webnovel

Mundo Shinobi - Clones verdaderos - 515

Otro Kain/clon verdadero monitoreaba el proceso de construcción de una carretera que conectaba la fortaleza de la nación de los Pastizales con la ciudad de Los Sabios, capital de la nación de la Tierra.

La enorme pantalla le mostraba el mapa desde la troposfera. Varias unidades de apoyo avanzaban a una velocidad de un metro por cada treinta segundos. Todo el proceso consistía en tomar todo lo que estuviera a su paso (piedra, árboles, tierra sobrante, etc) y convertirlo en partículas de energía. Después esa misma energía se transformaba y usaba para construir una carretera asfaltada delimitando la calzada, los carriles y dejando las zanjas para que las aguas sean drenadas. Desde el cielo se veía pequeña como una fina línea, pero la carretera tenía veinte tramos. Diez de ida y diez de vuelta. Todo esto era un plan para conectar a todo el continente, pero como todo, primero debía existir una muestra.

Kain observaba la pantalla, pero había otra persona interesada en el proyecto. Ella era pequeña y se sentaba en el brazo de Kain mientras que con el otro brazo la sujetaban de la cintura. Ella no era otra que la pequeña Miyuki. Sus bonitos ojos azules no apartaban la mirada de la pantalla.

Por otro lado, la madre de Miyuki, Aoi Hyuga, estaba conversando con Kaoru y Reika, sus ahora asistentes. Ellas iban a manejar el laboratorio por mientras que ella y Miyuki estuvieran afuera acompañando a Kain.

—Ooooh, vamos ¿Otra vez?— preguntó Kain medio molesto

Aoi le puso atención, se fijó en el cabello blanco y en los ojos azules puestos en la enorme pantalla donde mostraba el mapa de la nación de la Tierra.

Kain miró a Aoi de cabello oscuro y ojos color malva. Él camino hacia ella y le dijo —ten a la niña, por favor—

—Sí, cariño— dijo Aoi y tendió sus manos. Kain le entrego a Miyuki y Aoi la recibió. Kain dio un paso atrás y desapareció.

Al instante siguiente apareció un punto rojo en la zona donde trabajaban las unidades de apoyo.

—¿Qué sucede, okaa-sama?— preguntó Kaoru, quien tenía un abdomen abultado por su embarazo. También de cabello oscuro y ojos color malva como Aoi.

Aoi miró a su hija y puso una sonrisa incomoda —es solo que Kain-sama se ha visto interrumpido varias veces porque hay varios puestos de avanzada shinobi por donde va a pasar la carretera. Los poblados no son un problema, pero los shinobis de Iwa están paranoicos y hay que ir cada cierto tiempo a explicarle la situación—

Kaoru como cultivador, frunció el ceño y desdeño la política de Kain. Él tenía el poder para aplastarlos a todos y hacer lo que él quisiera ¿Por qué tenía que dar explicaciones?

—Kaoru— dijo Aoi —vas a estar monitoreando el proceso de creación de la carretera. Ten presente que es importante y todo debe ser hecho de la mejor manera posible. Como te dije, la carretera es el primer paso para algo más importante—

Kaoru miró a Aoi y asintió —sí, okaa-sama— dijo —Kaoru lo hará bien por okaa-sama, por Kain-sama y por supuesto, por Miyuki-chan— ella se acercó a la bebé en los brazos de su madre y le beso las mejillas.

Aoi se mordió el labio inferior conteniendo una sonrisa, había algunas cosas que no estaban bien en su familia (como que el marido de su hija también sea el suyo), pero funcionaba, y si funcionaba, estaba bien.

Kain reapareció en la sala y miró al monitor para ver el funcionamiento de las unidades de apoyo. Todo estaba bien, pero se dio cuenta que las unidades de apoyo estaban mostrando signos de deterioro acelerado —todavía no es perfecto— murmuro mientras miraba los datos en la pantalla.

Aoi, Kaoru y Reika miraron a pantalla y se dieron cuenta que había varios iconos con forma de diamante representando a las unidades de apoyo. Varias unidades de apoyo estaban parpadeando rojo y otras se estaban volviendo amarillas.

—¿Es muy malo, Kain-sama?— preguntó Aoi preocupada por el proyecto. Si esto funcionaba, iban a construir una gran carretera que atraviese todo el continente y conecte a todos los países. Sin embargo, si tenían problemas de funcionamiento el proyecto se retrasaría.

—No, bueno sí— dijo Kain, la miró y sonrió, pero después miró a la pantalla y continuo —el desgaste es mayor al proyectado gracias a factores ambientales, pero nada que un incremento en la fabricación de unidades de apoyo no resuelva. Por ahora tendremos que superar esta dificultad con los números, pero también nos sirve para replantearnos el diseño de las unidades de apoyo y seguirlas mejorando ¿No te parece genial?— preguntó con una amplia sonrisa

Aoi quedó mirando a Kain y sonrió, no había nada más contagioso que una buena actitud y ella podía sentir que Kain se estaba divirtiendo. Mejorar, desarrollar nuevos dispositivos, mejorar los que ya existían. Era como mejorar uno mismo, así lo sentía Aoi.

Aoi vio a Kaoru acercarse a Kain y abrazarlo por el lado. Ella era todo sonrisas mientras le preguntaba por lo que pasaba en la pantalla. Kaoru llevaba puesto un haori blanco como el de Kain y por debajo un hanfu celeste.

La otra persona que se acercó fue Reika, quien también abrazó a Kain por el otro lado. Este último les fue explicando la situación actual y porque se producía el desgaste en las unidades de apoyo.

Aoi apretó sus labios formando una línea, pero se quedó al margen y espero que ellas se alejaran de Kain. Aoi miró a Miyuki en sus brazos, de cabello negro y ojos azules —usted se porta muy bien, okaa-sama está muy agradecida— dijo y le dio un beso en la frente.

—Aoi ¿Estás lista?— preguntó Kain

Aoi miró hacia Kain y lo vio frente al monitor, él estaba sonriendo mientras la miraba —sí— respondió. Ella miró a Kaoru y Reika —ya les expliqué lo que deberían hacer—

—Eso es bueno— respondió Kain —ven, vamos—

Kaoru y Reika se apartaron un poco de Kain y Aoi se acercó.

Kain tendió sus brazos y recibió a la pequeña Miyuki. Él acercó su rostro como si le fuera a dar un beso a Aoi, pero cuido de no aplastar entre ellos a Miyuki. Kain le dio un beso en la mejilla y le dijo —dales la orden de ser diligentes y prestar atención a sus deberes—

Él apartó su rostro y sonrió, le guiño un ojo y se alejó de Aoi, Kaoru y Reika.

Veinte minutos después, Kain y Aoi aparecieron en una habitación oscura dentro de una casa pequeña. Era el punto de referencia para viajar a la fortaleza de la nación de Los Pastizales.

—Luces— dijo Kain y las luces se encendieron de inmediato. La habitación no tenía nada en particular, pero tenía el sistema de defensa más avanzado que existiera. Ni siquiera Gengetsu con su kekkei genkai podía transformarse en agua y entrar a la casa.

Kain miró a Aoi y le dijo —tienes que hacerte cargo de Kaoru y Reika. Ellas pueden ser mis esposas, pero tú eres la líder de mi laboratorio y ellas tienen que entender eso ¿Entendido?—

—Lo entiendo, Kain-sama, lo haré mejor la próxima vez— respondió Aoi con una mirada seria

Kain sonrió y acercó su rostro, le dio un beso en la mejilla y añadió —no te estoy regañando, solo quiero que sepas tu posición en el laboratorio. No importa si mañana llega Orochi o Kaoru quiere hacerse cargo del laboratorio. Tu eres mi persona de confianza y tienes la última palabra—

Aoi soltó suspiro indefenso y respondió —eso no aligera mis sentimientos— en un principio ella pensó que solo era ayudar a Kain y pasar tiempo con él. Sin embargo, ahora la escala y el tipo de tecnología que manejaban le producía una gran inquietud. Quizá qué tipo de desastre podrían desatar si daban una orden incorrecta.

Kain soltó una risita y acercó su rostro, le dio un beso en la mejilla y cuando vio que Aoi lo miraba a los ojos, él le dio un beso en los labios. Sin embargo, tuvo que ser breve porque alguien protesto porque la estaban aplastando.

Kain y Aoi miraron hacia abajo y vieron una bebé de cabello negro y ojos azules con el ceño fruncido.

—Eso lo sacó a ti— dijo Aoi con una sonrisa suave

—Yo no soy malhumorado— respondió Kain con una sonrisa

—Sí, claro—

—Vamos, la carretera nos espera— dijo Kain, en Iwa también iban a realizar una misión de paz e iban a investigar a los genin prometedores para prepararlos para los exámenes chunin. Como una misión de paz, Kain tenía que dejar un camino rastreable para darles la ilusión al resto de los shinobis que podían vigilarlo, que podían contenerlo.

Una vez que salieron de la casa, Aoi, Kain y Miyuki caminaron por las calles adoquinadas de la fortaleza en la nación de Los Pastizales. Los escombros habían sido retirados hace años y la economía se estaba recuperando varios años después de la guerra. Como era una nación pequeña y en medio de dos países grandes, les toco comerse la peor parte de todo.

Si había algo agradable, era que la gente podía reconocer a Kain y en cuento lo veían, lo saludaban con una profunda reverencia. Solo aquellos que no eran locales no lo entendían, pero el resto lo sabía, quien estuvo aquí ayudando, invirtiendo su tiempo y esfuerzos. La persona que ahora los estaba conectando con la capital de la nación de la Tierra. Sobre todo, los comerciantes entendían el valor logístico de una carretera.

En la puerta norte de la fortaleza, un guardia se acercó a Kain y le preguntó —buenas tardes, señor ¿Va a salir?—

—Sí, el portón, por favor— dijo Kain mientras llevaba a Miyuki en sus brazos.

El guardia asintió, se fue corriendo al sistema mecánico para abrir las compuertas. Eso genero un fuerte ruido metálico y Kain tuvo que taparles los oídos a Miyuki. La compuerta dio paso a una amplia carretera que empezaba con cuatro carriles. La carretera bajaba por la colina y se adentraba en el bosque, pero desde esta posición podías ver que continuaba a la distancia. El espacio estaba perfectamente delimitado y el asfalto se veía como una línea negra que se extendía a la distancia.

Una fuerte brisa que arrastraba el aroma del bosque agito la ropa.

—Debimos haberle traído más ropa— dijo Aoi y se acercó a Miyuki para protegerla del viento

—No, es mejor así, dentro del vehículo le dará calor— dijo Kain, él le tendió la bebé a Aoi y ella la recibió. Kain llevó su mano a la manga de su haori y sacó un sello de papel. Entonces él activo el sello y apareció un enorme vehículo todo terreno, de esos que construyen en la nación del Rayo por industrias Hoshino.

Kain se acercó a Aoi y tendió sus manos —yo llevó a Miyuki— dijo

—¿Está bien?— preguntó Aoi

—Claro, es una carretera ancha y en una dirección ¿Qué podría pasar?—

Aoi se mordió el labio inferior y asintió, una sonrisa floreció en sus labios y se movió hacia la puerta del piloto. Ella estiro su mano y abrió la enorme puerta. Por su baja estatura, ella tuvo que afirmarse de la puerta y recién ahí pudo subirse.

Kain se subió del lado del copiloto, llevaba a Miyuki en los brazos.

Aoi cerró la puerta y se puso el cinturón de seguridad. Ella reviso que todo estuviera en su posición: espejos laterales, retrovisor, el asiento, la distancia para alcanzar los pedales. Y una vez que ella estuvo preparada, miró a Kain, él asintió. Este último llevaba a Miyuki sentada en sus piernas y la sujetaba por la cintura. Aoi se ponía nerviosa, pero tomo una profunda respiración y acercó su mano a la llave. La giro y sonó el agradable ronroneo del motor. Ella sonrió de la pura emoción.

Nächstes Kapitel