cual le molestaba. ¿Qué había logrado en este combate? Nada. Esa era la verdad. Solo había luchado contra un montón de Stalkers hasta ser herido por un ataque del Breeder, patético. El ego de Zack no podía aguantar eso. Sabía muy bien que mucha gente le consideraba insoportable y arrogante, pero no le importaba. Todo lo que le importaba era lo que él pensara sobre sí mismo. ¿Empatía? ¿Solidaridad? Una pérdida de tiempo.

Él era un ser egoísta y disfrutaba siéndolo. Desde el principio le había encantado este nuevo mundo, un mundo donde el más fuerte era el que estaba por encima de los demás. Por eso había mirado por encima del hombro cuando el grupo de Adam había perdido a Jane, por eso se había dispuesto recientemente a superar a Adam cuando se dio cuenta de que el muchacho era más duro de lo que pensaba, por eso se prometió matar al Berserker con sus propias manos y limpiar su vergüenza por lo que había pasado en el bloque 2.

Por eso también levantó nuevamente su espada para destruir al siguiente Stalker en lo que comenzaba a ser una larga y desorganizada fila. El puente se estaba congestionando por la absurda cantidad de zombies concentrados allí, todos intentando alcanzar al agotado Zack.

El Berserker luchaba muy cerca de él, por lo que debía tener cuidado. Sin embargo, en estos momentos, por irónico que fuera, ese zombie medio muerto no era ni la mitad de peligroso comparado con la enorme cantidad de Stalkers que se acercaban. Sin embargo, su defensa solo aguantaría si lograban matar al Berserker.

Así que Zack dejó su puesto a otro guerrero de su grupo y se acercó al Berserker, dispuesto a acabar con él de una vez por todas. El problema era lograr mantenerse despierto hasta ese momento. El agotamiento causado por la poción y la curación de Arlem eran irritantes. Zack deseaba con todas sus fuerzas seguir en pie y luchar, matar al Berserker y al Warrior y ganar un nivel tras otro.

Así, siguió de pie. Zack no podía explicar cómo había logrado aguantar tanto, pero estaba seguro de que tenía que ver con el Sistema. No podía negar que era aterrador pensar en el poder que tenía sobre ellos, pero a la vez era embriagador. De repente, un Stalker en su camino saltó hacia él y logró morder su brazo izquierdo. El dolor le devolvió a la realidad, pues había estado desvariando. En vez de concentrarse en la pelea, estaba pensando en estupideces. Perdió algo de tiempo buscando un antídoto en el bolso en su espalda y luego arrojó todos los pensamientos innecesarios de su cabeza y se concentró en el siguiente Stalker en su camino.

Su espada se sentía pesada, pero aún así el Stalker acabó cortado por la mitad. Por fin, luego de una eternidad, llegó a donde estaba el Berserker. Sus demás hombres continuaban atacando al Berserker, pero no estaban haciendo mucho daño, principalmente porque su gruesa piel estaba casi completamente intacta.

Casi era la palabra clave en esta situación, pues el objetivo del Zack era la daga de Anin, aún clavada en el ojo del Stalker. Sin embargo, su plan necesitaba tomar por sorpresa al Berserker, así que comenzó a rodearlo. Sin embargo, eso implicaba acercarse a los Stalkers reunidos en el puente. Por suerte, el Berserker golpeaba a los zombies cercanos, así que todos se mantuvieron alejados de la bestia, lo que le hizo el trabajo más fácil. Cuando por fin estaba frente a la espalda del Berserker, Zack gritó con todas sus fuerzas en un intento de despejar su agotada mente y luego simplemente saltó sobre el zombie.

Una pelea de fuerza contra un Berserker sería una completa estupidez, por lo que Zack contaba con ser breve. Su saltó lo llevó a sostenerse a la espalda del Berserker. Su idea era saltar sobre su cuello, pero no lo logró. Así que se aferró por su vida mientras activaba su habilidad [Cuerpo de Acero] y aguantaba la ira del Berserker.

Luego de un horrible instante en el que Zack sintió que estaba en una montaña rusa fuera de control, el zombie fue atraído de nuevo por el guerrero de su grupo y Zack logró escalar por la espalda del zombie hasta alcanzar su cuello. Desde allí, justo cuando el Berserker levantó un brazo e intentó quitarlo de su espalda, logró estirar su mano, sostener la daga de Anin y presionarla con todas sus fuerzas.

El Berserker perdió el control y gritó, lleno de ira. Momento que aprovechó Krieg para disparar en el interior de su boca. Zack, por su parte, perdió el agarre de sus piernas y quedó colgando de una mano. Había llegado a su límite, por lo que ya no entendía muy bien lo que estaba pasando a su alrededor, solo sabía que debía de seguir presionando.

El peso extra de Zack hizo que el Berserker perdiera el equilibrio y se inclinara peligrosamente hacia atrás. Lo que le permitió clavar la daga más profundamente y logrando, por fin, penetrar el cerebro de un lado a otro.

El Berserker dejó de gritar y cayó al suelo poco después, en donde se quedó inmóvil. Zack fue rescatado por sus hombres, pues para ese momento ya no estaba consciente.

Los Stalker continuaban atacando con intensidad, pero el combate ya se había vuelto mucho más fácil. Los zombies no eran lo suficientemente inteligentes como para saltar por la baranda y asaltar la planta baja del edificio, por lo que simplemente luchaban por un lugar en el puente.

Menil, por su parte, se encontraba en problemas. El tornado había comenzado cerca de donde él estaba, por lo que no había tenido mucho tiempo para ocultarse. Apenas si fue capaz de entrar en el edificio cuando los poderosos vientos le alcanzaron. Como no pudo cerrar la puerta, Menil terminó siendo arrojado al techo del apartamento y luego golpeado por millares de escombros que volaban por todas partes. Al terminar el poderoso hechizo, Menil estaba en mal estado. Su ropa se había convertido en harapos y, más importante aún, la mochila con la poción de salud que le había dado Leonard, también había tenido el mismo destino.

Menil intentó levantarse, pero estaba demasiado débil. Terminó acostado boca arriba, mirando el techo del apartamento y escuchando la pelea en el exterior. No creía poder seguir luchando, por lo que tendría que quedarse aquí. Pensó en cómo estaría su hermano. Nila era propenso a entrar en pánico en situaciones inesperadas, lo que no le había ayudado con la llegada del Sistema.

El sistema fue su siguiente pensamiento. ¿Por qué había creado algo como los infectados? No es que se quejara, pues prefería ser uno de ellos a ser un zombie descerebrado. Un escalofrío recorrió su cuerpo al pensar en esto último, pues el Breeder no daba la impresión de ser un descerebrado.

Volviendo a la línea de pensamiento anterior, Menil se preguntó por qué el Sistema había creado a las tres razas. ¿Podría ser que existieran más? No lo entendía y dudaba que pudiera entenderlo en su vida. Cerró los ojos y, a pesar del riesgo que corría, se dejó llevar por el agotamiento.

Adam se levantó del suelo con dificultad. El tornado le había dejado numerosas heridas y fracturas, por lo que tuvo que recurrir a una poción de salud. Por desgracia, todas ellas se habían roto y no le quedó más que recoger el líquido en su mochila con cierta dificultad y tomarlo. El efecto resultante no fue tan bueno como beber una poción completa, pero fue suficiente para que Adam pudiera moverse cómodamente. El problema era lidiar con el cansancio y el hambre.

Terminó de subir las escaleras hacia el primer piso y se detuvo a observar el grupo de Stalkers que intentaban entrar al edificio. Peor aún, Adam levantó la vista y observó con temor que en el estacionamiento había otro grupo de zombies, pero estos no eran stalkers. El grupo se conformaba por algunos zombies como los Crawlers y Brawlers, pero había muchos zombies de los que no tenía ni idea. Parte de ellos no podía verlos con detalle, pues la oscuridad ocultaba sus facciones, pero Adam estaba seguro de que debía de haber docenas.

Se le hizo un horrible nudo en la garganta. Eran demasiados, ¿podrían aguantar esa segunda horda? Adam no lo sabía, pero apartó esos pensamientos de su mente y decidió que debía ayudar.

En su mano apareció una granada de Roca. Sin pensarlo mucho, la arrojó hacia la enorme cantidad de Stalkers en el puente y frunció el ceño al observar la grotesca escena que siguió.

La granada explotó y envió todo a volar, literalmente. Los Stalkers se volvieron pedazos en un instante, como si no fueran nada. Adam se sorprendió por el poder de la habilidad, lo que se conectó con lo que había pasado con el extraño zombie que podía esconderse en las sombras. Adam comenzaba a pensar que quizá había sobrestimado a los zombies. Ahora estaba seguro de que su nivel le permitía combatir fácilmente contra un zombie al nivel de un Berserker.

Mientras pensaba en esto, arrojó otra granada para eliminar a los Stalkers supervivientes.

En ese momento, se dio cuenta de que para llegar a su nivel había necesitado matar a una gran cantidad de zombies poderosos, los cuales nunca hubiera matado sin la ayuda de su grupo.

Mientras pensaba, el grupo de evolucionados se movió hacia el superbloque, por lo que Adam arrojó una granada más antes de ser interrumpido, por un horrible ruido en los pisos superiores.

Adam desvió su atención hacia el exterior. La sorpresa de encontrar el enorme grupo de Stalkers, le había hecho olvidar que algo había hecho aparecer el tornado. Mientras luchaba contra el cansancio que sentía, corrió hacia las escaleras superiores hasta llegar al piso 4. Allí se encontró con Tarin e Ivy, que cargaban a Noah.

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