Sona se llevó una taza de té a la boca y cerró sus ojos mientras que sus papilas gustativas se encargaban de disfrutar de aquella bebida.
-Gracias por el té... Akeno -agradeció Sona depositando cuidadosamente la taza en la pequeña mesa que estaba frente a ella.
Akeno asintió con una sonrisa y se sentó en el sofá que había al lado del sofá en el que estaba sentada Sona, era la sala del club de lo oculto.
Después de aquel suceso Sona acudió al club de ocultismo ya que necesitaba comentarlo con Rias antes de hablar con Ajuuka, mientras que Tsubaki se estaba encargando la sanación de Goku.
-Lamento la tardanza Sona, me estaba dando una ducha -habló Rias con una sonrisa mientras tenía una toalla en la cabeza y se sentaba frente a ella.
-No te preocupes acabo de llegar -recalcó la diablesa Sitri volviendo a dar un sorbo a su té.
Entonces Sona le contó a Rias lo sucedido esta noche con Goku, le habló sobre las heridas en el cuerpo de Goku, sobre cómo intentó reencarnarle y lo que había sucededido con las "evil pieces".
-¡¿En serio?! -vociferó Rias luego de haber escuchado el relato de Sona- No puede ser algo así... nunca en mi vida he visto nada similar.
-Imposible -murmuró Akeno en tono grave mientras tenía la mano izquierda bajo el mentón, incluso ella, un caido medio humano reencarnado de demonio, estaba sorprendida de oír aquello.
-Pues es la realidad, ahora estoy sin piezas... por eso necesito reportarle el caso a Beelzebub-sama -informó Sona ajustando sus lentes- sin embargo, no le diré nada sobre Goku, eso causaría bastante revuelo en el inframundo si se llegara a saber.
-Tienes razón, es lo mejor -murmuró Rias bastante pensativa, ahora creía que había hecho bien en no reencarnar a Goku justo cuando tuvo la oportunidad, pues sus piezas habrían explotado.
Esto planteaba el debate sobre la identidad de Goku, que era lo único que rondaba en la mente de las herederas Sitri y Gremory, Sona y Rias.
-¿Qué crees que sea él? -le preguntó la pelirroja finalmente a su amiga de la infancia, quien negó.
-No lo sé Rias... -contestó Sona suspirando- en el momento en que explotaron mis piezas malignas sentí una energía tan arcaica y llena de oscuridad que parecía una abominación repugnante.
-¿Llena de oscuridad? ¿Cómo un dios de la muerte? -preguntó Rias, según había oído sólo los dioses de la muerte como Hades, Anubis o Shinigami emitían aquellas sensaciones.
-Definitivamente era algo peor Rias... de hecho cada pieza que metía en el interior del cuerpo de Goku regresaba hacía mi rodeada de una sombra azul, que transmitía esa misma sensación -habló Sona recordando aquello con algo de pavor.
-Bueno... sólo he estado cerca de Goku-san unos instantes pero... la sensación que transmite él es una bastante pura y agradable, ¿a qué crees que se deba? -inquirió la Gremory viendo a su amiga.
-No sé... tal vez posea una Sacred Gear relacionada con la oscuridad -sugirió Sona, aquella tampoco era una opción descabellada.
-¿Una longinus secreta? -planteó Rias con los hombros alzados, pero eso no explicaba el hecho de que Goku no hubiera podido ser reencarnado.
-Mi prioridad ahora mismo es recuperar mis piezas... Tsubaki en estos momentos se está encargando de Goku -informó Sona- ¿y tú qué?
-Ahora sabemos que hay ángeles caídos tras Issei, por ese motivo estoy atenta estos días para ver cuándo pasan a la acción y así puedo reencarnar a Issei -habló Rias tranquilamente.
Akeno se mantenía en su asiento con una extraña sonrisa en su rostro, a ella le habría gustado tener a Goku como su compañero de peerage, así ella hubiera disfrutado un poco de él en ese sentido.
Con Tsubaki:
Tsubaki caminaba por el pasillo de un templo shintoista sosteniendo una lámpara, vestía un traje de sacerdotisa y su cabello estaba recogido en una cola aumentando de esa forma su belleza.
Aquel templo estaba ubicado a las afueras de Kuoh, le perteneció a su abuela Sawako Shinra hasta su defunción hace casi catorce años.
"Oba-chan..."- Tsubaki soltó un suspiro lleno de tristeza al recordar a su abuela, la única persona de su familia/clan que realmente la quiso.
El clan Shinra era uno de los cinco clanes de Onmyouji que servían a los dioses del Shinto desde tiempos remotos purificando espíritus malvados mediante técnicas de misticismo.
Tsubaki manifestó de niña su Sacred Gear, que permitía sellar espíritus malvados en espejos, algo que los Shinra veían como un sacrilegio a sus tradiciones, por eso trataron de expulsarla.
Sawako, su abuela, se opuso desde un primer momento a que su nieta fuese expulsada. Los Shinra, aunque no compartían la misma opinión, se callaron ya que Sawako era la matriarca.
En cuanto murió Sawako los ancianos del clan Shinra movieron los hilos para expulsar lo más rápido posible a Tsubaki, si no fuera por Sona en estos momentos ella no lo estaría contando.
"No es tiempo de recordar eso... iré a ver cómo está Goku-san"- se dijo Tsubaki con una sonrisa dando pequeños saltos hacia la habitación.
"¡BROUGH!"
Aquella sonrisa desapareció de su rostro cuando escuchó una fuerte tos, con gran velocidad corrió hacia el cuarto donde descansaba Goku para así saber qué sucedía, esa tos llegó a asustarla.
En cuestión de unos instantes llegó a su destino, de hecho esa era la única habitación que disponía aquel templo y por ende Tsubaki solía dormir ahí.
-¡Goku-san! -exclamó Tsubaki nada más llegar viendo que era Goku quien intentaba levantarse del futon donde había estado descansando.
Goku alzó su vista en cuanto oyó la voz de Tsubaki, no sabía porque motivo estaba con el torso expuesto y una venda alrededor del mismo.
-Tsubaki-sempai -habló Goku viendo a la vicepresidenta entrar en el cuarto- ¿Qué hace aquí? ¿Qué hago aquí? ¿Dónde está mi ropa?
Tsubaki no pudo evitar reírse al ver la reacción de Goku, ella dio unos pasos y se sentó a su lado.
-Sona-kaichou y yo te encontramos bastante herido hace unas horas en la estación de metro mientras regresábamos de hacer unas compras -declaró Tsubaki y Goku tragó ante aquello.
-Ah eso... fui asaltado por unos ladrones pero no te preocupes, estoy bien y no se llevaron nada de importancia -habló Goku con una sonrisa, odiaba mentir pero tenía que hacerlo en este caso.
Tsubaki dudó si creerle o no, creer que heridas así hubieran sido infligidas por ladrones no era algo fácil de creer, pero ella decidió confiar en él y asintió, dejando de lado el hecho de que las piezas malignas de Sona hubiesen explotado.
-Entonces te traje hasta aquí para sanar tus heridas, el hospital más cercano estaba a varios kilómetros y hubieras perdido mucha sangre en el proceso -habló Tsubaki tergiversando la verdad- como tu ropa estaba manchada de sangre tuve que retirártela... o al menos la parte de arriba.
Tsubaki desvió la mirada con un sonrojo en sus mejillas, era la primera vez que hacía algo similar y tenía que admitir que el cuerpo de Goku estaba bien trabajado para ser sólo un adolescente.
"¿En qué cosas estoy pensando? Malditas hormonas"- se dijo Tsubaki mientras negaba, seguramente su abuela Sawako ya le hubiera golpeado con el abanico por tener ese tipo de pensamientos que para nada eran sanos.
-Souka... -habló Goku con una gota de sudor al ver a Tsubaki nadando entre sus pensamientos.
Un silencio no tardó en producirse entre ambos, que para Tsubaki comenzó a hacerse un tanto... incómodo ya que quería conocer un poco más a su Kouhai ahora que tenía la oportunidad.
"¿Qué puedo decirle?"- se preguntó Tsubaki mirando hacia el techo, ella era mala en este tipo de cosas ya que nunca las había hecho.
Goku por su parte tampoco estaba mejor, estar cara a cara con la cuarta persona más destacada y bella de la academia Kuoh para él esto era una experiencia innovadora nunca antes vivida.
-Hummm... te traje esto Goku-san -Tsubaki se volteó y sacó una bandeja de comida- pensé que cuando te despertaras tendrías hambre y lo hice...
-¡Oh, qué buena pinta tiene! -exclamó Goku sinceramente mientras tenía estrellas en sus ojos- ¡Gracias por la comida Tsubaki-sempai!
Goku sin perder nada de tiempo comenzó a comer aquella comida, entre la que había arroz, bentō, fideos, ramen y como postre unos ohagis.
Tsubaki sonrió al ver cómo Goku devoraba toda la comida, esa acción le hizo pensar que le había gustado la comida que ella había preparado.
-¡Estuvo delicioso! -pregonó el azabache con una sonrisa tras haber terminado de comer- realmente cocinas muy bien Tsubaki-sempai.
-Muchas gracias Goku-san, lo aprendí de mi abuela -mencionó Tsubaki con una pequeña sonrisa y Goku sintió algo de nostalgia.
-Entonces ella debe de ser una gran persona -Tsubaki abrió sus ojos ante las palabras de Goku- usted es alguien que todos admiran y aspiran a ser, es un gran modelo a seguir.
Goku sabía lo que estaba diciendo, gran parte de sus compañeras de clase incluida Murayama admiraban a Tsubaki y querían ser como ella.
Sabía que tanto ella como Sona eran diablesas pero no sentía maldad provenir en ellas como para poder calificarlas de «malas» según el significado que se le había dado a la palabra "demonio".
-Gra-gracias -Tsubaki no pudo evitar tartamudear, oía comentarios así en los pasillos de clase pero oírlo en los labios de Goku sonaba diferente- puedes tutearme, realmente no hay problema.
Goku asintió suspirando de alivio, lo cual provocó una sonrisa en Tsubaki. Su abuelo le había dicho que tratara de usted a las personas mayores que él y también a las personas que no conocía.
-Mi abuelo me decía que fuera amable con las chicas y que si veía alguna bonita que lo dijese -habló Goku mirando el techo, antes de mirar a Tsubaki- eres bastante hermosa Tsubaki-sempai y tus ojos... también son bastante bonitos.
Goku pronunció aquello con toda la inocencia del mundo, por eso desconocía que sus palabras causaron bastante efecto en la vicepresidenta.
Tsubaki tuvo que disimular el enorme sonrojo que reinaba en su rostro, era la primera vez que alguien halagaba sus ojos heterocrómicos.
En el pasado aquello fue objeto de burla en su clan, varios niños se burlaban de ella llamándola "parche bicolor" u otros insultos y aunque todo eso cambió cuando llegó a la secundaria Kuoh todavía estaba marcado en su interior...
-¿Tsubaki-sempai acaso dije algo malo? -preguntó Goku al ver que Tsubaki se levantaba sosteniendo la bandeja en la que antes hubo comida- yo lo...
-No, no... solo necesito un poco de descanso -respondió Tsubaki con una pequeña sonrisa- deberías hacer lo mismo Goku-san... mañana tenemos clase y debes ir con todas tus fuerzas.
-¡Hai! -exclamó un chibi Goku alzando su puño al aire y Tsubaki soltó una pequeña risa- en ese caso me iré a mi departamento Tsubaki-sempai.
-Entonces te acompañaré hasta la salida -declaró Tsubaki con una pequeña sonrisa y Goku asintió.
Así fue, Tsubaki le guió hasta la salida no sin darle un yukata para que pudiera vestirse además de indicarle en qué zona de Kuoh se hallaba el templo para que él pudiera regresar a casa.
-Muchas gracias Tsubaki-sempai, mañana te traeré este yukata bien limpio -aseveró Goku y ella negó con el gesto de "puedes quedártelo".
Goku se despidió agitando su mano de izquierda a derecha y Tsubaki sonrió haciendo lo mismo, en cuanto Goku se fue ella se adentró en el templo y apoyó su espalda en la puerta, pensando.
"Eres bastante hermosa Tsubaki-sempai y tus ojos... realmente son bastante bonitos también"
Tsubaki recordó aquellas palabras llevándose las manos al corazón... no porque le hubieran cautivado sino porque revivió un recuerdo.
Flashback:
-Oba-chan, oba-chan... -una Tsubaki en versión niña agarró el vestido de una anciana que estaba machacando unos plátanos en un mortero.
-¿Qué ocurre mi pequeña nieta? -preguntó la anciana con una sonrisa acariciando el cabello de su nieta, ella era Sawako la matriarca Shinra.
-¿Por qué otros niños se burlan de mis ojos...? Siempre me insultan y yo... no sé porqué -habló Tsubaki teniendo la cabeza agachada.
-Tsubaki... -habló Sawako tomando la barbilla de su nieta- da igual lo que digan los demás, para mí siempre serás la niña más guapa del mundo y tus ojos son lo más bonitos que he visto en mi vida.
Tsubaki sin poder contener las ganas se echó sobre los brazos de su abuela liberando lágrimas, su abuela siempre sabía cómo consolarla.
Fin del flashback
-Oba-chan... -murmuró Tsubaki mientras varias lágrimas salían de sus ojos y tenía la mano en el pecho, ella echaba de menos a su abuela y sabía que el cruel destino jamás se la devolvería.
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Fin del capítulo.
Seguimos avanzando con la trama... Tsubaki aparecerá con bastante frecuencia y quién sabe, a lo mejor se convierte en la pareja de nuestro protagonista.