Capitulo 32: Raditz (1)

"Mi primer deseo será que traigas de regreso a mi padre Son Goku siempre y cuando él se sienta listo para volver" declaró el pequeño sonriendo.

Gohan tenía la certeza de que ese deseo sería concedido; Kami podía cruzar de este mundo al otro, por lo tanto Shenron podría traer a Goku.

"Eso es inteligente, así Goku se ahorraría cruzar el camino de la serpiente para su regreso" pensó Kami cada vez más curioso por este pequeño.

"Eso... es un deseo posible" los ojos de Shenron brillaron por unos instantes, "¿Cuál es el segundo deseo?" preguntó el dragón mirándole fijamente.

Gohan se llevó la mano a la barbilla, pensando en qué podría pedir. Tendría que ser algo útil que fuera de ayuda en un futuro, próximo o lejano...

"Pedir eso sería bastante irónico, pero estoy seguro de que será algo bueno" pensó Gohan anunciándole al dragón su segundo deseo.

"Mi segundo deseo es que resucites al saiyan Raditz, pero que no reviva hasta dentro de seis meses" declaró el niño dejando tanto a Piccolo como al guardián Kami estupefactos por esto.

El pequeño no estaba seguro de si Shenron lo cumpliría. Raditz había muerto hace tres meses, deseaba que su alma no hubiera transmigrado.

"Eso... está difícil, pero intentaré cumplirlo" Shenron declaró con sus ojos rojos brillando, "Bien... el segundo deseo ya fue concedido"

"¡¿Estás loco niño?! ¿Por qué pedir algo así?" demandó Piccolo enfadado con el niño. Kami también estaba sumamente desconcertado.

"¿Por qué razón ha pedido algo tan arriesgado? Supongo que tiene algo en mente" Kami decidió poner su voto de confianza en el Son pequeño.

"Por favor, confíen en mí" les dijo Gohan con una mirada condescendiente, "Eso sería todo Shenron, ¡puedes retirarte! ¡Muchas gracias!"

"Entonces, hasta la próxima ocasión" la voz del gran dragón sonó por última vez antes de que se fuera y junto a él las esferas se alzaron al cielo.

"Necesitamos más aliados, les garantizo que Raditz estará en nuestro bando" profirió Gohan mientras se giraba hacia los dos namekianos.

Piccolo iba a recriminarle, aquel deseo era demasiado arriesgado y no veía la necesidad, pero entonces aterrizaron los guerreros Z...

______________

Aquellos seis meses que mencionó el menor transcurrieron en paz mientras ayudaba en el exhaustivo entrenamiento de los guerreros Z.

Cuando sintió que había llegado el momento en que Raditz debía revivir, se fue de la atalaya. Pero antes de eso se detuvo en Kame House.

Le pidió a Bulma que hiciera una máquina de gravedad, además de las semillas del ermitaño.

"¡Perfecto!" exclamó Gohan y empezó a alzarse sobre el suelo, "Si ven a mi madre, díganle que no se preocupe, que estoy bien. ¡Gracias por todo!"

Tras despedirse de ellos, se marchó volando a gran velocidad. Tenía algo importante que hacer antes de la batalla contra los poderosos saiyan.

"Bien, creo que la batalla se desarrolló en este lugar" discurrió Gohan aterrizando en un prado donde había un gran cráter, "Qué recuerdos..."

Aquí fue donde vivió su primera batalla, y donde derrotó a su primer enemigo, al que irónicamente resucitó con las esferas del dragón. Era cómico.

Caminó un par de pasos hasta que se paró ante el cuerpo de Raditz. Se puso de cuclillas esperando a que llegara por fin el momento.

Y entonces, el cuerpo del saiyan comenzó a mostrar signos de vida. Lentamente se movió hasta que de pronto se levantó de su letargo.

"¿Q-qué diablos? ¿He revivido?" Raditz palpó su cuerpo y se miró las manos sin dar crédito, "¡JAJA! ¡Sabía que Nappa y Vegeta lo harían!"

Estaba muy contento, no sólo por el hecho de revivir sino porque en el fondo era realmente útil para sus compañeros saiyajin. Eso le dio vida.

"Lamento decepcionarte, pero fui yo quien te ha resucitado" la voz de Gohan hizo eco en sus oídos y rápidamente se giró, viendo al menor.

Cuando sus ojos entraron en contacto con la silueta de Gohan, todo su cuerpo tembló de ira, ¡ese niño estúpido se había atrevido a matarle!

"¡Tú! ¡fuiste tú quien acabó conmigo!" Raditz apretó sus puños y sin perder tiempo llenó su mano de energía violácea, "¡Saturday Crush!"

Su ataque dio de lleno en el pequeño y levantó una capa de humo. Raditz sonrió orgullosamente ante esto, por fin se había vengado de ese niño.

"Vaya... tienes una forma bastante peculiar de agradecer tío Raditz" el saiyajin se sobresaltó al escuchar la voz de su sobrino detrás del humo.

Gohan estaba ileso, no había ningún rasguño en su figura. Con su poder... ¡debería haber sido capaz de lastimarle al menos! Pero no fue así.

"N-no, ¡no puede ser...!" Raditz retrocedió varios pasos, lamentaba no tener su rastreador consigo en estos momentos, "¡NOOOOOO! ¡Maldita sea!"

Invadido por un sentimiento de desesperación Raditz empezó a lanzar ráfagas de Ki aleatorias hacia el menor. Aunque ninguna pudo tocarle...

Gohan perdió la paciencia y tras aparecer delante del guerrero le dio un rodillazo en el vientre. Ese gran golpe le dejó de rodillas.

"¡A ver si me escuchas por fin!" exclamó Gohan con severidad, "Me he vuelto mucho más fuerte, no tiene sentido que sigas peleando contra mí"

Raditz, a pesar del daño que sentía, alzó la mirada y se encontró con los ojos feroces de Gohan. En verdad, sentía que él tenia razón.

¿Esto quería decir que no fueron Vegeta y Nappa los que le habían resucitado? Suspiró internamente, nunca fue útil para esos dos.

"¿Q-qué es lo que quieres niño? ¿Por qué me trajiste a la vida?" inquirió Raditz levantándose paulatinamente con la mano en su abdomen.

"En estos momentos faltan unos tres meses para la llegada de tus amigos, y no nos vendría mal tu ayuda" explicó Gohan con una sonrisa.

"Jaja, ¿por qué debería ayudar a unos simples terrícolas? Además, en comparación a esos dos mi poder es ínfimo" respondió Raditz viéndole.

"¿Y no te interesaría volverte más poderoso? También eres un saiyan después de todo, ¿no?" preguntó el menor con los brazos cruzados.

"No soy uno de clase alta, es imposible que me vuelva tan fuerte como Nappa o Vegeta, no digas tonterías" Raditz contestó con suma crudeza.

"No con esa mentalidad, los terrícolas aunque seamos más débiles tenemos mejores métodos para volvernos fuertes" dijo el niño sonriendo.

"Ah, ¿sí? ¡Jajajaja no me hagas reír! Por más fuerte que te hayas vuelto estás a años luz de Nappa y Vegeta" Raditz se burló a carcajadas.

Gohan decidió no decir nada más, pues las palabras no tenían cabida. Así que retrocedió unos pocos pasos y elevó su poder de pelea.

"¿Q-qué demonios?" Raditz se quedó de piedra cuando el suelo comenzó a temblar por el poder del pequeño mientras un aura de Ki le rodeaba.

"Si tuviera que cuantificar mi poder, ¡diría que sobrepasa las 7000 unidades en estos momentos!" indicó el pequeño sonriendo.

"¡¿Q-qué?! ¡No seas un fanfarrón mocoso! ¡Es imposible que seas casi igual de poderoso que Nappa!" exclamó Raditz apretando sus puños.

"¿No te gustaría aumentar tu poder? Conmigo, ¡incluso ese que llamas Vegeta no sería tu rival! ¿Qué me dices tío Raditz?" ofreció el pequeño.

Raditz estaba confundido. ¿Traicionar a sus compañeros, a su raza, por más poder? ¿Este mocoso realmente le haría más poderoso...?

"Ser más poderoso que Vegeta" Raditz dijo en su mente. Se oía tentador mirar por encima del hombro a esos dos. Siempre le despreciaron.

"¿Y si no acepto tu propuesta enano? ¿Qué harás?" preguntó Raditz cruzando sus brazos con una sonrisa. Estaba curioso al respecto.

"Tengo tu nave así que no podrás escapar de este planeta, tu ayuda sería apreciada pero no eres imprescindible" respondió tajantemente.

Gohan le miraba con el brazo estirado con una ráfaga de Ki apuntándole. No dudaba que Raditz aceptaría. Pero si no, ¡pues le sería innecesario!

"¡Haha! Me agradas enano, realmente eres un saiyajin" dijo Raditz cruzando sus brazos, "Está bien niño, como quieras. Acepto tu propuesta"

El pequeño sonrió ante aquello. Sabía que los saiyajin siempre se inclinaban ante alguien más poderoso que ellos, Raditz no era la excepción.