Todos los discípulos, incluido el guardia, se quedaron un instante al ver como el cultivador que había intentado atacar a Liam caía al suelo. Podían sentir su magia, así que sabían que no estaba muerto, pero aun así no entendían qué acababa de pasar.
—Señor guardia, debería dar un paso atrás —Liam dejó escapar su intención asesina, preparándose para el combate —. Me parece que no necesitáis vuestra voz, si luego la usáis para decir estas cosas.
El guardia fue alertado inmediatamente por la intención asesina que emitía Liam. Se le erizaron los pelos de la nuca y sintió que, aunque era un Señor Ancestro bastante respetado dentro de la secta, si hacía un movimiento incorrecto no ganaría el suficiente tiempo como para que llegaran refuerzos.
—¿Quién es este chico? —exclamó mentalmente —. Su fuerza me recuerda a los Ancianos de la secta... no, incluso ellos no podrían emitir este tipo de sensación. Es como si los cielos mismos hubieran descendido, como si Dios mismo estuviera delante de nosotros.
El guardia nunca había sentido la fuerza del maestro de secta, pero adivinó que, probablemente, él y Liam estarían bastante cerca. Esto fue algo grande pues, en el Reino Inmortal, los maestros de las cuatro grandes sectas eran las existencias más poderosas conocidas y habían gobernado durante al menos algunos cientos de miles de años.
—Os advertí de que no cruzarais el círculo —comentó Liam en tono de burla —. No me importa si os burláis de mí, pero no toleraré que hagáis lo mismo con mi maestro.
Los presentes estaban demasiado asustados como para registrar las palabras del chico. Liam dio un paso y el suelo debajo de él se resquebrajó.
—Sois cultivadores, tenéis miles de años y, aun así, os comportáis como acosadores escolares —su voz nunca perdió el tono burlesco —. Bien, vosotros os lo habéis ganado.
Levantó la mano, con el pincel anormalmente grande que había usado para trazar el círculo unos segundos antes.
—Por lo que he visto, esta es una secta que practica el camino de la espada —Liam dijo en voz alta mientras recordaba ver a los alumnos lanzar cortes voladores —. Me pregunto si se puede aplicar el mismo concepto a algo que no es una espada.
La siguiente escena dejaría en todos los discípulos de la Secta de la Espada Divina que se habían acercado, preparados para luchar al sentir la intención asesina, una profunda impresión.
Liam balanceó el pincel como si fuera una espada y él mismo un practicante de toda la vida. De la punta del pincel salió disparado un corte completamente blanco que viajó hacia los matones.
El corte parecía casi etéreo, como si no perteneciera realmente a la realidad y, de hecho, no cortó el suelo por el que pasaba. Incluso al darse cuenta de esto, el guardia, que era más fuerte que los demás espectadores, pudo decir que el ataque contenía una profundidad que iba mucho más allá que un simple corte volador de espada.
—¿Logró eso con un pincel? —se preguntó aterrado el hombre —. ¡Este hombre no es común! ¿De dónde vino tan de repente? Dijo que es un humano, pero si conoció a Albus Dumbledore entonces no puede tener más de cien años. Incluso para un humano esto es simplemente imposible...
Los matones vieron el corte acercarse y supieron que tenían que evitar costara lo que costara. Sin embargo, por alguna razón no podían moverse. Lo mismo podía decirse de los discípulos que miraban, no eran capaces de intervenir para salvar a sus compañeros.
En el último segundo, una figura se interpuso en el camino del ataque y balanceó su espada, deshaciéndolo. La figura resultó ser un hombre de apariencia relativamente joven, aunque con barba, y alta estatura. Un aura insondable brotaba del hombre, como si fuera una espada increíblemente afilada, preparada para cortarlo todo.
—¡Maestro de secta! —exclamaron todos.
Liam retiró su pincel, enviándolo a un espacio privado que había creado anteriormente con los poderes de su Esencia.
—Soy Luan Zhang, maestro de la Secta de la Espada Divina —se presentó el hombre —. ¿Quién eres y por qué estabas atacando a mis discípulos? Dependiendo de tu respuesta podría eliminarte aquí ahora mismo.
El joven cultivador se mantuvo recto sin reaccionar ante la amenaza.
—Mi nombre es Liam Doyle y tengo algunos asuntos que tratar con esos que estás protegiendo —respondió, empezando a canalizar magia en su armadura por si tenía que usarla.
—No me parece que esos asuntos deban conllevar sus muertes —el maestro de secta levantó su espada al sentir como Liam no planeaba retirarse.
Este último se burló con desprecio.
—No hubieran muerto, ese ataque solo estaba destinado a cortar sus cuerdas vocales y habrían podido restaurarlas más tarde —explicó —. Así que le recomiendo apartarse o no me detendré con usted.
Esto, por supuesto, ya lo sabía Luan Zhang, como maestro de la espada que era; sin embargo, aún quería probar al joven que tenía enfrente.
—Eres un joven gracioso. ¿Crees que puedes derrotarme? —cuestionó mientras su espada era cubierta por cantidades absurdas de magia —. Me parece que no sabes distinguir entre la realidad y la fantasía, ahora pagarás por ello.
Con estas palabras, desapareció de la vista de todos los discípulos que observaban con asombro.
—Es más rápido que Jinichi —se dio cuenta Liam.
Sin perder el tiempo, cubrió uno de sus puños con una cantidad igualmente absurda de magia y también desapareció. Había mejorado bastante durante el tiempo que estuvo en reclusión y ahora podía mantenerse al ritmo.
En ese momento llegó otra persona al campo de batalla, justo a tiempo para presenciar la siguiente escena.
Espada con puño se encontraron y tembló tanto el cielo como la tierra. La mayoría de discípulos tuvieron que aferrarse a objetos del suelo para no salir volando. Un choque de poderes ocurrió en el centro del huracán.
Ni Liam ni Luan Zhang retrocedieron hasta que una voz resonó por todo el lugar.
—Deteneros, por favor —dijo la persona que acababa de llegar, en un tono tranquilo.
Ambos lo reconocieron, aunque a Liam casi se le salen los ojos de la sorpresa al verlo. Detuvieron su colisión de inmediato.
—¿Qué sucede, Albus? —preguntó intrigado el maestro de secta —. ¿Lo conoces?
Antes de que pudiera responder, una voz lo interrumpió.
—¡Maestro! —Liam se acercó a ellos, sus ojos brillaban con felicidad —. Parece que realmente estabas aquí.
La mandíbula del maestro Zhang cayó ante sus palabras. Dumbledore soltó una carcajada.
—Parece que me has encontrado, Liam. Esperaba poder entrenar un poco más antes de ir yo mismo a buscarte; sin embargo, parece que tú mismo has crecido mucho más allá de lo que hubiera pensado —comentó, ambos se dieron un abrazo. Después de todo, tenían una relación muy similar a la de padre e hijo —. ¿Y qué te he dicho sobre llamarme maestro? Sabes que no debes ser tan formal conmigo.
Liam se rio con ganas.
—Está bien, está bien —aceptó, incluso si los dos sabían que realmente no cambiaría su forma de llamarlo. Liam le tenía un respeto demasiado grande a Dumbledore por haberlo entrenado.
De repente, una tercera voz que había sido olvidada se coló en la conversación.
—Esperad, esperad —los detuvo Luan Zhang —. Entonces, ¿Albus es el maestro de este chico que tiene la fuerza suficiente como para rivalizar conmigo?
Parecía extremadamente desconcertado.
—¡Es ridículo! —exclamó en su mente —. Si eso es verdad, ¿cuántos años tiene realmente este pequeño monstruo?
—Por supuesto, era mi discípulo antes de llegar al Reino Inmortal, aunque solo le mostré los aspectos básicos y fundamentales de la magia —explicó el antiguo director de Hogwarts.
—Eres demasiado modesto, profesor —le reprochó Liam —. Sin sus enseñanzas, nunca habría entendido lo importante que es el control de la magia, que es mi mayor fortaleza hoy en día.
—Entonces, chico, yo mismo soy humano, así que sé cómo funcionan los años en la Tierra —empezó el maestro de secta —. ¿Cuántos años tienes?
Liam entendió por qué lo preguntaba y, aun así, decidió que podría ser un poco malvado.
—Estoy a pocos meses de cumplir los dieciocho —reveló, orgulloso. Ahora era mayor de lo que había sido antes de reencarnarse y estaría a punto de ser mayor de edad si fuera un muggle.
Luan sintió que se iba a desmayar al saber que un niño de diecisiete años estaba a su nivel, pero no tenían por qué mentir, especialmente Albus.
—Te dije que yo conocía lo que es el verdadero talento, maestro —le comentó Dumbledore —. Es por él que sé que debo esforzarme para volverme realmente poderoso.
—Pensaba que lo decías por humildad, ¿quién hubiera imaginado que ibas en serio? —Luan Zhang soltó un suspiro, esto estaba cerca de ser una de las experiencias más sorprendentes de su vida y, teniendo en cuenta que había vivido desde quién sabía cuándo, eso era mucho decir.
Los otros discípulos, incluido los matones, habían huido al ver llegar al maestro de secta, creyendo que lo retendrían, así que nadie más podía escuchar su conversación.
—De todas formas, vayamos dentro y podremos hablar más cómodamente —propuso el maestro de secta después de superar la sorpresa.
Por el camino, continuaron hablando.
—Por cierto, vaya que has cambiado, maestro —comentó coloquialmente Liam —. Ya no pareces un anciano sabio, se ha perdido tu barba de un metro de largo.
Dumbledore se acarició la barba por costumbre, pero ahora era de tamaño normal, así que no daba el mismo efecto.
—Supongo que es la peor parte de haber vuelto a ser joven —respondió con tristeza —. Ah, voy a extrañar mi barba.
—El rejuvenecer es bastante común entre los cultivadores del Reino Inmortal, pues la mayoría de nosotros llegamos al Reino Ancestro cerca del final de nuestras vidas —explicó Luan —. Alcanzar este nivel nos permite vivir miles de años y, según más avanzas en el camino de la cultivación, más vives.
Para una persona normal, vivir tanto tiempo podría ser una desgracia debido al aburrimiento. No obstante, un cultivador que persigue los secretos de la magia, nunca se va a aburrir.
—Ah, visité a Fleur y ella me dijo que Ji Ming también ha llegado al Reino Ancestro —informó Liam —. Me gustaría buscarlo a él también, así que en un par de días me marcharé. Realmente no tengo una casa, ya que suelo vagar por el planeta Alma Esmeralda, así que si algún necesitas algo de mí puedes usar esto.
Le dio un teléfono similar a los que se hacían en los tiempos más modernos, en su anterior vida.
—Es similar a un teléfono móvil, pero funciona con magia y de momento solo puede contactarme a mí —mientras hablaba, les enseñó cómo utilizar el aparato. Luan Zhang estaba muy interesado en el invento —. Actualmente, estoy tratando de mejorarlo para que puedas llamar a cualquier otra persona que tenga uno, cuando lo logre empezaré a venderlos.
Aunque el dinero no servía de casi nada en el Reino Inmortal, planeaba establecerse en la Tierra algún día si lograba el control requerido.
Siguieron charlando amenamente y descubrió que era sencillo tener una buena conversación con Luan Zhang, incluso si era un poco demasiado orgulloso de su posición y poder.
Dos días más tarde, decidió continuar con su viaje y se preparó para su siguiente destino: el planeta Suerte Dorada.
Fin del capítulo.
------------------------------------
Bien gente, para el que tenga curiosidad, Dumbledore se ve igual que en las películas de Animales Fantásticos.
Además, para aquellos que quieran un pequeño spoiler... solo digo que los próximos capítulos van a ser difíciles de escribir para mí.
Espero que os haya gustado y hasta la semana que viene ^^.