Shaun nunca esperó que Jordan quisiera enviarle a matar a Miyamoto Chujiro en lugar de hacerlo él mismo.
Por ello, lo rechazó con vehemencia.
—¡No soy tu subordinado! No intentes darme órdenes como si fuera tu subordinado.
Jordan respondió con calma y firmeza.
—Si no matas a Miyamoto Chujiro, no volveré a ayudarte.
—Tú... —dijo Shaun señalando a Jordan con rabia—. ¡No olvides que Lauren sigue en mis manos! Si no vuelves, ¡mataré a tu mujer!
Jordan permaneció tranquilo en su asiento.
—No olvides que soy una Deidad. He predicho que no la matarás.
—¡Argh!
Shaun estaba tan enfadado que estaba a punto de volverse loco. Giró sobre sí mismo y rompió todo tipo de cosas, incluidas tazas y cuencos.
—¿Te crucé en mi vida anterior? ¿He desenterrado tu tumba ancestral? ¡Nunca he sufrido tal humillación desde que era un niño! ¡Arghhh!
Shaun deseaba poder matar a Jordan, pero no podía soportar ni siquiera darle un puñetazo.
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