Ah...
No se podía negar, las apariencias del cielo de Asora eran muy refrescantes para la vista.
Debido a que el mundo allí dentro era extraordinariamente puro por causa de la Energía de Alexander, aunque el cielo tenía muy pocas nubes y estaba en su mayoría despejado, todavía existían resplandecientes colores azules en diferentes tonos, sin parecerse al espectáculo formado por la aurora boreal del polo norte de la Tierra, pero bastante cerca del mismo, y en igualdad de belleza.
"..."
Mirando al cielo desde el pequeño bote donde estaba, Alexander estiró su mano y por un simple instante que se concentró aleatoriamente... fue capaz de sentir que sus poderes actuales y bases, eran capaces de crear una abertura espacial lo suficientemente grande como para destrozar, literalmente, el enorme cielo azul que podía ver.
Ah, otro detalle que notó Alexander, fue que su mano levantada temblaba levemente.
"¿En serio?"
Todavía él mismo se sorprendía de algo así.
En este mundo, o no, en la vida de Alexander, sólo una simple cosa hasta ahora fue capaz de hacer que su mano temblara inexplicablemente una vez...
"Bueno... supongo que esta sería la segunda."
Tomó el cigarro de su boca, y lo apartó para dejar escapar un poco de humo, con una extraña inestabilidad emocional a la que él simplemente no podía adaptarse.
Aunque, de hecho, maduró en este sentido, ya que a diferencia de lo sucedido con Olga, con Claudia todo fue mucho más fluido.
Y si bien Alexander estaba tan shockeado que quería salir volando como Ironman y romper el techo cuando Claudia le dijo "eso", manejó todo con cuidado y confianza, al menos en el exterior.
Y en el primer momento libre que tuvo, decidió venir aquí y calmarse un poco con el sentir de los oleajes del pequeño bote en el Lago de Asora.
Después de un tiempo, los pensamientos de Alexander se desviaron más hacia diferentes temas, una vez que lidió completamente con la sorpresa nuclear que le dió Claudia.
"Lo primero es... estabilidad."
"Necesito más estabilidad en este momento, desde que traje a las chicas desde el mundo derivado de Kuroinu, nunca he tenido suficiente estabilidad."
Por supuesto, no era tan fácil como tener un "hogar" para tener estabilidad en sí, ya que Alexander tenía casi todo un mundo completo como su propio "hogar" y el de su familia. Así como el lugar original que existía en el mundo derivado de Kuroinu.
No, se refería más a la estabilidad en la vida, más a cosas como... objetivos, metas.
Alexander sabía que él era alguien bastante fuerte de hecho, pero aún así no era realmente "tan" fuerte como en un principio creyó ser una vez que se auto-analizó.
Si se tomara un ejemplo, sería muy sencillo de explicar.
Si se dice que la primera vez que Alexander sintió el poder y la presencia del ser más poderoso de el mundo derivado de DxD, el Dragón Gran Rojo, se decepcionó del poder del tal Dragón... sólo lo hizo porque él mismo era mucho más fuerte, pero no tanto como para vanaglorearse.
Con un puntaje superior a 10 mil de Energía, Alexander podía decir que la intensidad de poder que tenía el Gran Rojo sería similar a unos 500 puntos de toda la cantidad inicial, o sea, un 0.5% de ello.
Y para esto, era necesario entender lo increíblemente pura y concentrada que era la Energía de la Nada que Alexander poseía, ya que aunque ni siquiera él podía entender como lo había hecho, en efecto, tuvo "avances" en su poder que no le dieron más "cantidad", sino, "calidad" en su torrente de poder propio.
Por eso Alexander pensó que si bien el Gran Rojo seguía siendo una lagartija más grande a su lado, todavía no debería despreciarlo de la forma que lo había hecho.
"Ah... es algo contradictorio... porque de hecho, quiero establecer una nueva resolución para una meta... pero mi meta en realidad es divertirme con la vida nueva que se me fue otorgada."
"Por cierto, ¿cómo le estará yendo a esa Diosa de la Reencarnación que fue la culpable de reencarnarme? Debe estar en algún lugar de esos Doce Planos, pero me pregunto, ¿cuál sería su papel allí? ¿Cómo vivirá su vida, como una humana, o de manera diferente?"
Un pensamiento como este, duró bastante poco ya que siguió su original hilo de pensamientos.
"Si lo primero es la estabilidad, lo segundo sería entonces, yo mismo, y los que me rodean."
Alexander pensó que debería pensar más íntegramente en la relaciones humanas en las que se encuentra enredado, y actuar de forma más madura, con cada aprendizaje o progreso que él mismo logre, ya que por muy poderoso que pudiera ser en este momento, no podía permitirse pensar que no tenía debilidades.
De hecho, era bastante obvio y natural pensar que un enemigo futuro pudiera enterarse de su tipo de personalidad, y de su familia, y entonces atacarían deliberadamente a una de ellas.
Es fácil pensar en algo así, pero el dolor que conlleva por detrás, es algo tan profundo que Alexander nunca podía quitárselo completamente de la mente.
Por eso se decidió a mejorar en este aspecto, y de hecho, mejorar a sus allegados también.
Ah...
La escena de él entrenando a las chicas, y dándoles una "recompensa" si lograban terminar con algún objetivo, fue bastante mortal en la cabeza pervertida de Alexander.
"El último punto así sería el sistema, ¿no?"
Se había vuelto bastante irrelevante, ya que Alexander descubrió en este momento, que no era tan satisfactorio como en un inicio él pensó que sería.
De hecho, incluso sería mal a largo plazo, porque según lo dicho por Olga, aunque fuera algo muy conveniente... te hacía ver la vida prácticamente como un juego.
Este era otro de los puntos en los que Alexander sentía que debía reflexionar con profundidad, pero sin poder negar que el poder establecido de esta forma era completamente sencilla de entender.
¿Tal vez finalmente estaba madurando?
Habían otras pautas también en su mente, como por ejemplo, la escasa situación financiera real que tenía en el mundo derivado de DxD, pero Alicia y Kaguya, de hecho, ya se habían empezado a encargar de esto.
Yasaka les mostró un poco como se trabajaba con las empresas y los márgenes de ganancias o de pérdidas, los gráficos y demás, y ellas parecían haber tomado esto en serio.
Kaguya en específico, que quería más adelante visitar este "Akihabara" y comprar todos los edificios de allí.
"No, de hecho, ella quería comprar todo Japón."
Alexander se sintió bastante impotente, y un poco patético, de que su mujer quisiera comprar algo y él no tener el poder ni el dinero para concedérselo, incluso siendo algo así como un Dios.
"Bien, parece que cuando regrese debería visitar algunos primeros ministros."
El destello del Sharingan brilló por un momento, pero luego se escondió nuevamente en los ojos de Alexander como si hubiera cambiado de canal en la televisión.
Todavía recostado en el pequeño bote, y fumando un cigarro, Alexander siguió perdiendo el tiempo pensando en cosas ya sea estúpidas, profundas, o analíticamente ridículas.
Al menos, fue así hasta que...
*¡Auge!*
"Ah, ¿finalmente despertó?"
Rápidamente dejó el cigarro de lado, y con el puro poder de su físico, se semi-teletransportó hacia una localización en el bosque no muy lejana de allí.
Que era donde él había dejado a una atónita Kuroka justo después de que ella se desmayara por razones que no entendía. Aunque imaginaba que se debía a que ella intentó meditar o absorber la Energía esparcida en todo este mundo, pero al ser tan pura esta, ocasionó que su conciencia se desvaneciera mientras su cuerpo intentaba adaptarse al medio de este lugar.
"Suspiro."
Alexander se sentía un poco extraño con Kuroka en realidad, ya que la erótica chica gato no mostraba ser como originalmente era en la serie en su mayoría.
Delante de él ella siempre se comportaba silenciosamente y obediente, como si fuera un jefe o algo así, y esto le dió dolores de cabeza a Alexander.
Y la visita de Kuroka a este mundo, fue porque extrañamente, escuchando a Kunou hablando de esto, pareció extremadamente emocionada de visitar ese lugar.
Alexander se detuvo en un pequeño espacio en el bosque que no tenía tanta maleza, pero que en definitiva estaba bastante limpio y espacioso.
Allí, respirando pesadamente con la cara roja, se encontraba Kuroka de pie.
"Entonces, ¿estás bien?"
Kuroka miró hacia Alexander con su cara sonrojada y con un poco de sudor, sus enormes pechos copa G subían y bajaban con cada exhalación e inhalación, sus dos colas negras estaban extrañamente firmes hacia arriba, y sus ojos dorados gatunos ahora tenían un tinte de algo como... ¿rosa?, en ellos.
"Kuroka, ¿estás bien?"
Alexander preguntó nuevamente, pero en lugar de responder, la cara de Kuroka se tornó bastante sonrojada cuando gesticuló, casi como un gemido: "Nya~"
En ese momento... Alexander sudó un poco.