Transcurrió una hora desde que Kami-sama se fue a acompañar a Goku. Y mientras tanto, Gohan seguía sentado en el piso meditando.
Su consciencia se había fusionado con el entorno del lugar, podía sentir hasta el más mínimo cambio presente en la naturaleza.
Mr Popo le miraba con su rostro de siempre, pero honestamente estaba sorprendido por la concentración que había alcanzado el menor.
Ni el propio Goku llegó a semejante nivel de meditación en los tres años que entrenó en la atalaya de Kami, pero este niño lo consiguió.
De repente sintió un Ki y abrió sus ojos ónix lentamente. Notó que el guardián de la tierra había vuelto y a su lado estaba Mister Popo.
"Mi padre emprendió el camino para ir a ver a Kaiō-sama, ¿verdad?" preguntó el pequeño pero claro, ya sabía de antemano qué le diría Kami.
"Así es pequeño, ¿tú que harás?" le preguntó a su vez Kami, se le hacía imposible descifrar los pensamientos de este niño, lo cual era extraño.
"Me gustaría entrenar en este lugar al menos durante tres meses" respondió Gohan mientras se levantaba, "Pero voy a hacer bien las cosas"
"¿Dónde vas?" Kami se extrañó al ver que el chico caminaba hacia el borde de la atalaya y hacía ademán de caerse, "Oh, ya lo entiendo"
"Empezaré desde abajo, como hizo mi padre" respondió Gohan antes de saltar de la atalaya, pero la nube voladora apareció bajo sus pies.
Gohan descendió de la atalaya de Kami-sama ante la atenta mirada del guardián, quien estaba sumergido en varios pensamientos profundos.
"¿En qué piensa mi señor?" inquirió Mister Popo con una expresión neutral en su rostro y Kami se acercó a la zona desde la cual saltó el pequeño.
"Ese no es un niño corriente, no sólo su poder sino también su conocimiento es increíble. Será bastante interesante tenerle aquí" habló Kami.
Mr Popo podía confirmar lo que había dicho el guardián, pues lo había visto con sus ojos. Tener a Gohan en la atalaya sería más que excelente.
Mientras tanto, Gohan había aterrizado en el suelo. Estaba observando la torre de Karin con una sonrisa, preparándose para ascenderla...
"Sólo tres personas han escalado esta torre, eso me convertiría en la cuarta" pensó Gohan con una sonrisa, se sentía muy orgulloso por ese mérito.
Sabía mejor que nadie que no había tiempo que perder, pero había algo en la torre de Karin que le haría más poderoso. Ese era su único propósito.
"Oye, ¿tú quién eres?"
Gohan se giró al escuchar una voz y vio a un muchacho de piel morena que tenía una pluma en la frente. Pronto supo de quién se trataba.
"Tú debes de ser Uppa, ¿verdad? Mi papá me habló mucho de ti" habló Gohan sonriendo, este personaje apareció hace mucho en el manga.
Concretamente desde la saga de Red Ribbon, un arco que disfrutó bastante en su vida pasada; ahí apareció un gran villano como lo fue Tao Pai Pai.
"¿Tu papá? ¿De qué estás hablando?" preguntó Uppa confundido pero en el fondo ese niño se le hacía bastante conocido, y no sabía el motivo.
"Mi padre es Son Goku... y yo soy su hijo Gohan" respondió el menor sonriendo y los ojos de Uppa se abrieron, "Pero debo irme, ¡hasta la próxima!"
Gohan saltó hacia la torre y empezó a escalar tal como lo hizo su padre en el manga. El chico indio apenas estaba saliendo de su asombro.
"¡Espera!" Uppa exclamó pero ya era demasiado tarde, el niño comenzó a escalar la torre, "Así que Goku tuvo un hijo... tengo que decírselo a mi papá"
Corrió hacia la tienda y se lo contó todo a su padre, el hombre sonrió con melancolía recordando al niño que le devolvió la vida.
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Una hora avanzó velozmente y el menor seguía escalando con el mismo ritmo, calculaba que en unos quince minutos llegaría a la torre de Karin.
Tenía bastante más poder que cuando su padre ascendió a la torre así que por lógica tendría que tardar menos en subir y conseguir su objetivo...
"Bien... dispongo de tres meses antes de que los guerreros Z suban a entrenar con Kami-sama, eso es tiempo suficiente" pensó el menor sonriendo.
La atalaya de Kami tenía lugares peculiares por explorar, aunque dudaba si sería capaz de soportar un minuto la habitación del tiempo...
"Si papá pudo estar un mes no pierdo nada por intentarlo" pensó Gohan dándose ánimos, sabía bastante bien lo inhumano que era aquel lugar.
Después de esos tres meses quedarían nueve antes de la llegada de los saiyajin, Gohan había planificado qué iba a hacer en los próximos seis meses pero sobre los últimos tres tenía dudas.
"Oh... parece que finalmente he llegado" el menor percibió el final de la torre y una sonrisa apareció en su rostro. Con un salto aterrizó en el mirador.
Se percató de que no había nadie más por ahí, pero cerrando los ojos sintió un Ki menor que el suyo situado detrás de él y entonces se volteó.
"Veo que eres bastante perspicaz para ser sólo un niño" el maestro Karin hizo acto de presencia y el pequeño sonrió al oírle rascándose la nuca.
"Supongo que ya sabe para vine aquí, ¿verdad maestro?" le preguntó Gohan con un rostro más serio y con bastante respeto hacia el ermitaño.
Aunque su poder era algo inferior al suyo Karin tenía más de 800 años de edad y fue el precursor de las artes marciales. Le debía mucho respeto.
"El agua supersagrada... aunque me sorprende mucho que quieras eso con el formidable poder que ya tienes" contestó el gato con curiosidad.
"El poder que tengo ahora no es suficiente para proteger el planeta, por eso quiero volverme más fuerte" respondió el menor con toda sinceridad.
El maestro Karin le analizó. Este pequeño había decidido subir la torre sin trampas y confesó sus intenciones sin vueltas. Eso decía mucho de él.
"Es parecido a Goku y a la vez no, aunque los dos tienen en común un objetivo parecido" discurrió el ermitaño caminando hacia su báculo, que estaba apoyado en una fuente. "Bien chico... te ayudaré"
"¡Gracias maestro!" exclamó el niño con una sonrisa, "No sé por cuánto aumentará mi poder, pero ahora mismo cualquier aumento es genial"
Su poder base actual era de 396 unidades. Y si quería sobrevivir tendría que alcanzar como mínimo las 5000 unidades dentro de un año.
O al menos, ser rival para Nappa y contenerle mientras su padre no llegaba. Aunque esperaba que él tardase menos que en la serie original.
"Tendrás que quitar el jarrón de agua que está colgando de mi báculo, no importa qué método utilices, lo tomaré como válido" señaló el gato.
Gohan asintió, fue lo mismo que el maestro Karin le dijo a Goku en la obra original. Pensó que la tarea no sería tan complicada para él.
"Adelante, puedes empezar niño" le indicó Karin extendiéndole el báculo y el pequeño sonrió ante la instigación del ermitaño, "Oye, ¿qué esperas?"
El menor saltó hacia él para atraparle con sus brazos pero no pudo. Levantando la cabeza vio que Karin se encontraba a quince pasos de él.
"Si revelas tus intenciones tan claramente me lo pones demasiado fácil" comentó el maestro acariciando sus bigotes con bastante sosiego.
"Entiendo" contestó Gohan analizando su error, "Me centré más en querer atrapar el jarrón que en los movimientos del maestro, vaya error" indagó.
"Supongo que ya te has dado cuenta, ahora inténtalo de nuevo" profirió Karin extendiendo nuevamente el jarrón de agua ultra sagrada.
El menor sonrió mientras se preparaba para intentar atrapar ese jarrón, y cuando se sintió listo, se fue de nuevo hacia el maestro Karin.
"¡Céntrate en su Ki!" discurrió cerrando sus ojos y pudo sentir cómo el maestro saltaba esquivándole, "¡Bien! ¡Ya te tengo maestro!"
Justo cuando ya iba a atraparle por fin, vio cómo Karin se desvanecía como si fuera un holograma. Gohan miró esto con sorpresa.
"¿Cómo? Pero si sentí su Ki..." susurró Gohan con la mano en la barbilla y el maestro Karin le atizó en la cabeza con su bastón, "¡Eso duele!"
"Aunque tu dominio del Ki sea bueno fallaste" le reprendió el maestro Karin, "Pensaste que estaba arriba sólo porque sentiste mi Ki ahí, ¿no es así?"
"Sí, pero y..." Gohan intentó explicarse pero el maestro Karin le golpeó de nuevo con el bastón por haberle interrumpido en su recriminación.
"Te engañé ocultando mi energía en el último instante, y sin la capacidad de percibir mi Ki no notaste que me había movido" comentó Karin.
El pequeño asintió. No notó en qué momento el maestro ocultó su Ki. El holograma que vio antes fue una imagen residual del ermitaño de la torre.
"Tienes que usar todos tus sentidos y liberar tu mente de todo pensamiento innecesario" el maestro agregó sonriendo, "De hecho, tu papá cogió el jarrón justo por ser un cabeza hueca"
Gohan sonrió ante esto último, pues su padre nunca pensaba demasiado sus movimientos de pelea y esa era una de sus mayores aptitudes.
"Utilizar todos mis sentidos y liberar mi mente" Gohan repitió la frase en su mente. Aunque su control de Ki era bueno debía mejorar en eso.
Venir a la torre de Karin había sido una gran decisión. Aquí más que aumentar su poder de pelea, mejoraría sumamente como peleador.