NARRA CARLOS
Llevábamos tanto tiempo hablando que supuse que ella ya tenía sed, le dije que me esperara un momento y salí a buscar algo de tomar, regrese lo más rápido posible y la vi sonreír, sus ojos brillaban como dos hermosos luceros, se veía hermosa, su sonrisa era genuina, estaba sola, y seguía sonriendo, la observe por un momento y luego me acerque, le pase la gaseosa y le pregunte que te hace tan feliz, ella respondió, hoy es mi cumpleaños, es obvio que este feliz, no le creí nada, seguimos hablando y ella seguía sonriendo, al verla tan feliz yo me sentía realmente feliz, quería que ella sonriera para siempre, que cada día de su vida fuera así, que pudiera olvidar y dejar atrás todo el dolor que ha tenido que soportar, en ese momento la ame, la guarde en mi corazón y la admire, por ser tan valiente, por enfrentarse a sus miedos como lo hizo, por su valentía y entrega para salir adelante y mientras la miraba no sé en qué momento tome el valor de besarla, pero lo hice, la bese, esos hermosos labios rojos eran míos, ella no me rechazó tampoco, sus labios eran adictivos, creo que ella se estaba quedando sin aire, por lo que pude notar no era una experta besando pero aun así no quería dejarla ir, pero sabía que si no la soltaba entonces sufrirá hipoxia y se desmayaría, al final la deje ir y su cara estaba roja como tomate, una lagrima rodo por su mejilla, me sentí tan miserable por haber hecho eso, no quiero que llore y es lo primero que hago, hacerla llorar, le pedí perdón muchas veces, ella me miro con esos ojos hermosos, me tomo la mano y me dijo: este es mi mejor regalo de cumpleaños, gracias, quedo sorprendido de su actitud y pregunte entonces porque la lagrima y a lo que ella respondió, era mi primer beso y es de lo único que me quedaba una primera vez, la compartí con la persona que más me ha ayudado y que tiene un lugar en mi corazón, me gustaría poder darte tantas primeras veces como fuera posible, pero solo ese beso me quedaba, me miro a los ojos, se arregló el labial y se marchó y yo ahí quede, como si fuera una estatua de piedra, sin poder moverme ni un centímetro, en shock, confundido con sus palabras, pensando en cuanto debió sufrir esa hermosa princesa para haber madurado tanto, tan bien me sorprendió el hecho de que fuera su primer beso y me sentí feliz de hubiera sido para mí, de que ella no se enojara por haberla besado, porque cuando la estaba besando, ya me había preparado para recibir una tremenda cachetada, pero nunca llego, a cambio recibí palabras que hicieron que mi corazón se sintiera cálido.
NARA SARA
Dios que estaba pensando cuando dije eso, debo estar loca, mi primer beso, eso fue maravilloso, será que siente algo por mí, él fue quien me beso, sentí mariposas en el estómago, me fui a la casa y están mis padres en la sala hablando, mi madre me dijo que abriéramos los regalos, el entro a despedirse, mi padre le dijo que puede quedarse esta noche, hay una habitación extra en la casa, mi casa no es lujosa, ni muy grande, dos pisos, seis habitaciones, sala, cocina, y el salón del negocio, yo lo mire directamente a los ojos por un segundo y retire mi mirada, me sentí avergonzada, yo no sé besar, él estuvo de acuerdo con quedarse y se sentó con nosotros a abrir los regalos, son bastantes, la mayoría joyas no muy costosas, ropa, algunos peluches y creo que en este momento se dio cuenta cuanto me gustan los peluches, ni siquiera le puse atención a los demás regalos, pero no puedo esconder mi emoción al ver los peluches, mis padres estaban cansados, se les notaba, le indicaron donde quedaba su habitación, justo frente a la mía, él les dijo que aún no tenía sueño, así que me acompañaría un rato más y ellos se fueron, confiaban mucho en él y en que nunca haría nada que me lastimara, por eso lo dejaron quedarse en la casa, nos quedamos en un silencio incomodo por un momento y luego me pregunto por mi color favorito y le dije que siempre ha sido el azul, entonces me pregunto qué porque elegí el vestido lila para la fiesta, mi respuesta fue sincera, hace juego con algo que me regalaron hace un año para mi cumpleaños, solo pude ver una enorme sonrisa en su rostro mientras agachaba la cara y yo en mi mente me dije ¡diablos! Sara, estas siendo demasiado atrevida, qué más da, ya cambié, de niña no me quedaba nada y él era uno de los pocos hombres a los cuales podía acercarme con tanta facilidad y a hombres me refiero a hombres por su edad no por su género, cuando estoy cerca de él siempre me siento segura y protegida.
Me demore bastante en abrir todos los regalos, el me pidió que dejará el de el de ultimo, no entendí porque, pero así lo hice, eran casi las tres de la madrugada cuando termine de revisar los regalos y organizarlos, solo me quedaba el de él, lo mire en busca de aprobación, asintió y entonces lo abrí, tenía un sobre con dinero, bastante dinero para mí, unos aretes de plata preciosos y una pulsera del mismo material, quede encantada, de todos los regalos fue mi favorito, se acercó a mí y me dijo el regalo viene con algo más, yo lo mire sorprendida y pregunte, ¿Qué cosa? Creo que el regalo es perfecto y no nece… mmm, mis palabras fueron cayadas por un beso, un beso tierno, suave, un beso con el que me dijo muchas cosas sin usar las palabras, yo quería que ese beso no terminara nunca, me encantaba estar tan cerca de él, pronto me estaba quedando sin aire, me soltó, sonrió y me dijo, preciosa, feliz cumpleaños y por cierto, estas hermosa hoy, se levantó y se marchó a su habitación y ahí quede yo como una idiota, sin saber que hacer o decir, cuando reaccione, él ya se había ido y yo seguía en shock, pronto me calme, camine hacia las escaleras, subí y cuando estaba por entrar a mi habitación, lo vi ahí de pie en la puerta, me dijo me regalas tu número de celular, por supuesto respondí, se lo di, y me quede embobada mirándolo, ese hombre era realmente perfecto, me dio un casto beso en los labios, me dio las buenas noches y se fue a su habitación.
Yo entre a mi habitación y sin creer lo que había sucedido hace un momento me tire a la cama, me beso de nuevo, acaso ¿le gusto?, tiene casi veintitrés, es muy mayor, bueno no importaría si realmente le gustará, tratare de dormir, mañana debo volver a la realidad, siete de la mañana mi mamá me despertó, Sara debemos arreglar la casa y hacer aseo, mi mamá tenía razón la casa estaba hecha un desastre, me levante, me cambie de ropa, un short dominguero, una blusa de tiras, lo más cómodo posible, me recogí el cabello e iba saliendo de mi habitación cuando llego un mensaje, lo revise, decía buenos días preciosa, baja a desayunar, quiero verte antes de irme, casi me desmayo en ese instante, baje las escaleras y ahí estaba él con esa sonrisa coqueta y esos ojos encantadores, buenos días dije, buenos días respondió mientras me seguía con la mirada hasta la cocina, mi papá me dijo buenos días y fui a ayudar a servir el desayuno, podía sentir sus ojos sobre mi todo el tiempo, estaba muy nerviosa y más aun con lo que sucedió anoche, ese hombre me había dejado la cabeza y el corazón revueltos.