webnovel

87

Por consiguiente, el último seguro que tenía Claudia en esta situación, era su suegro y mentor, Grave Levantine.

Claudia sabía que por cosas que ni siquiera ella podía entender, que al igual que Maia, tenía un cuerpo muy fuerte y un destino que de alguna manera u otra la hacían prevalecer en victoria.

Pero aún así también sabía que el general Grave, encargado de la parte administrativa de las tropas masculinas en la Sexta Fortaleza, era otra de las grandes personalidades de la humanidad.

Y si bien la relación entre él, y su hijo, que había sido prácticamente exiliado de la familia Levantine por su incapacidad de trasmitir los genes, era algo rígida, a la vista de Claudia, ella existía como un territorio central para ambos.

Y aunque no llevaba ni siquiera un año de casada con Klauss, era un sujeto que la trataba muy bien, y su trabajo de mercader era más o menos tranquilo, al igual que su personalidad, completamente diferente de su padre que era alguien del ejército, y respetaba el honor de la familia de manera muy estricta.

Claudia no podía decir que amaba a Klauss, ni siquiera que pasaría toda vida con él, debido a que era alguien de una vida que no concordaba mucho con la de Claudia, ya que aunque ella misma siempre deseó ser una Esposa dedicada, el tiempo que había pasado en el campo de guerra era mucho... pero aún así, ella lo apreciaba simplemente por ser el hombre gentil que era.

Sabiendo que su Esposo estaría de regreso, además de que ya había preparado que inmediatamente llegara se dirigiera hacia el refugio, y de que su suegro estaría con ella en la batalla, Claudia creía que no le sería muy difícil superar este ataque que sucedería.

...

"Oh, ¿qué es esto?"

"Lo suelo tomar antes de una gran batalla, ¿me aceptaría esta bebida, Claudia-sama?"

"Está bien, algo así también es bueno, ¿no?"

...

Claudia no había pensado absolutamente nada cuando su suegro le ofreció una bebida a tempranas horas de la mañana, alegando que sólo estaba reservada para este tipo de situaciones, y se tomó toda la copa.

Todo el tiempo después, Claudia no se había dado cuenta de las miradas que a cada rato le enviaba su suegro, casi como si estuviera esperando algo.

Y cuando Claudia realizó que su propio suegro, la había traicionado al poner algo en su bebida, ya era muy tarde...

.......

"Hmmm, ¿qué... dónde estoy?"

Claudia, todavía con su armadura puesta, se levantó muy lentamente de un suelo de baldosas muy diferente al que estaba adaptada a pisar, pero también extrañamente familiar.

"Así que por fin despertaste, ¿eh? Esperar 3 horas para esto, fue un maldito infierno."

"¿General Grave...?"

Claudia vió la figura de un hombre sentada en una silla, pero se dió cuenta de que ella estaba en una jaula, y al mirar alrededor, comprobó que era en la última jaula y cuarto del calabozo.

"¡¿Pero por qué... qué pasó, y el ataque-...?! Hmmg~"

Claudia alzó su voz en su propia realización, sólo que al final no pudo evitar gemir, y sentirse mucho más débil de lo normal, también... tan caliente que respiraba con dificultad.

"El ataque ya llegó, y ya acabó, lamento informarte que sólo la pobre mitad de tus Mujeres Caballeros logró escapar con vida cuando se dieron cuenta de mi traición, y huyeron al refugio, sólo que dudo que vivan por mucho más desde que tienen una división de 1000 integrantes de Kuroinu detrás de ellas, así como las personas que quisiste salvar."

La ronca y divertida voz de Grave, sonó en los oídos de Claudia y ella simplemente estaba aturdida en el lugar.

"Todavía creo que es un lástima matar a tantas personas, en especial, a tantas mujeres, pero bueno, un pequeño sacrificio por el premio gordo es más que aceptable, hehehe."

"¿Premio...?"

Claudia estaba aturdida, estaba paralizada y ni siquiera podía pensar muy bien, tenía tantas cosas en la cabeza ahora mismo y su cuerpo estaba tan débil que no se permitía más.

"Ah, el premio es que como mi lamentable y estúpido hijo no puede dar niños, y debido a que la familia Levantine está deacuerdo con un Mundo en paz, simplemente mataré a todos ellos y haré una nueva familia, y adivina qué... te usaré a ti, que tienes un cuerpo fuerte, para darme a muchos niños, juejuejue, ah, el sólo imaginar de que pondré mi semilla en tu útero me da un placer increíble~"

Claudia sentía que todo esto podía ser un mal sueño, una pesadilla, pero la sensación tan real que tenía al tocar el suelo, o al sentir su propio cuerpo, le decían que no era así.

"¿Por qué... por qué haces algo así?"

Claudia exprimía las palabras de su boca, cuando ya estaba teniendo un remolino de sentimientos dentro de sí, la decepción, la tristeza, la ira, y sobre todo... y lo que más dolía, la sensación de impotencia.

"Oh, bueno, simplemente lo hago porque el Mundo está mal como está ahora, se necesita un cambio, y el grupo de Kuroinu lo traerá, yo solo me estoy aprovechando de eso... muy bien, tráiganlo."

Claudia vió como unos mercenarios arrastraban a un hombre que tenía las manos atadas, su boca y sus ojos vendados... era su Esposo.

"¿Klauss?"

Grave tomó a su hijo por el pelo, y lo arrodilló frente a él luego de patear la silla en la que estaba sentado, después, miró en dirección Claudia con una sonrisa fría.

"¿Qué vas a...? ¡Klauss!"

*Corte*

Grave, haciendo caso omiso del grito débil de Claudia, le cortó el cuello sin dudar a Klauss, lo dejó caer al suelo, con la sangre esparciéndose, y entonces se limpió la mano y el cuchillo que estaba embarrado de sangre por encima.

Grave después tomó una antorcha, y quemó el cadáver de Klauss, que lentamente se quemaba en ese oscuro lugar iluminado sólo con pocas antorchas en las esquinas.

"Con esto, ya sólo falta matar a todos los Levantines, y así por fin podré hacer la nueva familia, claro, después de violarte toda la noche. Ahora, ustedes dos, váyanse y vigilen la entrada del calabozo, también díganle a esos... demás integrantes de Kuroinu, que tampoco entren aquí hasta que yo no salga, una vez que que mi semilla esté completamente dentro de ella, es que será su turno... ¿que esperan? ¡Piérdanse!"

Los dos hombres se fueron con leves quejas, y dejaron sólo a Grave, con Claudia en ese lugar.

"Todavía no entiendo muy bien porqué es que Vault-sama cree en las demás razas para todo esto, ya que aunque son una fuerza de combate potente, son o muy tontos, o muy salvajes, como sea, ahora te daré el mejor tiempo de tu vida, uno que incluso Klauss nunca te llegó a dar... ya que el bastardo ni siquiera te folló."

Una vez que se fueron los hombres, Grave replicó en queja, y entonces su mirada hambrienta recorrió todo el cuerpo de Claudia.

"Bastardo... *Sigh* bastardo... ¡ese era tu hijo!" *Thud*

Claudia intentó moverse para arremeter a Grave en un ataque de furia, pero no razonó en que estaba técnicamente en una celda, o que su cuerpo estaba tan débil, que se cayó al suelo nuevamente con un ruido sordo.

Grave abrió la puerta de la celda, y con una sonrisa lujuriosa se acercó a Claudia.

"En lo que a mi respecta, él no era mi hijo, incluso le quité el apellido Levantine en ese momento que supe que era impotente, así que, basta de hablar de ese estúpido, ahora te haré sentir muy bien."

"Hya."

Grave tomó a Claudia por su pelo y la arrodilló de frente a sí mismo, entonces retrocedió unos pasos, para admirar la vista.

Claudia estaba con una expresión muy enojada, sólo que el sonrojo en su rostro y las respiraciones calientes que tomaba, más la armadura que era demasiado fina y se había movido un poco de lugar, dejando ver los pezones rozados de sus masivos pechos... la vista no podía ser más erótica, especialmente en una Milf como ella.

Grave instantáneamente se sintió duro como la piedra y alzó su mano para tomar los pechos de Claudia.

Claudia vió esto y cerró sus ojos, mientras una ligera lágrima caía hasta el suelo por debajo de sus pestañas.

'Klauss, perdóname.'

Ella se dijo en la mente.

...

...

"Hmmmg~"

Pasó un tiempo y Claudia no podía sentir más nada que sólo su cuerpo en calor, y las sensaciones que esto producía.

Ella sintió que algo estaba mal, y abrió sus ojos para ver qué pasaba, porque la mano de Grave nunca la había tocado.

"..."

Se asustó al ver a Grave delante de ella, en la posición con la mano estirada, sólo que estaba extrañamente muy tieso...

Claudia, luego de mirar bien, se sorprendió al ver a los ojos de Grave, que se movían desesperadamente, pareciendo tan asustado como un conejo que ve a un tigre a su lado, mientras su cuerpo estaba sin el más mínimo movimiento... de alguna forma, parecía muy irreal.

*Paso* *Paso*

"¿Eh?"

Claudia miró hacia un lado, y vió a una persona que caminaba tranquilamente hasta la celda...

'¿Quién es... esa persona?'

Se preguntó ella.

Nächstes Kapitel