Álvaro rara vez se encontraba con un oponente así, así que estaba visiblemente serio. Josué, que estaba a su lado, se quedo inmóvil, sin atreverse a respirar. Había seguido a Álvaro desde que se graduó de la universidad. Hacia mucho tiempo que no lo veía tan serio. Ahora un problema tan serio hizo que Josué se sintiera un poco avergonzado.
Eduardo hizo todo lo posible para retirar la cuenta, pero al final, todavía cayo en la trampa de un programa de virus troyano creado por Álvaro.
- ¡Mierda! -Eduardo no podía retirarse del programa de virus con todos sus esfuerzos. Con prisa, corto rápidamente la electricidad, pero sabia que pronto seria descubierto por Álvaro por su dirección IP.
Efectivamente, Álvaro le dijo a Josué, que estaba a su lado:
-Revisa esta dirección IP inmediatamente. Si el hacker se escapa de nuevo esta vez, te echare de la empresa.
Josué obedeció su orden al instante. Rápidamente le pidió al departamento técnico que le hiciera un seguimiento y localización de dirección IP, mientras que Eduardo salió de la sala de ordenadores con miedo. Secretamente se sintió afortunado de estar en la guardería y no en su casa. De lo contrario las consecuencias serian desastrosas.
Desde que nació, siempre había sido un genio. Sin mencionar a sus compañeros de la misma edad, incluso a veces el desprecio a aquellos hackers de Estados Unidos. No esperaba que Álvaro, que parecía gomoso, tuviera una capacidad tan potente. No quería admitir que Álvaro fuera muy fuerte, pero tenia que admitir que este sentimiento conflictivo lo hacia sentir muy incomodo. Salió con odio de la sala de ordenadores y vio a Adriano corriendo hacia el.
-Eduardo, escuche que algo malo le paso a tu madre. ¿Qué tal? ¿Cómo esta ella? ¿Por qué no vas a visitar y cuidar a tu madre? -A Adriano le gustaba mucho Eduardo y siempre sentir que Eduardo le hacia sentir a gusto.
Eduardo miro su cara sincera y frunció el ceño de nuevo. Descubrió que Adriano era realmente muy fácil de llevar, pero no le gustaba mucho su identidad. A pesar de eso, el no tuvo mas remedio que ponerse en contacto con el. De repente, entorno los ojos mientras se le ocurría algo.
-Adriano, acabo de ver una animación muy interesante en la sala de ordenadores. ¿Quieres echar un vistazo? Pero no dejes que los maestros lo sepan.
- ¡Vale! No te preocupes, te prometo que no se lo diré a nadie. -Adriano inmediatamente se sintió contento.
En realidad, no le gustaba estudiar. Además, debido a que era el hijo de Álvaro, los maestros y el director le temían mucho. A los niños tampoco les gustaba jugar con el. Solo Eduardo lo trataba bien y estaba dispuesto a jugar con el.
Eduardo lo acompañaba a entrar en la sala de ordenadores y conecto la electricidad otra vez. No retiro su cuenta porque sabia que, a partir de ahora, no la podía utilizar otra vez.
-Entonces, esta es la ultima animación popular. Míralo y yo voy al baño. No le digas a nadie que he sido yo quien la ha puesto. Eres del Grupo Ayala y otras personas no te ponen dificultades. Sin embargo, yo acabo de llegar a la escuela. Si el maestro se entera, me expulsara. -dijo Eduardo en voz baja.
Cuando Adriano escucho que Eduardo seria echado de la escuela si este comportamiento fuera descubierto, eso significaba que nunca mas vería a Eduardo.
-No te preocupes, no le diré a nadie que estabas aquí.
-Ni a tu padre, por favor. -Eduardo parpadeo astutamente.
Adriano se dio unas palmaditas en el pecho y dijo francamente:
-No te preocupes, aunque mi padre me pegue no le diré nada.
- ¡Que buen amigo! -comento Eduardo. Eduardo le dio unas palmaditas en el hombro y se fue con una sonrisa.
Al mismo tiempo, Josué y los responsables del departamento de tecnología encontraron rápidamente la dirección IP del hacker, pero se quedaron desconcertados cuando vieron la dirección.
-Señor, la dirección de IP esta en la guardería de Adriano. -Álvaro frunció el ceño.
-Conduce, iré yo mismo. -Álvaro se puso de pie directamente y se metió en el coche.
El Grupo Ayala sufrí grandes perdidas esta vez. No era problema de dinero, ya que a la familia Ayala no le faltaba el dinero. La razón principal era la revelación de secretos comerciales. Josué no se atrevió a tardar y llevo a Álvaro a la guardería con mucha rapidez.
Cuando el director y los maestros vieron a Álvaro llegar de repente, todos temblaban de miedo, sin saber que iban a hacer.
- ¿Quién esta en la sala de ordenadores? -dijo Álvaro directamente.
El director de la guardería miro a los maestros con una expresión estupefacta y los maestros también estaban un poco desconcertados. El director respondió de inmediato:
-Nadie esta en la sala de ordenadores.
Álvaro camino hacia allí con una expresión fría. Eduardo se escondió en un rincón, viendo todo eso. Aprovechando el descuido de la multitud, volvió rápidamente a clase.
Cuando Álvaro llevo a Josué a abrir la sala de ordenadores, vio a Adriano riendo en voz alta mientras miraba la animación en el ordenador con una expresión obstinada. Josué estaba aturdido.
- ¿Es Adriano? -no podía creer que tal disturbio fuera realmente creado por Adriano.
Álvaro llevaba una expresión muy seria.
-Adriano, ¿Qué estas haciendo aquí? -la voz de Álvaro no era fuerte, pero sorprendió a Adriano.
De repente salto de su silla y vio a su padre con Josué. Detrás de Josué estaban el director, los maestros y otros compañeros de clase. Se quedo atónito por un momento.
-Papa, ¿Por qué estas aquí?
-Déjame preguntar otra vez, ¿Por qué estas aquí y no estas en clase? -Álvaro rara vez se enfadaba con Adriano, pero esta vez realmente no podía aguantarlo. Adriano también sintió el aura seria de Álvaro, haciendo que sus piernas tambaleasen de miedo, pero de repente vio a Eduardo entre la multitud.
Recordó lo que Eduardo le había dicho antes de irse. Pensando en esto, Adriano se mordió el labio inferior y bajo la cabeza. Giro su dedo en el dobladillo de la ropa y respondió:
-Siento que la clase es un poco aburrida, por eso vine a ver dibujos. -La expresión de Álvaro se volvió aun mas seria y llena de furia.
- ¿Siempre has estado aquí? ¿Cuánto tiempo llevas aquí? -Adriano se quedo pasmado por un momento. No sabia cuanto tiempo Eduardo había estado aquí, pero no podía decir que acababa de llegar a la sala de ordenadores, de lo contrario, Eduardo corría el peligro de ser descubierto.
-No lo recuerdo -susurro Adriano. -ha pasado mucho tiempo.
Álvaro lo detuvo y cerro la pantalla de la animación, revelando la cuenta y las actividades. Era obvio que era la cuenta del hacker que ataco el Grupo Ayala.
-Dime. ¿Quién estaba aquí? -Álvaro dijo en voz alta y en un tono muy frio. Álvaro estaba enfadado y Josué se asusto mucho. Al mismo tiempo, Eduardo no pudo evitar sentir que su alma pendía de un hilo.
-Soy el único aquí. Papa, solo estoy viendo dibujos. ¿Por qué estas tan enfadado? Yo no me quieres, ¿verdad? Voy a contarle a mi madre que estas enfadado conmigo. -Adriano estaba tan asustado que empezó a llorar.
Con normalidad, Álvaro definitivamente lo consolaría y entonces y entonces no pasaría nada. Pero hoy, su llanto no gano la empatía de Álvaro, en cambio, hizo que se sintiera mas enfadado.
-Siendo el sucesor del Grupo Ayala, mientes para proteger a personas maliciosas. ¡Adriano, realmente me has decepcionado! Josué, llévalo a casa y dile a Rebeca que lo discipline. Si esto
vuelve a pasar, no se que va a ser de este niño. -Álvaro estaba realmente molesto, tanto por las mentiras de Adriano como por su comportamiento.
Había vivido con Adriano durante cuatro años. Sabia que tipo de persona era Adriano. Este niño era un poco inteligente, pero definitivamente no era tan potente como el hacker que lucho contra el. Pero ahora, Adriano se negó a decir algo. O Adriano realmente no sabia que la otra parte se había aprovechado de el, o estaba protegiendo a esa persona. ¿A quien podría proteger Adriano? Álvaro no podía adivinarlo de inmediato. Por lo tanto, estaba aun mas irritado.
Sin embargo, Adriano no sabia lo que Álvaro estaba pensando y lloro aun mas:
-Papa, eres una mala persona. ¡No quiero volver a casa! -grito Adriano. El forcejeo, pero como era demasiado pequeño, fue recogido fácilmente por Josué y llevado fuera.
Cuando paso al lado de Eduardo, los grandes ojos de Adriano parpadearon hacia el. Su boca no hizo ningún sonido, pero Eduardo podía entender el significado de manera clara. El quería emitir un mensaje.
En ese momento Eduardo se sintió culpable. Incluso tuvo el impulso de salir corriendo. Pero en ese momento el teléfono de Álvaro sonó.
- ¿Qué? ¿Le pasa algo a Catalina? ¿Qué quieres decir con alergia a la medicación? ¿Estado de shock? Llegare pronto. -con eso, Álvaro corrió con mucha rapidez hacia la salida.
El corazón de Eduardo se congelo instantáneamente. No pudo controlar sus lagrimas. Su pequeño cuerpo tembló en gran medida, pero rápidamente corrió, agarro la mano de Álvaro y dijo con un tono frio y firme:
- ¡Llévame al hospital!
Álvaro no esperaba que la persona que lo atrapo fuera en realidad ese mocoso.
- ¿Por qué vas al hospital ahora? Tengo algo muy urgente que hacer. No tengo tiempo para discutir contigo. ¡Suéltame la mano! -debido al incidente del hacking y el impacto alérgico de la medicación de Catalina, el tono de Álvaro era muy severo e impaciente. En circunstancias normales, sin mencionar a un niño como Eduardo, incluso los adultos en el mercado se retirarían cuando vieran a Álvaro así. Sin embargo, Eduardo no tenia ningún miedo. No solo no tenia miedo, sino que agarro su mano y repitió:
- ¡Llévame al hospital!
Álvaro sintió que la apariencia de este niño era muy similar a la suya. Pensó que podría estar loco. Álvaro quería dejar a ese mocoso, pero descubrió que, aunque era pequeño, era bastante fuerte. Sin remedios, tuvo que llevarse a Eduardo.
Los dos llegaron rápidamente al hospital. Cuando Mayra vio a Eduardo y Álvaro llegar juntos, se quedo completamente estupefacta. Ella ni siquiera sabia como lidiar con esta situación.
- ¡Hola, maestra Mayra! -Eduardo mostro su cortesía y Mayra inconscientemente asintió. Sin embargo, Álvaro pregunto ansiosamente:
- ¿Cómo esta Catalina? ¿Se encuentra bien? ¿Por qué esta en peligro otra vez? -Cuando vio a Álvaro, la expresión de Mayra se volvió fría y seria.
-La pregunta del señor Álvaro es muy extraña. No soy medico. ¿Cómo voy a saberlo? Si no fuera por el señor Álvaro, nuestra Catalina no estaría en agonía ahora mismo, ¿verdad?
-Mayra, será mejor que no me hables con tal actitud. Tampoco quería que le pasara esto.
Debido a que Mayra era amiga de Samara, aunque muy inestable emocionalmente. Álvaro estaba haciendo todo lo posible para contener la ira. Mayra no lo aprecio y dijo fríamente:
- ¿Tampoco querías? Afortunadamente, ¿no? Si quisieras, tal vez Catalina estaría muriéndose en el fuego como Samara hace cinco años.
- ¡Mayra Murillo! -Álvaro se puso como un león enfurecido, sus ojos incluso se volvieron rojos.
Todos en Ciudad H sabían que Samara era el tabú de Álvaro. Excepto Mayra, nadie mas se atrevería a mencionar el nombre de Samara frente a el y mucho menos el incendio. Ahora, sin duda Mayra estaba desafiando el autocontrol de Álvaro.
Al ver que Álvaro estaba a punto de estallar, Eduardo dijo:
-Mama es alérgica a las cefalosporinas.
- ¿Qué? -Álvaro no escucho como Eduardo se había referido a Samara, pero escucho a que era alérgica. -Has dicho que es alérgica a las cefalosporinas. ¿Por qué nadie me lo dijo? -Nunca había sabido que Samara fuera alérgica. Solo recordaba que ella rara vez se resfriaba. Incluso si se resfriaba, solo bebía mucha agua. Muy pocas veces tomaba inyecciones o medicinas.
En el pasado, siempre la había considerado muy artificial o que ella quería usar esto para que el la cuidara. Siempre se había burlado de ella, pero después de mucho tiempo, empezó a preocuparse un poco por ella. Sin embargo, solo le había dicho a la ama de llaves que preparara agua con azúcar y jengibre para ella.
Había llevado tanto tiempo siendo su marido y vivido junto a ella, ni siquiera sabia que su esposa fuera alérgica a las cefalosporinas. En ese momento, Álvaro, estaba lleno de arrepentimiento y frustración e incluso otras emociones, era como si por dentro hubiera una bestia salvaje desgarrando ferozmente su corazón.
No obstante, Mayra no simpatizaba con el en absoluto.
- ¿Es necesario que le digan a usted que Catalina tiene alergia? Señor Álvaro, ¿Quién es usted para Catalina?
-Mayra Murillo, será mejor que te calles mientras aun te pueda tolerar. De lo contrario…
- ¿De lo contrario que? ¿Usaras tu poder y posición para tratarme de la misma manera que trataste a Samara hace cinco años? -Mayra dijo con ira. Cada vez que pensaba lo que había sufrido Samara hace cinco años, le daba ganas de matar a Álvaro.
Los ojos de Álvaro se volvieron rojos de ira. Dio un paso adelante y dijo:
- ¿Crees que no me atrevo?
- ¡Ya basta! ¡Si queréis pelear, fuera! -Eduardo de repente rugió. La voz infantil instantáneamente espanto a los presentes.
Solo entonces Mayra se dio cuenta de que Eduardo estaba aquí, por lo que se puso un poco apenada. Mientras Álvaro estaba un poco sorprendido de haber sido reprendido por un niño.
Sin embargo, fue solo en ese momento que Álvaro noto la presencia de Eduardo y la preocupación que tenia por Catalina. Justo cuando estaba perplejo, el medico abrió la puerta de la sala de operaciones y salió.
-Doctor, ¿Cómo esta? -Álvaro rápidamente dio un paso adelante, su aspecto nervioso hizo que el medico se sintiera un poco estresado.
-Señor Álvaro, no sabíamos que la señorita Samara fuera alérgica a los narcóticos. Afortunadamente, lo encontramos a tiempo y ahora ya esta fuera de peligro. Sin embargo, sigue muy débil y necesita descansar. Aun no se ha despertado. Es que lo que usamos para contrarrestar la alergia…
-Mientras ella este bien, no importa lo caro que sea, manténgala viva. -Por los ojos de Álvaro, se podía notar un rastro de preocupación.
- ¡Bien! -dijo el medico. Samara fue llevada de nuevo al pabellón.
Álvaro se apresuro a mirarla, pero fue detenido por Mayra. Mientras que Eduardo se acerco y paro al lado de Samara. Sosteniendo la mano de Samara, dijo:
-Mama, no duermas. Date prisa y despierta, ¿vale? Tengo mucho miedo.
Justo cuando Mayra estaba a punto de echar a Álvaro, escucho a Eduardo y se aturdió totalmente. No podía creer lo que había escuchado.
-Eduardo, ¿Cómo la has llamado? -Álvaro rápidamente dio un paso adelante. Mayra quería detenerlo, pero fue empujada por Álvaro. Incomparablemente nervioso, miro a Eduardo.
Mirando cuidadosamente ahora, los rasgos faciales de Eduardo eran de hecho similares a los de Samara. Sin embargo, debido a que se parecía a la Samara del pasado, no a la del presente, nunca sospecho de la relación entre los dos. Álvaro de repente se emociono.
-Eduardo, dime, ¿Cómo la acabas de llamar? -Álvaro no se dio cuenta de que su voz temblaba. Sin embargo, Eduardo parecía no haberlo escuchado.
-No me puedes engañar. Dijiste que me llevarías al parque cuando tu trabajo sea estable. ¿Qué haces aquí acostada? -Eduardo, mirando fijamente a Samara con lagrimas en los ojos, pero obstinado a no dejarlas caer.
A Álvaro le dolió el corazón de repente.
-Álvaro, ya. ¡Fuera! ¡Catalina necesita descansar, no la molestes! -Mayra estaba aterrorizada. Tenia miedo de que Álvaro descubriera algo. Ella no sabia con que motivo Samara lo había traído, pero si Álvaro descubriera que Eduardo era su hijo, ¿se vendría a bajo el plan se Samara? Así que apresuradamente empujo a Álvaro fuera de la habitación.
Álvaro había sufrido un montón de ataques.
Después de enviar a Adriano a casa, Josué corrió rápidamente al hospital. Al ver la apariencia de Álvaro, pregunto preocupado:
-Señor, ¿esta bien? ¿acaso la señorita Catalina?
-No digas tonterías. -Álvaro lo miro de reojo y se sentó en el banco del pasillo.
-Josué, revisa las tazas, cuencos y palillos que Eduardo ha usado en la guardería. Es mejor que se encuentre su pelo o saliva. ¡Quiero una prueba de paternidad! -las palabras de Álvaro confundieron a Josué.
-Señor, ¿Quién es Eduardo?
- ¡Podría ser mi hijo! -al escuchar esas palabras, Josué se asusto de inmediato. Sin embargo, no se atrevió a decir nada. Miro a Álvaro con cierta confusión y dijo:
-Señor, la compañía esta en un lio ahora. Si no le pasa nada a la señorita Catalina, ¿volverá a la empresa y se encargará de la situación?
-No voy a ninguna parte. ¡Me quedo aquí! Si la compañía se derrumba por mi ausencia, ¿Por qué empleo a tanta gente que no sirve para nada? -lo que dijo Álvaro dejo a Josué sin palabras.
-Por cierto, señor. El señor Carlos iba a visitar a la señorita Catalina. Pero dicen que alguien de su familia estaba gravemente enfermo, así que ya no puede venir. Sin embargo, nos dijo a través de su secretaria que se vengaría de nosotros si algo le pasara a la señorita Catalina. -Josué que acababa de enterarse de esto, no podía creer la actitud de Carlos, pero sabia que la influencia de la familia López en Estados Unidos no podía subestimarse.
Álvaro entrecerró los ojos y agito la mano para que Josué se fuera. Su mente estaba echa un lio, llena de pensamientos. Nunca había estado tan confundido. Recordó la prueba de embarazo de hace cinco años y la dificultad que encontró Samara para tener un hijo en sus tres años de matrimonio. En realidad, cuando se entero de que estaba embarazada, el estaba feliz, pero ya estaba acostumbrado a tratarla con indiferencia. No sabia como debía enfrentar a Samara si no la trataba fríamente.
Por el bien del bebe en su barriga, incluso ajusto la participación de la compañía, pensando que una vez que el bebe naciera, independiente de que fuera niño o niña, le regalaría la participación por su nacimiento. Sin embargo, Rebeca también estaba embarazada y el bebe también era parte de la familia Ayala. Conocía el rencor entra Rebeca y Samara mejor que nadie. Dijo que tenia miedo de que Samara hiciera daño al niño de Rebeca durante el embarazo. De hecho, temía que algo inesperado le pasara a Samara, así que la envió al extranjero.
Había un pueblo en el extranjero. Incluso había llamado a una ama de llaves pidiendo que prepararan la mejor habitación para Samara y había contratado a los mejores nutricionistas y enfermeras especiales para acompañarla en su embarazo y parto. ¿Pero quien hubiera pensado que un incendio lo quemaría todo? Perdió a su esposa y su bebe… resumiendo a su familia.
En el pueblo, también había una habitación de bebe que había arreglado. En su dormitorio, todavía estaba el billete de avión para ir al extranjero con Samara, pero todo se acabo después del incendio. Pensó que iba a pasar así el resto de su vida, nunca creyó que Samara volvería cinco años después. Aunque ella apareció ante sus ojos con una apariencia completamente nueva e incluso había cambiado de voz, estaba seguro de que Catalina era su mujer, Samara.
Sintió que dios había tenido piedad de el al darle otra oportunidad. Por lo tanto, esta vez, haría todo lo posible para que Samara se quedara, pero no esperaba que trajera a un niño. Eduardo tenia aproximadamente la misma edad que Adriano. Si Samara fuera su esposa, ¿Eduardo seria su hijo? Pensando en esta posibilidad, Álvaro no pudo evitar sentirse emocionado.
Sus manos estaban fuertemente apretadas. Deseaba saber el resultado inmediatamente, pero tenia miedo de asustar a Eduardo.
Durante tantos años en el comercio, nunca se había sentido tan nervioso. Sin embargo, justo con esos nervios, también sentía una gran alegría y emoción, una alegría que no se podría lograr incluso con la firma de un contrato que valía varios cientos de millones. Pero tenia miedo de que Eduardo no fuera su hijo.
Al igual que el momento en que perdió a Samara hace cinco años, casi la siguió al otro mundo. En ese omento, finalmente entendió cuan importante era Samara en su corazón. El estado de animo de Álvaro oscilaba. Se sentó en el banco y no sabia que hacer. En ese momento, la puerta de la habitación se abrió. Eduardo salió y se sentó directamente al lado de Álvaro.
Su olor ligero hizo que Álvaro volviera a sus sentidos. Mirando al niño que estaba a su lado, sentido sus sentimientos complicados. Incluso no supo de que hablar. Eduardo tampoco hablo y solo se quedo sentado tranquilamente a su lado. Parecía que solo quería encontrar un asiento y no importaba quien estuviera cerca de el.
Álvaro descubrió que no tenia bien el corazón. Adriano quien también tenia cuatro años, vivía con mucha libertad e incluso a veces era un poco caprichoso. Cuando se sentía feliz, se reía a carcajadas y cuando estaba de mal humor lloraba mucho. Pero Eduardo, era tan maduro y tranquilo que no se parecía a un niño.
En su primera impresión, Eduardo todavía era el niño del baño, pero el estado del niño desapareció rápido y ahora ya no era como antes. ¿A que circunstancia se debía su personalidad? Si realmente era su hijo, ¿Qué había sufrido los últimos años con Samara? Álvaro tenia muchas preguntas, pero no sabia por donde empezar. Justo cuando estaba dudando, Eduardo hablo:
- ¿Por qué esta herida mi madre?
Álvaro se aturdió poco y dijo en voz baja:
-El sistema de seguridad del coche tiene algún problema. Tu madre es diseñadora en mi empresa y sucedió un accidente cuando ella estaba probando el coche. En este caso, tengo la culpa. No examine la seguridad del coche con anticipación, lo siento. -Álvaro era el príncipe líder de la Ciudad H y casi nunca pidió perdón a nadie. Pero ahora, a presencia de un niño de cuatro años, dirigió estas palabras con un tono tan natural.
Eduardo fijaba los ojos en Álvaro. Mirando sus ojos que eran idénticos a los suyos, se emociono mas. Incluso quería cogerlo entre sus brazos, pero al final no hizo nada. Solo siguió mirándolo.
Eduardo no podía determinar si Álvaro estaba mintiendo o no. Después de todo, todavía era muy joven y no podía reconocer las intrigas de otra persona. Pero su corazón estaba lleno de odio.
- ¿Eres tan negligente cuando pides a otra persona que pruebe un coche? ¿O lo haces a propósito? -dijo Eduardo.
- ¿Por qué lo haría deliberadamente? -respondió Álvaro. Era tan perspicaz que noto la hostilidad de Eduardo. El niño lo odiaba. A pesar de que se esforzaba por ocultarlo.
-Por tu culpa… -Eduardo dejo de hablar al instante. Casi dijo que a el no le gustaba su madre y quería que ellos se murieran. Sin embargo, paro de hablar cuando tuvo las palabras en su lengua. Parecía que estaba odiando su impotencia. De repente, giro la cabeza y se quedo de espaldas a Álvaro. Su aspecto hizo que Álvaro se abalara mucho.
- ¿Por qué? -pregunto Álvaro, su voz se puso suave inconscientemente. Pero Eduardo lo ignoro y se levanto diciendo fríamente:
-Vete cuanto antes. Mi mama no tendrá ganas de verte cuando despierte.
-Soy el jefe de tu madre. -contesto Álvaro. Al instante sintió que su corazón era arrancado. -Cariño, ¿puedes decirme como a sido vuestra vida en los últimos años? -pregunto Álvaro.
- ¿Qué tiene que ver contigo? ¡Date prisa y vete! -grito Eduardo. Al terminar de hablar, se levanto y volvió a la habitación cerrando la puerta.
Álvaro nunca había sido odiado antes por alguien. En este momento, el que lo odiaba era un niño, pero no podía darle el mismo odio. Mirando un hilo de pelo de Eduardo que cogió aprovechando que estaba distraído, Álvaro entrecerró los ojos y camino inmediatamente hacia otro departamento del hospital.
Después de volver a la sala, Eduardo todavía estaba de mal humor. Al verlo así, Mayra sonrió y dijo:
- ¿Qué te pasa? ¿Qué te molesta?
Sin embargo, Eduardo se sentó tranquilamente al lado de Samara. Después de un buen rato, dijo:
-Mayra, mama es una persona tan buena… ¿Por qué alguien le hace daño? -ella se quedo sin palabras de repente. También tenia dudas sobre este asunto.
¿Cómo podía Álvaro hacerle daño a Samara, que era una persona tan buena?
-Ya, no te preocupes por asuntos de adultos. ¿vale? -Mayra lo apaciguo.
- ¡No! Quiero que mi madre sea feliz. Quiero encontrar un novio para mama. Ella es la mejor mujer del mundo y merece ser querida por el mejor hombre del mundo. -dijo Eduardo. Dirigió sus palabras sorprendentes sin parar, haciendo que Mayra se echara a reír.
-Todavía eres tan joven, ¿sabes que es un novio? Además, ¿Quién crees que esta capacitado para ser el novio de tu madre? -pregunto Mayra.
- ¡Mi padrino! -respondió Eduardo de inmediato. -Mi padrino es el hombre mas fuerte del mundo y nos trata muy bien. Dice que puede ser mi papa en cualquier momento con tal que mama este de acuerdo.
- ¿Quién es tu padrino? -pregunto Mayra. Ella no sabia nada de la vida de Samara en Estado Unidos. Ahora cuando escucho las palabras de Eduardo y vio sus ojos llenos de orgullo, le entro la curiosidad por ese hombre.
-Mi padrino es Carlos López, el nos trata muy bien. -dijo Eduardo con Orgullo.
- ¿Carlos López? -pregunto Mayra. Ella no era del circulo comercial y no conocía este nombre. Así que solo dijo sonriendo: -Si la trata muy bien a tu madre, ¿Por qué volvéis? ¿no es mejor estar al lado de tu padrino?
-Es porque -Se callo a tiempo, no podía hablar de Laura a nadie. Pensando en esto, sus ojos se oscurecieron. -Mayra, ¿Cuándo se despertará mi madre?
-Tampoco lo se, si estas cansado… vuelve a casa. Me quedare aquí con ella. -contesto Mayra. Ella no podía soportar ver la apariencia agotada de Eduardo.
-No es necesario, me quedare aquí con mama. -dijo el y se tumbo al lado de la cama para dormir.
Álvaro había vuelto, pero Mayra no lo dejo entrar. Llego la noticia de Josué de que ya había resultados de averiguación de ese coche que había explotado. Por lo que se dio prisa en salir.
-Señor, alguien destruyo los frenos, pero no los rompió completamente. Eso es una acción técnica. Cuando Catalina estaba probando el coche, los frenos se rompieron y ocurrió el accidente. -Josué le explico.
Al escuchar sus palabras, Álvaro se encontró en un dilema.
-Investígalo. De todas formas, encuentra ala persona que lo hizo. -ordenó Álvaro.
- ¡Si! -Respondió Josué. Después asintió apresuradamente y susurro: -Señor, ya he llevado al señorito a casa. Parece que la señorita Rebeca lo ha golpeado y el señorito llora mucho. ¿Quiere echar un vistazo? -pregunto Josué.
Álvaro frunció el entrecejo.
- ¿Aun no ha dicho quien estaba en la habitación con el?
-No, siempre dice que estaba solo. Señor, ¿es posible que lo hayamos malinterpretado? -supuso Josué.
Josué presenciaba como crecía Adriano, por eso no lo quería ver sufrir.
¿A caso Álvaro podía soportarlo?
No obstante, pensando en los secretos perdidos de comercio, finalmente suspiro y dijo:
-Dile a Rebeca que no haga daño a Adriano. Pase lo que pase, el es el sucesor de la familia Ayala.
-Si, se que usted todavía siente mucho cariño por el señorito, entonces, ¿vamos a verle? -dijo Josué.
-No. Todavía tengo algo que hacer. – contesto Álvaro.
Y se fue.
Mirando su espalda, Josué creyó que ya no podía entender a su jefe. En el pasado, el era el que mas se preocupaba por el niño, pero ahora, ¿Qué estaba pasando?
Álvaro no fue a otro lugar, sino al garaje. Reviso el coche que exploto.
La explosión había destruido muchas pruebas, pero encontró un pintalabios debajo del asiento del piloto.
Este color de pintalabios no era el de Samara, ¿entonces de quien era?
¿Podría ser de la persona que destruyo el coche?
Rápidamente saco el pintalabios y lo llevo a la agencia especial para investigarlo.
No podría perdonarse a si mismo por el accidente que le paso a Samara. En cuanto a esa persona que causo intrigas a sus espaldas, no la dejaría en paz.
Paso un día.
Al día siguiente, cuando el sol salió del este, Álvaro llego al hospital con el desayuno.
Al ver que Samara y Eduardo todavía dormían, Mayra salió a comprar el desayuno. Cuando llego Álvaro, no había otras personas en la sala.
Mirando la madre y el niño que estaban durmiendo en la cama, Álvaro sintió que su corazón estaba lleno de emociones.
Antes, también había imaginado una escena armónica de la familia de tres. Nunca espero que cinco años después, tal deseo se hiciera realidad.
Se acerco a la cama de Samara y puso el desayuno en la mesa. Pero encontró que alguien estaba agarrando el dobladillo de su ropa.
Álvaro se giro un poco y vio a Samara abrir los ojos. Ella quería hablar, pero le dolía la garganta.
- ¿Estas despierta? ¿quieres agua? Llamare al medico. -dijo Álvaro.
Álvaro se precipito a tocar el timbre para llamar a la enfermera y echo agua en un vaso. Se sentó junto a su cama y la sostuvo con cuidado. Luego, dejo que ella bebiera un trago.
-Acabas de despertarte y no me atrevo a dejar que bebas demasiado. Bebe un poco para que no se te seque la garganta.
El casi nunca le había hablado con la voz tan suave. Por lo menos, nunca le había tratado así en los tres años de su matrimonio.
Samara estaba confusa por un momento, e incluso creyó que todo era un sueño.
El medico y la enfermera entraron y despertaron a Eduardo, que echo una mirada aturdida a Samara con la cara pueril y le llamo. Su voz dulce llego al fondo de Samara y en ese momento, parecía que Samara estaba realmente despierta.
¿En que estaba pensando?
¿El accidente les hizo a pedazos las neuronas?
Álvaro trataba bien a todos, salvo a ella. Si no hubiera sido su cara, si no hubiera sido por que ella le había dado demasiadas dudas, ¿Cómo le habría tratado dulcemente?
Samara sonrió amargamente y no le hizo caso. Se volvió y miro a Eduardo.
Eduardo le cogió las manos.
-Mama, me has dado un buen susto. -dijo el niño.
Las lagrimas descendieron por su cara inmediatamente y no pudo contener mas todas sus emociones.
Samara entendía el miedo de Eduardo. No estaba fingiendo, realmente estaba asustado.
Desde pequeño, había sido testigo del sufrimiento de su hermana y siempre presenciaba la debilidad de Laura. Como su hermano gemelo, ¿Cómo no compartía el mismo dolor? Ahora, su madre en la que siempre se apoyaba, también estaba enferma, ¿Cómo podía soportarlo un niño de cuatro años?