[RAND POV]
Al principio pensé que me había despertado en un extraño lugar, rodeado de llamas y sombras. Luego una figura bastante escalofriante apareció ante mí, entonces todo tuvo sentido. Ya sabía de qué se trataba todo esto, pero tenía que fingir ignorancia para que la atención del renegado estuviera distribuida entre los 3. Delante de mí se encontraba el renegado que mayores problemas me daría, posiblemente.
???: Volvemos a vernos las caras una vez más. – de sus ojos y boca salía fuego.
Traté de mostrarme lo más asustado posible, no que no lo estuviera. Sé que este tipo está demente. Rápidamente comencé a retroceder.
???: No puedes escapar tan fácilmente de mí.
Rand: ¿Quién eres? ¿Qué quieres de mí? – le pregunté en tono nervioso, había que mantener la actuación, a quien engaño, el tipo es aterrador.
???: Algunos me llaman Ba'alzemon. – luego de una pausa leve continuó – ¿Eres tú quien me interesa? Eventualmente lo sabré, no podrás ocultármelo para siempre. Conozco hasta lo más recóndito de ti.
Ba'alzemon: ¿Abrigas expectativas de gloria? ¿De poder? Tu padre fue elegido por la Torre Blanca, como un semental atado con un ronzal que es sometido a trabajar. Tu madre no fue más que una yegua de vientre que encajó en sus planes. Y sus planes tenían como cometido tu muerte. ¿Qué gloria y poder puede alcanzar una marioneta?
Rand: ¡No hables de mis padres hijo de perra! Aquí el único que es una marioneta eres tú, una mascota del mal sometida a su voluntad.
Ba'alzemon: Al menos tienes coraje. Tal vez eres tú el elegido. Poco beneficio obtendrás de ello. La Sede Amyrlin te utilizará hasta consumirte, igual que lo hicieron con Davian, Yurian Arco Pétreo, Guaire Amalasan y Raolin Perdición del Oscuro. De la misma manera que están sirviéndose de Logain. Te utilizarán hasta reducirte a la nada.
Rand: Eso es mentira, la Torre Blanca me ayudará. ¡Ellos luchan por la luz! – cada vez es más difícil evitar reír y terminar con esta farsa. – Además todos estáis confinados en Shayol Ghul. Confinados por el Creador hasta el fin de los tiempos. – Ba'alzemon comenzó a reír como un maniático cuando escuchó esto último.
Ba'alzemon: ¡Insensato, nunca he estado prisionero! ¿El fin de los tiempos? Vives como un escarabajo al amparo de una piedra.
Rand: ¡No! ¡Estoy soñando, es un sueño! – vamos cuanto más tiene que durar esto, quiero dormir de una vez por todas.
Ba'alzemon: En ese caso acude a las Aes Sedai. Ve a la Torre Blanca y cuéntaselo. Habla con la Sede Amyrlin de este… sueño. – el psicópata continuó riendo a carcajadas.
A la mañana siguiente me levanté un poco más tarde de lo acostumbrado y con un ligero dolor de cabeza. Ese imbécil estuvo hasta tarde molestándome. Después de estirarme un poco y prepararme baje a la cocina de la posada para buscar algo de desayuno.
Mientras me acercaba escuché que maese Fitch y la cocinera peleaban por un gato. Después de que maese Fitch se marchara, Sara la cocinera se acercó a mí.
Sara: ¿Supongo que quieres algo de comer, eh? – yo solo asentí – Bueno, pasa no muerdo, aunque hayas visto lo que has visto. Ciel, tráele al muchacho un poco de pan, queso y leche. Eso es todo cuanto tenemos en estos momentos. Siéntate, chico. Tus amigos se han ido todos, salvo un chaval, del que me figuro que no se encontraba bien, y me parece que tú también querrás hacer lo mismo.
Sara y yo continuamos conversando un poco más, aunque realmente era ella hablando y yo escuchaba mientras comía. Cuando terminé pasé al salón principal donde vi a Thom haciendo una declamación.
Luego recordé que Mat y Perrin también habían tenido el mismo sueño espantoso por lo que me dirigí a la habitación donde habían dormido ambos, yo había dormido en otra con Thom. En la habitación solo se encontraba Perrin.
Rand: He escuchado que no te sentías bien. – la mirada que me dio estaba llena de preocupaciones – Mal sueño. ¿Tal vez con un idiota que se hace llamar Ba'alzemon? – esto último hizo que se espabilara un poco.
Perrin: ¿También has tenido el mismo sueño? – yo solo asentí – No sé si conseguiré volver a dormir en toda mi vida, no después de algo así. Mat se ha reído, pero con una risa que parecía forzada, y ha puesto una cara rara cuando le he contado que no había podido dormir a consecuencia de una pesadilla.
Rand: Algo me dice que él también ha tenido el mismo sueño. Perrin, no creo que sea bueno contarle de esto a nadie.
Perrin: También lo creo. No quiero ser mirado de manera rara.
Rand: Será mejor que te vistas, hay una ciudad que conocer.
Perrin: No, ve tú. Quiero quedarme tumbado un rato. Adelántate, me reuniré contigo dentro de un par de horas.
Rand: Tú te lo pierdes.
Bajé nuevamente al salón de la posada pensando sobre qué dirección debería tomar. Ya estaba preparado para dejar la posada cuando alguien detrás de mí me habló con confianza. Era la voz de una mujer.
Min: Un pastor portando una espada con la marca de la garza. ¿Qué problemas tienes, forastero de las tierras del sur?
Cuando me giré me encontré con la chica que estaba esperando ver desde que llegamos a la ciudad. Un bonito rostro, con el cabello corto, vestía unos pantalones de hombre apretados al igual que una camisa por la que se podía notar la forma de sus modestos pechos lo que hacía imposible que fuera a ser confundida con un hombre.
Min: Tú debes ser uno de los chicos granjeros que vino con la señora Alys. – Alys era el nombre por el que Moraine era conocida en la ciudad.
Rand: ¿Y quién eres tú? – le pregunté fingiendo ignorancia.
Min: Mi nombre es Min, un placer conocerte. Mor... Alys me contó un poco sobre ustedes.
Rand: ¿Sabes sobre ella, no es así?
Min: ¿Qué es una Aes Sedai? – preguntó bajando la voz para que nadie la escuchara – Si, nos conocemos hace algunos años ya.
Rand: ¿Eres como ella?
Min: No, solo digamos que tengo un don especial.
Rand: Ahora sí que siento curiosidad.
Min: Ella dice que veo retazos del Entramado (destino). Únicamente veo cosas al mirar a la gente y a veces sé lo que éstas significan. Observo, por ejemplo, a un hombre y a una mujer que no se han dirigido nunca la palabra y adquiero conciencia de que se casarán. Y así ocurre. Ella quería que los mirara. A todos, juntos.
Rand: ¿Y qué has visto? ¿Es interesante?
Min: ¿Espera, me crees?
Rand: Tal ver sea tonto de mi parte, pero siento que puedo confiar en ti. Dime ¿qué es lo que ves?
Min: Pues gracias por la confianza. Cuando estabais en grupo puedo ver chispas que se agitaban en torno a vosotros, cientos de ellas, y una gran sombra, más oscura que la noche cerrada. Es tan potente que casi me extraña que no la perciba todo el mundo. Las chispas tratan de rellenar la sombra y ésta trata de engullirlas. – sé que la sombra es el Oscuro – Todos estáis vinculados, amenazados por un mismo peligro, pero no puedo sacar más conclusiones.
Rand: ¿Qué es lo que ves al mirarnos por separados?
Min: Maese Andra tiene siete torres en ruinas en torno a su cabeza y un recién nacido en una cuna con una espada en la mano y... – sacudió la cabeza – los hombres como él siempre despiden un montón de imágenes que se superponen. Cuando miro a la chica, veo lo mismo que al mirar a… la señora Alys. Y otras cosas, detalles que no comprendo, pero sé lo que eso representa. – me miró fijamente – Ella no renunciará a ello.
Min: La visión más precisa que desprende el juglar es un hombre, que no es él, que escupe fuego y la Torre Blanca, lo cual carece de sentido tratándose de un hombre. Lo que percibo con más fuerza en ese fornido chico de pelo rizado es un lobo, una corona rota y árboles que florecen a su alrededor. Y en el otro... un águila roja, un ojo en una balanza, una daga con un rubí, un cuerno y un rostro sonriente. También hay otros aspectos, pero ya sabes a lo que me refiero. En esta ocasión, no puedo valorar más unos que otros.
Hasta ahora todo me parecía igual a lo que recordaba. Lo que significa que mi existencia no ha cambiado mucho en la vida del resto. Al menos nada importante.
Rand: ¿Qué hay de mí? ¿Qué es lo ves?
Min: El mismo tipo de cosas que en los demás. Una espada que no es una espada, una corona dorada de hojas de laurel, tú derramando agua en la arena, en un campo de batalla rodeados de cadáveres. En ocasiones te veo en llamas. – cuando dijo esta parte estaba un poco temerosa – Pero sabes, principalmente te veo rodeado de mujeres, unas parecen ser más importantes que otras, y rodeado de relámpagos en torno a ti, algunos dirigidos hacia ti y otros emitidos por ti.
Rand: Al menos parece que mi vida va a ser algo entretenida en algún aspecto. Antes de que dijeras la última parte ya estaba pensando en volver a casa.
Min: ¡Tú, tú... – tenía el rostro rojo – eres el enemigo de todas las mujeres! ¿¡Es que piensas ir por el mundo tomando a todas las mujeres que encuentres!?
Rand: ¡Oye no pienso hacer algo así! Claro que tampoco rechazaré a ninguna que me ame. No tendría corazón para algo así. – al principio era serio, pero al final no pude evitar reír.
Min se quedó mirándome detenidamente con una ceja levantada.
Rand: Oye tengo planeado ir a recorrer un poco la ciudad. ¿Te gustaría acompañarme?
Min: Lo siento. – por su tono podía notar que estaba siendo sincera – Tengo unos compromisos con los que cumplir. Oye no sé qué significado tiene todo esto, salvo en un punto. Tú y yo volveremos a encontrarnos.
Rand: Por supuesto que nos volveremos a encontrarnos, ha sido amor a primera vista después de todo. – antes de que pudiera reaccionar a mis palabras le di un beso en la mejilla y me marché rápidamente – Hasta la próxima Min, estoy seguro que será muy pronto.
Min: ¡Más te vale granjero, estaré esperando! – la chica se estaba tocándose la mejilla mientras gritaba y tenía una sonrisa en su rostro.
Fue una lástima que Min no pudiera acompañarme. Me hubiera quedado con ella mucho más tiempo si no fuera porque no puedo esperar a encontrarme con Padan Fain. Sé que no hay certeza de que lo encuentre, pero tengo que intentarlo.