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Capítulo 34

De alguna forma u otra, las clases habían comenzado de forma normal... o al menos tan normal como Hogwarts podía llegar a ser. En realidad a Liam le parecía divertido estudiar sobre plantas mágicas, pociones o incluso las nuevas asignaturas optativas, que al final habían acabado siendo Estudio de Runas Antiguas, Aritmancia y Alquimia.

Hubiera escogido Cuidado de Criaturas Mágicas si no fuera porque Hagrid carecía de la ilusión necesaria para hacer la asignatura interesante. Por supuesto Liam no no podía culpar al pobre hombre, después de lo que sucedió con Buckbeak el año pasado.

De todas formas, cualquier tipo o rama de la magia era extremadamente interesante para el joven cultivador de Ravenclaw, después de todo era conocimiento nuevo para adquirir. Runas Antiguas realmente no trataba el uso de estas hasta cursos superiores (concretamente hasta sexto año), pero a Liam no le importó... la teoría es fundamental después de todo.

La Aritmancia era extraña, para definirla en una palabra. Si se tuviera que comparar con una de las asignaturas muggles, podría decirse que se parece a la lógica en cierta forma. La lógica filosófica trataba de dar un significado y orden a las palabras con el objetivo de establecer razonamientos o argumentos válidos o correctamente lógicos. En la Aritmancia, en cambio, se estudiaban las propiedades de los números y se les daba un significado con tal de predecir el futuro. De las tres asignaturas que había escogido, la favorita de Liam era esta.

Alquimia era todo lo que uno podría esperar. En niveles avanzados quizás podría ser una rama de la magia extremadamente útil, pero eso era solo una vez que lograbas soportar una gran cantidad de horas con una profesora tratando de explicar química a estudiantes que ni siquiera habían empezado la escuela secundaria muggle.

Hablando de profesores, la mayoría parecía realmente contentos de tener a Liam de vuelta. Uno podría pensar que era debido a su talento y buen comportamiento en clase, pero la realidad era que el chico ayudaba mucho a la hora de regular a los estudiantes. En una escuela mágica no puedes esperar que adolescentes de sangre caliente no traten de demostrar su superioridad... o algo así, así que los duelos entre ellos sucedían a menudo.

Los profesores siempre estaban dando clases, así que no podían hacer mucho, pero durante sus dos primeros años Liam había sido un factor disuasivo importante. Él mismo se lo tomó como una forma de agradecer a su maestro por todo lo que le había enseñado.

De todas formas, en ese momento el chico mencionado estaba desayunando tranquilamente- Había poca gente en el Gran Comedor , puesto que las clases no empezarían hasta dos horas después.

Repentinamente escuchó una voz que lo llamaba, se giró para ver a sus tres aprendices. Hermione parecía extrañamente indignada y Liam se preguntó que podría haber cabreado a la chica esta vez.

-¡Liam! Tú me entenderás -Hermione habló muy deprisa -. Me han explicado que los elfos domésticos son tratados como esclavos incluso aquí, ¡en Hogwarts! No puedo aceptar eso, así que he decidido fundar el P.E.D.D.O, la Plataforma Élfica de Defensa de los Derechos Obreros, para así luchar por sus derechos, ¿quieres unirte?

Sinceramente Liam se sintió un poco arrollado con la velocidad a la que hablaba su aprendiz, pero al menos había logrado entender lo que quería decirle. Lanzó un suspiro, probablemente sería difícil explicar esto y hacer que lo entendiera.

-Hermione, entiendo que intentas ayudarlos -empezó -. Pero debes entender que los elfos domésticos son otra clase de ser vivo, una completamente diferente. No puedes imponerles los valores humanos, nadie les impone realmente nada y hacen todo lo que hacen por voluntad propia, porque es lo que desean. Si bien hay familias mágicas que tratan mal a su elfo doméstico, concretamente los de Hogwarts viven según sus deseos.

Hermione parecía furiosa ahora.

-¡Tú también! No puedo creer que estés de acuerdo con la forma en que los tratan -sus palabras hicieron que Liam soltara otro suspiro.

-Mira, Hermione, tratar de imponerle a un elfo la libertad es lo mismo que tratar de imponerle a un humano la esclavitud, ¿es eso lo que quieres? -Liam había querido llegar a este punto desde el principio, porque era la realidad, no se podían usar los valores humanos para otras especies, especialmente una tan inteligente como los elfos domésticos.

Hermione no supo que responder después de eso, así que solo se quedó quieta cinco segundos antes de decir que necesitaba reflexionar sobre el tema, y se fue a la mesa de Gryffindor.

-Buenos días maestro... ah, aún se hace raro llamarte de esta manera -Harry puso una expresión de incomodidad.

-Buenos días chicos, y no hace falta que me llaméis maestro ni nada por el estilo, me provoca vergüenza ajena y además aún ni siquiera os he enseñado casi nada -Liam agitó la mano en señal de indiferencia, a lo que ambos Gryffindor asintieron.

Luego, se despidieron y Harry y Ron se fueron a desayunar. Una vez hubieron terminado, junto con Hermione tenían la intención de ir a la Sala Común hasta que fuera la hora de ir a clases, pero se volvieron a encontrar con Liam, que los estaba esperando.

-Bueno, no os lo he dicho antes, pero a partir de hoy cada día me acompañaréis a hacer los ejercicios matutinos -su voz tenía un tono angelical y de alguna forma eso hizo que el trío dorado sudara frío -. No os preocupéis, de momento no habrá ningún entrenamiento de combate, la intención de esto es que acondicionéis el cuerpo para que luego sea capaz de resistir la magia.

Los llevó a uno de los exteriores del castillo, cerca de una pared.

-Pero Liam, somos magos, ¿realmente es necesario el entrenamiento físico? -preguntó Ron, a lo que Liam sonrió.

-No sería necesario para un mago normal, sin embargo vosotros tenéis la intención de convertiros en cultivadores... las peleas en ese ámbito son completamente distintas -explicó, su tono adquiriendo un asombroso parecido con el de Dumbledore cuando enseñaba -. Os voy lo voy a demostrar.

Liam se acercó a la pared y puso la palma de su mano en ella. Hizo un poco de presión y la pared empezó a resquebrajarse, dejando atónitos a sus tres aprendices.

-L-Liam, ¿puedes romper una pared de ladrillos con solo tu mano? -la voz de Harry salió más nerviosa de lo que el chico esperaba.

El Ravenclaw lo miró, ahora estaba serio.

-Escuchadme bien, la fuerza que he aplicado ahora no se acerca a la que puedo usar realmente, si entrenáis bien podréis hacer esto incluso en el Reino de la Recolección de Magia -sus palabras los dejaron atónitos -. Esta pared está incluso recubierta de magia, así que es más resistente de lo que sería normalmente. Sin embargo...

Ahora ni siquiera hizo presión y, sin embargo, la pared de repente explotó en mil pedazos.

-¿Alguno de vosotros puede explicarme qué ha pasado? -les preguntó, después de todo quería alentar a sus estudiantes para que fueran capaces de resolver las cosas solos.

Los tres levantaron la mano tímidamente.

-¿Ron? -le dio el turno de palabra.

-¿Has aplicado más de tu fuerza? -fue más una pregunta que una contestación.

-No, de hecho he usado menos -la respuesta fue, por supuesto, incorrecta -. ¿Hermione?

-La pared ya estaba agrietada, así que no has tenido que hacer tanta fuerza para romperla -Liam la miró con una mirada plana.

-Aunque hubiera estado intacta se habría roto -afirmó -. Última oportunidad, Harry.

-Supongo que habrás usado algún hechizo para romperla -dijo.

-Bueno, no estás del todo lejos, sin embargo no ha sido un hechizo sino magia pura -esta revelación pareció confundirlos aún más -. He usado la magia en sí de dentro de mi cuerpo para fortalecer mis músculos, es por eso que a simple vista he necesitado menos esfuerzo para romper la pared.

Mientras explicaba, hizo un movimiento con la mano y el muro fue reconstruido.

-Ahora, ¿qué creéis que sucedería con una persona que recibiera un golpe así? -los tres sintieron un escalofrío al imaginárselo -. Sin embargo, hay un problema con ello.

-¿El problema es que necesitas mucho control de magia? -Ron dijo.

Liam asintió.

-En parte, sí, pero aunque tengas el control necesario para ello, el caso es que un cuerpo de mago normal no es suficiente para resistir un golpe así, incluso con la resistencia base que te otorga tu base de cultivo -Liam sacó un rotulador de quién sabe dónde y empezó a dibujar en la pared -. Hace cosa de cuatro siglos vivía un muggle increíblemente inteligente llamado Isaac Newton. Este tipo descubrió ciertas reglas que explican varias cosas. Lo que nos interesa es la llamada Tercera Ley de Newton, o Principio de acción-reacción.

Los tres estudiantes ahora estaban sentados con un cuaderno de notas que Liam les había entregado... nadie sabía de dónde lo había sacado.

-Para no entrar en detalles, esta ley nos dice que cuando un cuerpo aplica una fuerza sobre otro, habrá una fuerza resultante exactamente igual a la aplicada por el primer cuerpo que actuará en dirección contraria a la fuerza aplicada al principio -mientras lo explicaba, dibujo algunas flechas para que les fuera más sencillo entenderlo -. Entonces, para que lo entengáis de forma más sencilla, cuando golpeáis algo se os devuelve la misma fuerza a vuestro puño, es por eso que si golpeáis un trozo de metal os dolerá.

Hermione que ya había atado todos los clavos levanto la mano, Liam le concedió la palabra.

-Entonces, ¿si golpeamos a algo con magia y nuestro cuerpo no es suficientemente resistente, la fuerza resultante nos podría hacer daño a nosotros mismos? -dedujo.

-Pim pom, premio! -Liam usó algunos efectos especiales de colores -. Exactamente, así que es necesario que no solo entrenéis vuestra magia, el cuerpo es igual o incluso más importante. Además si entrenáis lo suficiente podréis aumentar también vuestra velocidad, que es uno de los factores decisivos en una batalla.

El trío dorado asintió a la vez, realmente parecían conectados de alguna forma, pero ahora tenían miradas de resolución en sus rostros.

-Bien, mis queridísmos estudiantes, me alegro de que lo hayáis entendido porque esto os dará un poco de voluntad para poder soportar la tort... quiero decir el entrenamiento que os espera -Liam exclamó con alegría.

Cabe decir que, cuando empezaron las clases, los demás estudiantes no pudieron evitar preguntarse qué les había pasado a los tres Gryffindor para acabar de tal forma.

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OMAKE (Extra)

Ji Ming caminaba por los pasillos de Hogwarts, era un lugar realmente impresionante y el cultivador estaba disfrutando como un niño el vagar por los pisos sin saber realmente hacia dónde estaba yendo.

En ese momento se encontraba una vez más perdido cuando llegó a una puerta extraña. La abrió y se dio cuenta de que era un baño, pero parecía haber algo más en esta sala de baños, notaba una presencia etérea.

Entró y pronto pudo ver a un fantasma. Se había acostumbrado a ellos el primer día que pasó en Hogwarts, además había descubierto que podía tocarlos si usaba magia. Probablemente fuera debido a la transformación por la que pasó esta al someterse a la Separación del Espíritu.

-Buenas, me llamo Ji Ming -se presentó de la nada, a lo que el fantasma de la chica chilló y se giró. Por supuesto no había notado su presencia -. Perdón por asustarte.

-Diablos, no asustes así a la gente -el fantasma se secó el sudor imaginario de la frente -. Yo soy Myrtle y... espera, ¿qué haces en un baño de chicas?

Ahora Myrtle parecía enfadada y lista para patear el trasero de este chico, o al menos eso fue hasta que lo miró bien y pudo decir que... era extremadamente guapo. Se sonrojó masivamente.

-Oh, ¿es un baño de chicas? Entonces debe ser el baño abandonado si tú eres Myrtle -Ji Ming ahora parecía un poco avergonzado -. Bueno, lo siento por molestar, ya me voy.

Se giró para marcharse pero Myrtle se puso nerviosa.

-E-Espera, no hace falta que te vayas, normalmente no viene nadie y me gustaría alguien con quien hablar -tartamudeó mientras su rostro pálido de fantasma de alguna forma adquiría un tono rojo... de alguna forma.

Ji Ming se sorprendió y la miró sonriente.

-¿Es así? Bueno, no tengo nada que hacer así que está bien -contestó.

Una hora más tarde, Liam entró por la puerta de la sala de baños.

-Oye Ji Ming te estaba buscando -pero sus palabras se quedaron atrapadas al ver a su amigo jugando a cartas con Myrtle la Llorona -. ¿Qué estás haciendo?

Ji Ming se giró para verlo.

-Oh, Liam, estaba jugando con Myrtle, debo decir que es bastante buena, me ha ganado treinta y nueve veces y yo solo una a ella ajajajajaj -soltó una carcajada -. Es difícil interpretar las expresiones de un fantasma, debo decir.

Myrtle se rascó la cabeza avergonzada y Liam solo los miró planamente.

Fin del capítulo.

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